La transición europea hacia un mayor gasto en defensa está cobrando impulso, con la OTAN fijando como objetivo el 5% del PIB para 2035. Si bien creemos en el potencial de crecimiento a largo plazo de las empresas europeas de defensa, el potencial de un mayor rendimiento de la industria a corto plazo podría verse atenuado por los obstáculos de implementación y la continua dependencia de proveedores estadounidenses.
El sector aeroespacial y de defensa europeo ha registrado un sólido desempeño desde 2022. De hecho, ha tenido un rendimiento superior tanto al del mercado europeo como al del sector aeroespacial y de defensa estadounidense, beneficiándose de los planes de aumento del gasto en defensa de Europa. El sector aeroespacial y de defensa alemán, en particular, ha tenido un buen desempeño, impulsado por el paquete de infraestructura y defensa respaldado por deuda de Alemania, anunciado en marzo de 2025 y que permite un gasto en defensa prácticamente ilimitado, así como por la alineación de los productos y capacidades de Alemania con los esfuerzos de rearme de Europa. El sector aeroespacial y de defensa europeo representa actualmente más del 5% de la capitalización bursátil europea.
Si bien el entorno general positivo del mercado debería persistir dada la necesidad de Europa de aumentar el gasto en defensa, las opciones de implementación de cada país son muy diferentes. Por ejemplo, Alemania cuenta con margen financiero, pero existen restricciones a los planes a nivel europeo (debido, por ejemplo, a los grandes déficits de muchos países europeos). Además, incluso si los presupuestos de defensa se incrementan en la medida en que se está debatiendo actualmente, la pregunta sigue siendo si las empresas europeas se beneficiarán en la medida en que el consenso parece esperar.
Un análisis de cómo los países europeos asignan sus presupuestos de defensa a programas de defensa europeos y extranjeros (en particular, estadounidenses) muestra que la asignación varía según el país; sin embargo, en promedio, los países europeos compran el 70 % de su equipo a Estados Unidos y el 30 % a empresas europeas. La asignación puede cambiar, pero dada la dependencia de la tecnología estadounidense y la necesidad de que las empresas europeas aumenten primero su capacidad, es probable que esto lleve algún tiempo. En general, vemos potencial de crecimiento a largo plazo en las empresas europeas de defensa, pero creemos que un mayor potencial de rendimiento superior a corto plazo será más limitado.
Mathieu Racheter, Head of Equity Strategy Research, Julius Baer
No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.