El índice de precios de consumo (IPC) de Estados Unidos se situó en el 2,5% interanual en el mes de agosto, lo que implica una desaceleración de cuatro décimas respecto al dato previo y su menor cifra desde febrero de 2021, según ha informado este miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo.
De su lado, el índice subyacente, que excluye de su cálculo los precios de los alimentos y la energía por su mayor volatilidad, cerró el octavo mes de 2024 con un incremento del 3,2%, sin cambios y menor marca desde abril de 2021.
Por su parte, los alimentos se encarecieron un 2,1% interanual, mientras que la energía fue en agosto un 4% más barata que doce meses antes.
En lectura mensual, la tasa general del índice subió un 0,2%, idéntica cifra a la de julio, al tiempo que la subyacente repuntó una décima y avanzó un 0,3%.
Los mercados están atentos al dato de agosto en tanto en cuanto podría arrojar pistas sobre la normalización de la política monetaria por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), si bien la variable preferida por la Fed para monitorizar el coste de la vida es el índice de precios de gasto de consumo personal (PCE).
POLÍTICA MONETARIA
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Fed decidió a finales de julio mantener los tipos de interés en el rango objetivo de entre el 5,25% y el 5,5%, en máximos desde enero de 2001.
En su comunicado, la entidad subrayó que al considerar cualquier ajuste para la tasa de fondos federales, el Comité evaluaría cuidadosamente los datos entrantes, la evolución de las perspectivas y el equilibrio de riesgos.
"El Comité no espera que sea apropiado reducir el rango objetivo hasta que haya ganado mayor confianza en que la inflación se está moviendo de manera sostenida hacia el 2%", anunció.
No obstante, el banco central estadounidense destacó que la inflación había disminuido en el último año y reconoció "avances" durante los últimos meses, pero, también, que la inflación seguía siendo "algo elevada".
El FOMC indicó que los riesgos para lograr sus objetivos de empleo e inflación habían avanzado hacia un mejor equilibrio, si bien advirtió de que las perspectivas económicas eran "inciertas" y que seguía muy atento a los riesgos tanto de inflación como de empleo