Las empresas se crean para obtener beneficios con la necesidad de expandirse para poder mantener el entramado de su estructura de negocio, llegando al límite de que las adquisiciones y las fusiones con otras empresas rozan la agresividad.
El precio justo de una compraventa se consigue cuando la oferta y la demanda tienen libertad de movimiento, habiendo una información transparente y compartida uniformemente. Pero esto habitualmente no es así debido a que una de las partes tiene mayor conocimiento que la otra.
Cuando se habla de las variaciones que experimentan los activos o grupo de activos en los Mercados Financieros se suelen expresar en puntos, en puntos porcentuales, en puntos básicos o en puntos enteros.
El inversor en Bolsa de ahora no es el inversor de hace una década, algunos ni siquiera estudian economía: les basta con ser ingenieros, físicos o matemáticos. Incluso, son los propios sistemas informáticos los que operan en Bolsa, los ya llamados Sistemas Automáticos de Trading.
Los CFDs (Contract for Difference o Contrato por Diferencia) surgen de la liberación del mercado de la electricidad, en la década de los cincuenta, en el Reino Unido para que los fondos de inversión libre (hedge funds) pudieran acceder a la negociación de operaciones apalancadas.
Para los inversores en Bolsa, el dividendo, siempre ha formado parte de sus decisiones de inversión y siempre ha sido motivo para entrar o no en una determinada empresa, teniéndose en cuenta por lo que pueda afectar a la evolución de una acción.
Las sesiones de Bolsa tienen lugar los días hábiles que marque el calendario bursátil, desde las 9:00 hasta las 17:30 horas. Todas abren y cierran a la vez, con la particularidad de las subastas de apertura y cierre.
La Junta General de Accionistas es el órgano de una sociedad anónima compuesta por sus accionistas, convocados debidamente, para tomar decisiones sobre asuntos de su competencia y, en definitiva, expresar la voluntad social del conjunto de los propietarios.
Uno de los derechos de los accionistas, reconocido por ley, es el de participar en el reparto de las ganancias de una sociedad disponiendo esta de diversas fórmulas de remuneración.
El debate entre los partidarios de la Gestión Activa y la Gestión Pasiva siempre está abierto, discutiendo si merece la pena que el inversor se desgaste en encontrar los mejores valores para su cartera, o si es preferible invertir en carteras que simplemente repliquen un índice.
Después de los desenfrenados años 20, donde el consumismo fluía a raudales, llegó una de las peores crisis económicas que se conocen.
Un producto fetiche como el pintalabios rojo, Winston Churchill lo convirtió en un producto de primera necesidad en plena Segunda Guerra Mundial.
Haciendo uso de la hemeroteca se descubre que el mes de octubre y los Mercados Financieros nunca han sido buenos amigos. Este mes ha sido testigo de las grandes capitulaciones financieras que se han registrado a lo largo de la historia.
Los coeficientes Alfa, Beta y Volatilidad forman parte de los denominados indicadores cuantitativos cuya misión es cuantificar el riesgo de una inversión.
No es raro oír hablar en cualquier tertulia sobre “el juego de la Bolsa”, es más, está ya tan estandarizado de que la Bolsa es un juego que a pocos se les oye decir que la Bolsa forma parte de una inversión.
El método de entrada en los Mercados Financieros no es lo más importante, ni tampoco lo es el momento si el objetivo es una inversión a largo plazo. Sin embargo, la gestión de la cartera sí es de vital importancia debido a que se van retirando aquellos valores que peor se están comportando.