El problema del funcionariado es bien conocido: la falta de elección para el usuario, que se ve encima obligado a financiar unos servicios normalmente pésimos, estableciendo una relación totalmente abusiva entre el Estado (con sus políticos y funcionarios) y el ciudadano, que se manifiesta en unas leyes que solo conceden derechos claros a cobrar impuestos y deja en vagas declaraciones los derechos de los ciudadanos.
Puede que haya gente que trabaje mucho en las ventanillas de Tráfico, o Seguridad Social, pero "trabaja mucho" de 9 a 2 más a lo mejor un ratillo antes y otro después de abrir al público, mientras que en la empresa privada se chapan 8 horas al día; además los funcionarios cuentan con bastantes más vacaciones gracias a sus días para asuntos propios. Y el sueldo de los trabajos más típicos en la administración pública -auxiliares administrativos, administrativos, titulados medios- sin ser sueldos astronómicos, son bastante superiores a los equivalentes de los ciudadanos de otras empresas que se ven obligados a financiar obligatoriamente con sus impuestos esos privilegios (los sindicatos los llaman "derechos adquiridos") de los funcionarios. Y eso por mucho que se quejen los funcionarios de "congelaciones". No veo a ningún funcionario que deje su trabajo definitivamente y se vaya a la empresa privada, sin embargo sí conozco muchísima gente que emprende el camino contrario, incluso perdiendo categoría profesional y sueldo, todo para tener un trabajo para "toda la vida" y con buen horario.
Y esto es manifiestamente injusto e insolidario, aparte de que luego hay que aguantar a Pepiño Blanco y otros diciendo que la subida de impuestos es para los pensionistas y las becas de la Universidad. Qué enternecedor. ¿De los 100.000 millones de euros en sueldos no hablamos?
Todo esto deriva en pérdidas de horas ingentes para cualquier trámite, agudizando la falta de productividad-pasé 4 mañanas para renovar el pasaporte, ya que lo que prima en verano es abrir menos horas las oficinas de expedición, para que los funcionarios descansen aún más, ¿alguien se imagina que las gasolineras cierren este fin de semana cuando la gente salga de puente, o que las tiendas cierren en navidades?-, en personas con educación universitaria que acaban aprobando una oposición de bedel -desperdiciando todo el esfuerzo y dinero de impuestos gastado en su educación-, en un fomento del fraude fiscal -¿qué autónomo va a estar dispuesto a pagar impuestos, cuando ve los escaqueos de los vecinos/amigos/familiars funcionarios?.
Cuando uno va, por ejemplo, a una agencia de viajes, o a un supermercado, y no está contento con el trato, a parte de iniciar el proceso de reclamaciones pertinente, el mejor castigo es no volver. Sin embargo, cuando, como en los casos que he vivido recientemente, en la biblioteca pública te encuentras que, normalmente, 2 de los 5 empleados de una plantilla están ausentes -una horita de asueto en el centro comercial próximo, toma ya, en un trabajo de 6 horas-, y los dos que se quedan dejan a la gente tirada para colocar libros, como "rebote" por la ausencia de los compañeros, o cuando el médico de urgencias acaba tranquilamente de cenar antes de atenderte y encima te realiza un diagnóstico equivocado, y todo ello por un 60% de tus ingresos en impuestos, entre cuotas de s.s, irpf e impuestos indirectos, el sistema actual se convierte en indefendible e insostenible.
