Obviamente hay casos concretos y particulares, donde las reglas del juego no son favorables.En esos casos, y solo en esos, está más que justificado buscar otras fórmulas alternativas que compensen mejor.En vuestro caso, por ejemplo, respecto de la cotización de ella, está cotizando 100 € por encima del máximo que protegería el cese de actividad, y la posible pensión de viudedad que se generase a tu favor, difícilmente tendría materialización.O sea, su cotización sí es adecuada respecto de las protecciones por ILT, IP, jubilación, (a más cotizas, mejores prestaciones)... pero ya no respecto de las contingencias de cese de actividad (levemente sobrecotizada), ni viudedad a tu favor (de facto, 0,00).En su caso, si pudiese variar levemente a la baja su cotización (hasta 1.500 €, por ejemplo), y destinase disciplinadamente el ahorro de cuota (31,20 € al mes) a un seguro de ahorro-vida, posiblemente igualaría, y quizás hasta mejoraría muy levemente, la rentabilidad "aportación-prestación". Como seguro de ahorro, estaría cubriendo lo que ya no le cubre el cese de actividad, o compensando la leve disminución de prestación de jubilación. Y como seguro de vida, se generaría un capital, mínimo, que sí te llegaría a ti, en caso de suceso funesto.Bueno, eso es un ejemplo de una idea posible en que si bien casi siempre lo óptimo es cotizar por lo máximo que se pueda, a veces en algunos casos concretos particulares no necesariamente es así.