En los últimos meses el sector del petróleo se ha visto inmerso en una situación de incertidumbre después del acuerdo de la OPEP para recortar la producción, que implica que a partir del 1 de enero de 2017, el cartel reducirá la oferta en unos 1,2 millones de barriles día (mbd) a partir de los niveles de producción observados en octubre de 2016, hasta alcanzar una producción de 32,5 mbd.
A este acuerdo se han adherido posteriormente distintos productores no-OPEP, que se han comprometido a recortar la producción en 558.000 barriles día (bd), siendo Rusia el principal contribuyente, con un recorte de 300.000 bd. Totalizando por tanto los recortes una producción del orden de 1,8 mbd.
Sin embargo, incrementar los ingresos de los países productores y equilibrar sus presupuestos, estará condicionado por el precio que alcance el barril. Siendo este precio dependiente, parcialmente, del grado de cumplimiento de dicho acuerdo. Surgiendo las dudas al comprobar la historia de la OPEP, ya que en anteriores acuerdos el grado de cumplimiento rondó el 60%.
En el pacto actual, la mayoría de los recortes (casi 2/3) recaen en Arabia Saudí, Emiratos árabes y Kuwait , pero simultáneamente tres miembros de la OPEP han sido liberados de realizar dichos recortes pudiendo incrementar su producción: Libia, Nigeria e Irán; y existe cierta incertidumbre sobre el cumplimiento del acuerdo por Rusia.
En el caso de los tres países exentos de la OPEP, Libia produce del orden de 600.000 bd, y pretende incrementar la producción hasta 1,1 mbd a finales de 2017. La producción de Nigeria es de 300.000 bd, reducida por los procesos de sabotaje continuo en las instalaciones por parte de facciones rebeldes. Sin embargo, si la situación se calma, se podría incrementar la producción en otros 300.000 bd.
En el caso de Irán, el país ha incrementado la producción de forma significativa después del levantamiento del embargo a las exportaciones, habiéndose concedido un margen para elevar adicionalmente la producción en unos 90.000 bd, ya que se reconoce al país una producción potencial de unos 4 mbd (nivel previo a las sanciones de 2011) y una producción oficial en el momento del acuerdo de 3,7 mbd.
En cualquier caso, el acuerdo supone en principio un importante beneficio para estos tres países, beneficiándose del incremento de precio al mismo tiempo que incrementan su producción. Al mismo tiempo que sorprende que el potencial incremento de producción de estos tres países (0,89 mbd) compense en gran parte los recortes de producción del conjunto de la OPEP (1,2 mbd).
En el contexto de la situación mundial y del acuerdo de la OPEP
Pero en el contexto de la situación mundial y del acuerdo de la OPEP, también es necesario considerar la situación de Venezuela. País que se ha comprometido a recortar la producción en 95.000 bd, pero que dada la situación de inestabilidad del país, es posible que su producción se reduzca incluso por debajo de dicho nivel. De hecho, la agencia Fitch indica que PDVSA presenta una deuda de 13.000 mill de $ high yield, encontrándose en grave riesgo de default. Situación de inestabilidad que puede ser apoyada por el hecho de que U.S está exportando productos terminados de petróleo a Latinoamérica, especulándose con que está sustituyendo las exportaciones venezolanas. Lo que implicaría recortes de producción que podrían compensar, al menos parcialmente, la nueva producción de los tres países exentos de recortes.
Pero relacionado con la evolución de las exportaciones estadounidenses, está la propia producción del país, fuertemente impulsada por la explotación del shale oil. Siendo la evolución de la producción del mismo un factor determinante del precio del barril.. En este sentido, las estimaciones de la U.S. Energy Information Administration (EIA) prevén una producción estadounidense de 9 mbd y 9,3 mbd para 2017 y 2018 respectivamente, por encima de los 8,9 mbd de 2016.
Pero como es conocido, la determinación del precio del barril no se produce únicamente a partir de modificaciones de la oferta. Otro factor importante, y un tanto olvidado últimamente, es la evolución de la demanda.
El año pasado, a pesar de la importante demanda de petróleo y sus derivados, la elevada oferta e inventarios frenaron las elevaciones de precio a lo largo de la mayor parte de 2016. Sin impedir ello que, a final de año, debido a los acuerdos de la OPEP, se produjeran importantes subidas, de unos 16-17$/barril en función del tipo de petróleo, lo que supuso aproximadamente incrementos del orden del 45% con respecto al precio de finales de 2015.
En cualquier caso, y como se puede apreciar en la gráfica siguiente, la producción sobrepasa al consumo a finales de 2016, al mismo tiempo que los inventarios registran subidas continuadas desde el segundo trimestre de 2014.
Figura.- Crude oil prices increased in 2016 still below 2015 averages
Crude oil prices increased in 2016, still below 2015 averages
Pero la oferta y demanda no son los únicos factores que afectan al precio del crudo. Entre estos otros factores se encuentra el tipo de cambio del dólar. De tal forma que la posible apreciación de esta divisa al elevarse los tipos de interés por la FED puede presionar el precio del barril a la baja.
Sin embargo, esta apreciación debe ser tomada con cautela, ya que a pesar de el sentimiento generalizado de apreciación de la divisa, también existen indicios de que el dólar se encuentra excesivamente apreciado.
Volviendo al tema anterior, no debemos olvidar que gran diversidad de factores influyen sobre la oferta y demanda y el precio del barril.
Los acuerdos de la OPEP afectan a la oferta
Los acuerdos de la OPEP afectan a la oferta. Sin embargo, habría que matizar que en los acuerdos sobre recortes, con la excepción de Angola e Irán, se ha tomado como referencia la producción de octubre, mes en que muchos países se encontraban en sus máximos de producción. Siendo importante reflejar que, por ejemplo, la cuota de Arabia Saudí se situó en 10,5 mbd, 800.000 bd mas que en 2014, obligando el acuerdo a reducir la producción hasta los 10,1 mbd, y por tanto una producción superior a la de hace dos años. Y de forma semejante, Rusia, a pesar de comprometerse a recortar la producción, ha impulsado su producción hasta alcanzar el máximo de 30 años en diciembre, unos 11,21 mbd.
Este incremento de producción ha contribuido en parte a satisfacer el incremento de demanda, pero de cara al futuro y a la posible influencia de la demanda sobre el precio del petróleo, las previsiones apuntan a que la demanda aumente moderadamente, influenciado por los incrementos de eficiencia energética (consumo de energía por unidad de PIB), las energías renovables y por la evolución del crecimiento económico. Estimando la EIA que el crecimiento será de 1,6 mbd en 2017 y 1,5 mbd en 2018, procediendo este incremento esencialmente de países no-OCDE, principalmente China e India.
En cualquier caso, la evolución de la demanda condicionará las importaciones, y en este sentido es de destacar, como aspecto clave, la evolución de las importaciones chinas, ya que se trata del primer importador mundial de esta materia prima.
Entre los principales países importadores de petróleo se encuentran (datos en dólares correspondientes a 2015):
- China: US$134.3 billion (16.7% of global crude oil imports)
- United States: $132.6 billion (16.5%)
- India: $72.3 billion (9%)
- South Korea: $55.1 billion (6.9%)
- Japan: $45 billion (5.6%)
- Germany: $36.4 billion (4.5%)
- Netherlands: $35.4 billion (4.4%)
- Spain: $24.8 billion (3.1%)
- Italy: $23.7 billion (3%)
- France: $22.9 billion (2.8%)
- Thailand: $19.5 billion (2.4%)
- United Kingdom: $18.4 billion (2.3%)
- Singapore: $18.2 billion (2.3%)
- Taiwan: $16.1 billion (2%)
- Belgium: $14.8 billion (1.8%)
Fuente: Crude Oil Imports by Country.
Los datos anteriores están referenciados a 2015, por lo que hay que ser cauteloso en la evaluación de su proyección para 2017, ya que la evolución del consumo está condicionada por numerosos factores.
En el caso de China, las importaciones han estado influenciadas por el hecho de que las autoridades, en el año 2015, han permitido la importación de petróleo a las refinerías independientes de petróleo, contribuyendo a que las importaciones totales chinas alcanzasen los 378 mill de Tn en 2016, un 12,8% más que el año anterior. Sin embargo, este año el gobierno ha restringido este tipo de importaciones limitándolas a 20 mill de Tn, 26 mill menos que en 2016.
Este, sin duda, es uno de los factores que influirá en el volumen de las importaciones chinas, pero no el único, ya que estas se encuentran condicionadas por la producción doméstica, que se ha reducido como consecuencia de los bajos precios del barril, y del consumo, pero también de la situación en que se encuentra el stock de seguridad que está construyendo.
En lo que se refiere al consumo, el incremento de la demanda puede ralentizarse por dos motivos, tanto por el menor ritmo de crecimiento de su economía como por un desplazamiento de su crecimiento desde las manufacturas a los servicios, siendo el consumo energético de los servicios inferior por unidad de PIB a las manufacturas.
Y todo ello sin olvidarnos de que, a más largo plazo, habrá que considerar la mayor penetración de las energías renovables en el país, ya que se trata del líder mundial en penetración renovable, eólica y solar, habiendo anunciado una inversión de 360.000 mill $, siendo presumible que esta tendencia continúe, debido a los problemas de contaminación que presenta el país y como medio de reducir la dependencia energética exterior.
En lo que se refiere a Estados Unidos, el segundo mayor importador mundial, sus importaciones se incrementaron en más de 500.000 bd hasta alcanzar una media de 7,9 mbd en 2016.
Pero relacionado con la oferta y demanda, existe otro elemento importante que condiciona la producción y que pasa desapercibido es la evolución del mercado de futuros del crudo. En concreto, el acuerdo de la OPEP, al reducir la oferta, eleva el precio de contado y puede dar lugar a una situación de backwardation (precio de futuro menor que de contado) que disuada de la inversión que incremente la oferta futura, por ejemplo en el caso del shale oil y reduzca los inventarios.
Los inventarios son un factor estabilizador del precio, pero aunque inicialmente se pueda pensar que su reducción incrementa la volatilidad, se produce lo contrario al ser compensado por el incremento de capacidad ociosa de la OPEP, hecho que deja en manos del cartel la capacidad de regular, al menos parcialmente, el precio del crudo. De hecho, esta situación se ha acompañado de una reducción de la volatilidad (índice OVX) en el mercado, tal como muestra la figura siguiente.
Figura.- OPECs Spare Capacity Will Calm Oil Markets In 2017.
Resumen y conclusiones
El mercado de petróleo presenta actualmente un elevado grado de incertidumbre como consecuencia del acuerdo logrado en el seno de la OPEP y de esta con otros países productores no pertenecientes a dicha organización.
Indudablemente la restricción de la oferta afecta al precio del barril, pero esta reducción de oferta se verá condicionada por diversos factores. El primero, el grado de adherencia de los distintos países productores a los acuerdos, lo que condicionará el recorte de la oferta. El segundo, el incremento de producción de los países exentos de los recortes de producción, que pueden compensar significativamente dicho recorte. Y en tercer lugar, la producción estadounidense de shale oil, que se puede ver impulsada como consecuencia de los incrementos de eficiencia y reducción de costes experimentados los últimos años.
Pero factor que no debemos olvidar y determinante del precio, la demanda, es previsible que aumente, siendo la incógnita en qué medida. La demanda vendrá condicionada de forma importante por el crecimiento económico, por China e India y por los incrementos de eficiencia energética que se produzcan, así como, a más largo plazo, por la las inversiones en exploración, y por la electrificación de la economía e impulso a las energías renovables.
En la situación actual, nos podemos preguntar si el incremento del precio del barril provocado por el acuerdo de la OPEP se corresponde con los fundamentales del mercado, o más bien es consecuencia de la manipulación del mismo por declaraciones políticas interesadas de los países productores; ya que los datos nos muestran como los recortes de producción pueden ser compensados en su gran mayoría mediante incrementos de producción alternativos.