Pretender explicarnos el artículo después de que yo hubiera puesto de manifiesto el amarillismo de su titular, cosa habitual, creo que algo tiene que ver con defender.Los periódicos no son cuestión de gusto, sino de veracidad. De hecho, leo pocos artículos de opinión, me interesan más las de este foro ... a veces.
Me refiero a que, si el propietario de la vivienda verdaderamente okupada falleció, tendrá herederos, en cuyo caso sería conveniente advertirles del error para que también actúen en el juzgado.
Lo que no puedo entender es esa manía en enrocarse en defensa de algo que ni siquiera pertenece al enrocado.Hay periódicos que me caen mejor que otros, pero eso no es óbice para que cuando dicen una majadería sea el primero en acusarles.¿Se puede defender que un pretendido periódico económico diga en su titular que los precios van a bajar incluso antes de lo que se creía y en el texto no aparezca absolutamente nada de eso? Y encima como si a alguien le fuera la vida en eso, parece que defienda la Biblia Vulgata.
En el texto no hay ninguna predicción que coincida mínimamente con el titular.Sé muy bien lo que es ser un cansino y también como evitar a los cansinos en un foro, así que sobran las quejas tipo plañidera.También sé cómo responder cuando se vuelva a enlazar esa basura.
¿De cada palo? No sé lo que es.Una alternativa a El Economista es no leer nada. Al menos no te contaminas. Por lo demás, cualquier diario económico de los tradicionales es respetable, siempre y cuando se lean con espíritu crítico. Hoy en día es normal que entre col y col, lechuga. Resumiendo, nadie es perfecto pero de la basura hay que alejarse siempre.P.D. Quiero suponer que quien hizo el enlace se molestó en leerlo previamente. Lo que me extraña es que no detectase que el titular se contradice con el contenido al 100x100. Sería tremendo que solamente los demás nos hayamos tragado eso.
Creo que ya va siendo hora de prescindir de ese panfleto llamado El Economista.La mayoría de los artículos son puro amarillismo. Ni siquiera casan los titulares con el contenido. Para muestra ese mismo, de vergüenza.
Hay materiales en los que el transporte incide fuertemente en su coste, por ejemplo el cemento y los ladrillos "vulgaris". Ahí también puede haber diferencias entre zonas de España.