El análisis preliminar antes de invertir es sólo la primera parte de “complicarme” y, para mí, no la más gravosa (al contrario, es un ejercicio de curiosidad intelectual). La segunda parte es definir exactamente el encaje y operativa en la cartera y luego, una vez incorporado a la misma, hacer el seguimiento y las sucesivas operaciones de ajuste que resulten pertinentes. Y ahí es donde voy en dirección contraria, como un malabarista que fuese reduciendo el número de bolas que mantiene en el aire. Menos espectacular, menos remunerado quizá, pero más descansado. Ya digo que cada vez me vuelvo más perezoso con esto, mi ideal es que la cartera ruede prácticamente sola con el piloto automático.
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En cuanto al oro físico, cuando lo compré hace años no había Degussa ni similar, que yo sepa. Luego enseguida empezó a subir a buen ritmo y pronto dejé de comprar más por considerar que tenía razonablemente cubierto el objetivo para el que lo adquirí, que como dije no es rentabilidad financiera. Tengo parte conmigo y parte depositado en el extranjero. Y hasta aquí puedo leer.
Luego vienen los rusos, o los otros y tienes que huir y ¿dónde vas con el oro?
Pues precisamente por eso, como te dice
@fernandojcg. Cuando el dinero de papel deja de valer (como las pesetas de la República) o te cae un corralito bancario o, como te dije en un mensaje anterior, para una eventualidad verdaderamente catastrófica. El oro es el único dinero verdaderamente internacional, independiente de los gobiernos y bancos centrales. Para mí es como un seguro de incendios y, al igual que confío en que no se me incendie la casa aunque esté pagando la prima, espero no tener que utilizarlo nunca.
P.D.: No me parece que los republicanos españoles que tuvieron que cruzar los Pirineos en 1939 no fueran patriotas. Algo de eso me toca de cerca, pero no diré más.