El fondo canadiense tiene margen para subir ligeramente su propuesta inicial y obtener el visto bueno del consejo de administración a su potencial opa.
Brookfield contempla aplicar una pequeña mejora en su oferta inicial por Grifols, rechazada el pasado martes por el consejo de administración del fabricante de hemoderivados, siempre y cuando concluya favorablemente el análisis exhaustivo ('due diligence') que está realizando sobre negocios del grupo, según varias fuentes cercanas a las conversaciones consultadas por EXPANSIÓN.
La gestora de fondos canadiense, que prepara su oferta pública de adquisición (opa) en concierto con la familia fundadora de la empresa (que posee más del 30% de los derechos de voto), informó a Grifols a comienzos de la semana pasada que estaba considerando un precio de 10,50 euros por cada acción de clase A y de 7,62 euros por cada acción de clase B, lo que resulta en valorar el 100% de la compañía en 6.450 millones de euros. Se trata, en cualquier caso, de una "indicación de valor no vinculante".
La propuesta inicial fue declinada por el máximo órgano de decisión de Grifols al entender que "una potencial oferta a este nivel de valoración infravaloraría significativamente las perspectivas fundamentales de la compañía y su potencial a largo plazo".
Pese a no ser una condición indispensable, la intención de Brookfield en el proceso es contar con el apoyo del consejo de administración del grupo a su oferta, por lo que esta valorando subir el precio de su eventual opa por encima de los precios mencionados anteriormente.
Informe de valoración
Los 10,5 y 7,62 euros ofrecidos inicialmente, no obstante, se sitúan dentro del rango de precios del informe de valoración independiente que ha elaborado Kroll para Brookfield en la operación, pero con poco margen para la subida, según explican las fuentes consultadas.
Muchos analistas ven los 11 euros por acción de clase A como un precio mínimo probable para que el consejo otorgue su visto bueno, pero en cualquier caso está lejos de los 14 o 15 euros que algunos 'hedge fund' cazaopas que han entrado en Grifols en los últimos meses quieren alcanzar, en línea con las valoraciones del año pasado, antes del ataque bajista de Gotham City Research.
En paralelo, Brookfield ha vuelto a solicitar al consejo de administración acceso a determinada información sensible sobre los negocios de Grifols para poder concluir su ejercicio de 'due diligence', trabajos que está previsto que concluyan en las próximas semanas tras la revisión de ciertos aspectos legales, financieros, fiscales y de mercado. El resultado de este análisis es esencial para que Brookfield acabe confirmando su precio inicial, lo mejore o se eche atrás, una posibilidad que sigue encima de la mesa.
Las acciones de clase A de Grifols, de hecho, cerraron ayer a 10,4 euros por acción, por debajo del precio inicial planteado por Brookfield. Las de clase B, eso sí, marcaron un precio final de 7,92 euros, lo que quiere decir que los fondos cazaopas que las poseen confían en arrancar un mejor precio al fondo canadiense en su oferta final. Para ello, cuentan con la carta del cambio de estatutos necesario en Grifols para ejecutar la operación.
Cambio de estatutos
Para poder sacar adelante la opa con un precio distinto para las acciones A y B, Brookfield necesitará un cambio en los estatutos de Grifols, que ahora exigen el mismo importe para las dos categorías. A su vez, para esa modificación hace falta una mayoría de respaldos entre los propietarios de las B, que no tienen derechos de voto en condiciones normales.
Si no se logra el respaldo del consejo de administración, en cualquier caso, una opción para Brookfield y la familia sería intentar una opa hostil al precio que consideren oportuno, aunque su prioridad actual es satisfacer los intereses del consejo.
Esta misma semana los bancos están presentando a Brookfield sus ofertas con respecto al crédito de alrededor de 11.000 millones que el fondo canadiense necesita para refinanciar la deuda del grupo, de 9.000 millones, y pagar una parte de la opa. Se espera que entidades como Bank of America, BNP Paribas, Deutsche Bank, JPMorgan y Santander participen en el préstamo.
La estructura de financiación también contempla la incorporación de grandes fondos, como coinversores, que aporten unos 2.000 millones para el pago de las acciones. Se prevé que participen GIC y Temasek, así como fondos de planes de pensiones canadienses de la talla de CPPIB, que es uno de los principales inversores en los fondos de Brookfield.
Trump mete incertidumbre en el negocio del plasma
Cuatro meses después de que Brookfield manifestase a Grifols su intención de analizar el lanzamiento de una opa para excluir la sociedad de Bolsa en alianza con la familia fundadora de la empresa, siguen surgiendo nuevas incertidumbres con respecto al negocio futuro de la compañía.
A pocas semanas de que la gestora de fondos canadiense concluya el análisis en profundidad (due diligence) de los negocios de Grifols, acusada por Gotham City Research de utilizar agresivas prácticas contables y tortuosos entramados societarios, la victoria de Donald Trump en las pasadas elecciones de EEUU ha generado dudas en Brookfield sobre cómo afectará al precio del plasma sanguíneo.
En el país norteamericano, Grifols debe pagar para conseguir el plasma con el que produce sus medicamentos hemoderivados. Obtiene la materia prima a través de donaciones remuneradas, en muchas ocasiones de parte de ciudadanos de bajo poder adquisitivo. Una política migratoria restrictiva con la nueva Administración podría llevar a Grifols a elevar la remuneración por el plasma para hacer atractiva su donación a personas de mayor poder adquisitivo y alterar así el precio de la opa de Brookfield.