Staging ::: VER CORREOS
Acceder

Historias de la Bolsa.

1,25K respuestas
Historias de la Bolsa.
Historias de la Bolsa.
Página
84 / 84
#1246

Históricamente, este es el peor momento para invertir en las bolsas. Veamos por qué.


El S&P 500 está cerca de los 6.000, y a una fracción de punto porcentual de un rebote del 20% desde el mínimo del 8 de abril, lo que cumple al menos una definición de mercado alcista. Sin embargo, los futuros de las acciones se están tambaleando un poco.

Es evidente que los inversores minoristas merecen un agradecimiento especial, ya que han estado comprando con constancia durante las caídas, mientras que los inversores institucionales y los fondos de cobertura se mantenían al margen. Sin embargo, no todos están entusiasmados.


Los analistas de Panmure Liberium, Joachim Klement y Susana Cruz, afirman que el reciente repunte de las acciones estadounidenses se encuentra en terreno inestable. «Mientras que los inversores minoristas vuelven a mostrarse más optimistas sobre la renta variable estadounidense, los fondos de cobertura siguen aumentando sus apuestas en contra de los mercados estadounidenses y a favor de las acciones internacionales. Históricamente, este era el peor momento para invertir en acciones estadounidenses», escribieron.
Los fondos de cobertura siguen aumentando sus apuestas en contra de las bolsas.

En comentarios enviados por correo electrónico, Klement, como los inversores minoristas tienden a seguir el desempeño pasado en lugar de los fundamentos cuando se trata de flujos de fondos, su entusiasmo a menudo se considera un "buen indicador contrario".


"Cuando los fondos de cobertura y los inversores minoristas no están de acuerdo, normalmente son los fondos de cobertura los que ganan al final", dijo.

Klement y Cruz ofrecieron otra advertencia de bandera roja a través de su indicador de sentimiento patentado que muestra la mayor sobrevaluación frente a los fundamentos en los EE. UU. en los últimos 10 años.

“La última vez que tuvimos una sobrevaloración similar fue en agosto de 2022, antes de que el S&P 500 cayera casi un 20%, y antes de eso, en marzo de 2019, antes de que el índice cayera casi un 10%”, dijeron Klement y Cruz a sus clientes en una nota el jueves.


Más información sobre el sector minorista proviene de Vanda Research, cuyos analistas dicen que desde la victoria de las compras en las caídas de abril, esos inversores se han vuelto más audaces y "se han adentrado más en los rincones más riesgosos del mercado".
“Con las ganancias bloqueadas de participaciones principales como NVDA


"En el contexto de las acciones de la lista Mag 7, los operadores de pequeñas empresas se sienten cada vez más cómodos incursionando en estrategias con betas más altas, desde empresas de pequeña capitalización hasta temas de IA de segunda derivada", explicaron Marco Iachini y Lucas Mantle de Vanda a sus clientes en una nota reciente. Una beta más alta se refiere a acciones más volátiles y percibidas como más riesgosas.


“Este comportamiento, si bien no es inusual, sugiere un nivel de complacencia que puede no coincidir con los riesgos macroeconómicos aún persistentes y, por lo tanto, refuerza nuestra sensación de que estamos viviendo las últimas etapas del actual repunte bursátil”, dijo la pareja.

Suponen que los inversores envalentonados han estado retirando ganancias de las principales acciones tecnológicas para comprar empresas de menor capitalización en sectores como centros de datos de inteligencia artificial, computación cuántica y energía nuclear.








No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1247

Federated Hermes apunta al fin de la “histeria” arancelaria y ve grandes oportunidades en Bolsa


Ahora que los mercados de renta variable se están asentando tras el desenfreno de los últimos meses, los inversores y los estrategas del mercado se han apoderado de una respuesta de comportamiento muy natural.

Tras haber pasado de alcistas a bajistas durante la gran liquidación de abril y haberse perdido el posterior repunte que nos ha devuelto al punto de partida hace apenas tres meses, la mayoría se aferra a su nueva posición bajista. De hecho, la mayoría de los comentarios de estos días giran en torno a lo que puede salir mal: "la ley fiscal podría no aprobarse", "la ley fiscal disparará el déficit", "los acuerdos comerciales no se llevarán a cabo" y "se avecina estanflación". Éstas son sólo algunas de las razones habituales para justificar, consciente o inconscientemente, el bochornoso giro.

Lo que podría salir bien. Los titulares sobre aranceles podrían remitir. A medida que se anuncien más acuerdos comerciales en las próximas semanas, la histeria en torno al impacto negativo de los aranceles en la economía mundial debería desvanecerse. Las cifras de inflación podrían ser moderadas, y la Reserva Federal podría iniciar una serie trimestral de seis recortes de 25 puntos básicos en el tipo de interés de los fondos federales, a partir de su reunión de septiembre. Los déficits también podrían reducirse, no aumentar. 

Y, por último, el crecimiento de los beneficios podría continuar. En nuestra opinión, el segundo semestre y los beneficios de 2026 tienen varios aceleradores en camino: un crecimiento del PIB superior al previsto, desregulaciones que reducen costes y mejoras de la eficiencia de la IA. Todo ello debería provocar una reaceleración del crecimiento de los beneficios empresariales.


Reconocemos, como siempre, que parte de esta información podría ser errónea y que los bajistas podrían tener razón. Pero con tantos factores en contra, creemos que la balanza de riesgos favorece a los alcistas. Hay demasiadas cosas que podrían salir bien a partir de ahora.


Steve Auth, Director de Inversiones de Renta Variable (CIO) de Federated Hermes



No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1248

Rally con aroma a vértigo; Crónica de un mercado que baila sobre la cuerda floja.


La primera mitad de 2025 va dejando un panorama tan vibrante como contradictorio. El SP500 ha recuperado los 6000 puntos y borra en semanas el desplome del 15% causado por el primer “sobresalto trumpiano”, mientras el dólar se convierte en el “pain-trade” del verano y los activos estadounidenses pasan a la cola del ranking global.


El liderazgo bursátil recae ahora en los mercados desarrollados fuera de Norteamérica, con unos mercados emergentes que les siguen a distancia. El oro brilla como refugio indiscutible y la renta fija europea capta entradas constantes gracias a un BCE que, aunque menos “dovish” de lo previsto, ofrece la señal de dirección que busca el dinero orientado a carry.


Detrás del telón, la macro de Estados Unidos envía mensajes cruzados. El último NFP sumó 139000 nóminas y disipó el susto del mal dato de la ADP, pero la encuesta de hogares restó 696000 empleos y la tasa de participación cayó a mínimos de 2 años. La curva vuelve a señalar el 5% en el de 10 años, recordatorio de que la inflación de servicios y la presión fiscal estrechan el margen de la Fed. En paralelo, la Casa Blanca reclama un recorte de 100pb que nadie considera factible, pero que añade pólvora a la volatilidad de bonos, bolsa y divisa.


Con el mercado aún alcista, las costuras se tensan. El capital ha salido de dividendos, REIT y energía para volcarse en “small caps”, mineras de plata, uranio y los ETF más explosivos, en clara señal de que muchos llegan tarde al rally y quieren ahora pisar el acelerador. La plata es el ejemplo perfecto, rompe al alza, cumple su objetivo técnico y queda expuesta a una corrección que podría atrapar a los recién llegados.


La psicología domina. Frustración por quedarse fuera, aversión a la liquidez y nulo interés por las coberturas definen al inversor minorista, justo cuando los soportes técnicos avisan. El contraste entre la euforia visible y la fragilidad subyacente huele a fin de fiesta. Seguir largos es obligado por tendencia, pero el verdadero riesgo es confundir impulso con inmunidad. Mantener liquidez y un plan de salida es hoy la póliza más barata, pues cuando el consenso es unánime, el giro suele estar cerca.

Los datos de flujo lo confirman. Indicadores en verde intenso muestran euforia minorista mientras el SP500 equiponderado, las small caps y micro caps llevan casi tres años sin marcar nuevos máximos. Al mismo tiempo, el crédito europeo de alta calidad encadena siete semanas de entradas, y los fondos de corta duración acumulan quince, evidencia de que la búsqueda de refugio rentable sigue viva pese al bullicio superficial.

En síntesis, el mercado permanece alcista, pero el vértigo crece. Los techos rara vez nacen de la macro, sino que surgen del exceso de confianza colectiva. Hoy vemos dinero persiguiendo rentabilidades explosivas en los rezagados, retórica política avivando la promesa de “Rocket Fuel” y flujos disciplinados apoyando al crédito, mientras la renta variable camina por la cuerda floja cerca de máximos.

Combinar exposición táctica manteniendo liquidez y “carry de calidad” ofrece la mejor oportunidad de disfrutar del rally sin quedar atrapado cuando la música, inevitablemente, baje el volumen.


Javier Molina, analista de Mercados de eToro

No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1249

La amenaza silenciosa que podría desencadenar un terremoto en Wall Street



LA CLÁUSULA SILENCIOSA QUE PONE NERVIOSOS A LOS INVERSORES

El Congreso de Estados Unidos se prepara para votar una ley que, entre cientos de páginas, esconde una bomba fiscal: la posibilidad de imponer impuestos a los ingresos pasivos de los inversores extranjeros, incluidos dividendos e intereses. Una medida que, de aprobarse antes del 4 de julio, podría cambiar de raíz el flujo de capital global.


No hablamos de un simple ajuste fiscal; hablamos de una reconfiguración total del ecosistema inversor en Estados Unidos”, alerta el equipo de análisis de XTB.

Y no es para menos. Los efectos inmediatos incluirían una huida de capital foráneo, caída de los índices bursátiles, y un aumento de los rendimientos exigidos por los bonos del Tesoro, lo que encarecería peligrosamente la financiación del déficit estadounidense.


UNA PÉRDIDA DE CONFIANZA QUE PUEDE COSTAR BILLONES

Actualmente, los inversores extranjeros poseen cerca de 9 billones de dólares en deuda pública estadounidense. La amenaza de la cláusula 899 hace que estos capitales empiecen a cuestionarse si merece la pena seguir financiando al 'Tío Sam'.

Si se desata una fuga de capital, el dólar podría depreciarse hasta un 10% y los índices americanos podrían registrar caídas similares”, apuntan desde XTB.

Y esto sucede en un contexto en el que ya hay tensiones acumuladas: el S&P 500 ha empezado el año con el peor rendimiento relativo frente a sus pares globales desde 1993, cotizando sensiblemente por debajo del MSCI All Country World Index (sin EE.UU). Un signo de fatiga que se combina con una sobrecompra técnica y un calendario macroeconómico cargado de minas.



LA INFLACIÓN COMO CÓMPLICE INVOLUNTARIA

La publicación de datos de inflación esta semana puede ser el catalizador de una nueva ola de volatilidad. El aumento de los salarios por hora en EEUU ya ha encendido las alarmas. “Un IPC por encima de lo esperado, unido a la incertidumbre legislativa, sería el cóctel perfecto para una corrección de mercado”, explican los citados estrategas.

La probabilidad de un recorte de tipos en septiembre, que hace una semana se daba por hecha, se ha desplomado hasta el 68%, y los días de publicación de datos clave como inflación o empleo ya están mostrando una volatilidad media del 42%, frente al 29% habitual. Una señal más de que el suelo bajo Wall Street no es tan firme como parece.


UNA VENTANA DE OPORTUNIDAD EN LOS ETF SINTÉTICOS

En medio de este panorama de incertidumbre, hay un producto que podría salir fortalecido: los ETF de réplica sintética. Al no implicar tenencia directa de los activos estadounidenses, podrían esquivar las consecuencias fiscales de la sección 899. “Si se confirma la aprobación de la norma, estos productos podrían convertirse en el salvavidas de los inversores europeos”, aseguran desde XTB.


Los ETF tradicionales basados en réplicas físicas sí se verían afectados, con un posible impacto en los dividendos netos y un aumento de la complejidad fiscal. En cambio, la réplica sintética ofrece exposición al mercado sin sufrir los efectos directos de la legislación. Un escudo legal que podría ser clave si la tormenta se desata.


LA DEUDA COMO TUMOR SILENCIOSO

Pero más allá de la cláusula, el mercado también mira con preocupación la creciente dependencia del Tesoro estadounidense de los mercados de renta fija. En el último año, la mitad de todos los productos de renta fija emitidos han sido bonos del gobierno. Esto significa menos crédito para empresas y consumidores, lo que ahoga el crecimiento económico real.

Como advierte el informe: “si la deuda pública no disminuye, no quedarán dólares disponibles para que los ciudadanos compren casas o las compañías construyan fábricas”. A esto se suma una subida sostenida de los rendimientos globales, alimentada por el temor a una espiral insostenible de déficit y deuda.



CONCLUSIÓN: UNA CRISIS ANUNCIADA… QUE AÚN SE PUEDE EVITAR

Wall Street tiembla, pero no por el motivo habitual. No es una quiebra bancaria ni un dato macro puntual. Es la posibilidad de que Estados Unidos deje de ser el refugio fiscal y financiero del mundo. La cláusula 899 podría ser el detonante de un reordenamiento del capital global, con efectos profundos en bonos, divisas y renta variable.

Aún hay margen para que no se apruebe o para que se diluya su alcance, pero los inversores no pueden permitirse la complacencia. Como bien recuerda la historia, cuando Washington tose, el mundo estornuda. Y esta vez, la gripe puede ser financiera.


La amenaza silenciosa que podría desencadenar un terremoto en Wall Street





No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1250

Este es el canario en la mina de carbón de los mercados


Pocos movimientos al cierre de las bolsas europeas, en una jornada en la que los datos macro han sido el principal foco de atención de los mercados, junto con las negociaciones comerciales entre China y EE.UU. Hasta que estas negociaciones no nos den un resultado, centrémonos en los datos macro.

"Los mercados laborales de Estados Unidos y el Reino Unido han avanzado prácticamente al unísono durante los últimos tres años, y ahora la situación del empleo británico está empeorando definitivamente", afirma el analista Steve Goldstein. Añade:

"La Oficina Nacional de Estadística del Reino Unido (ONS) informó que la tasa de desempleo entre febrero y abril ascendió al 4,6%, su peor nivel en casi cuatro años. Esta tasa activaría el indicador de recesión SAHM, diseñado, sin duda, para la economía estadounidense, que se produce cuando el promedio trimestral de la tasa de desempleo se sitúa al menos medio punto por encima de su mínimo de los doce meses anteriores.


Otros datos del mercado laboral del Reino Unido también se están debilitando: la estimación de la ONS sobre las nóminas del Reino Unido disminuyó en 109.000 en mayo, después de caer 78.000 entre febrero y abril, dijo la misma oficina gubernamental.


El precio de los bonos del Reino Unido subieron después de los datos, con la rentabilidad del 2 años cayendo casi 10 puntos básicos. Precio y rentabilidad se mueven en sentidos opuestos.

La libra se tambaleó frente al dólar, mientras que el FTSE 100 del Reino Unido estaba en camino de alcanzar un máximo histórico de cierre.


Hasta el momento, el mercado laboral estadounidense se ha enfriado, pero no se ha deteriorado por completo. Los datos publicados el viernes mostraron que el desempleo en Estados Unidos se mantuvo en el 4,2% en mayo, mientras que las nóminas aumentaron en 139.000.


Existen similitudes entre ambas economías, ambas lideradas por el sector de consumo y de servicios.


Ambos países han introducido nuevos impuestos: el Reino Unido implementó en abril un nuevo impuesto a los empleadores, que el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social estima en un 0,6 % del PIB. Estados Unidos está implementando aranceles, cuyo valor aproximado podría ser del 1,7 % del PIB, si se considera la cuota de importación del 11,2 % del año pasado y la estimación del Laboratorio de Presupuesto de Yale, que estima que la tasa arancelaria efectiva es ahora del 15,6 %.


Sin embargo, la economía estadounidense tiene claras ventajas tecnológicas y proviene de una base más sólida: la economía del Reino Unido en el primer trimestre creció un 1,3% respecto al año anterior, frente al 2,1% de Estados Unidos, según datos de la OCDE, y el crecimiento de Estados Unidos fue de alrededor del 3% durante la mayor parte del año pasado."


Básicamente, si el mercado laboral de EE.UU. empieza a debilitarse, algo que temen muchos gestores, sería un claro indicador adelantado de la economía del país, y provocaría una fuerte caída en los mercados que a los precios actuales no descuentan ni ralentización ni recesión económica. Atentos a estos datos de empleo tanto en el Reino Unido como en EE.UU., porque pueden ser el catalizador que las bolsas estaban esperando.



C.B.


No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1251

5 razones por las que EE.UU. podría entrar en recesión y provocar un crash global en los mercados



En este momento, parece que la economía sigue sosteniendo que el último informe de empleo es mejor de lo esperado, pero las previsiones de crecimiento económico todavía han disminuido constantemente desde que el presidente inició las guerras comerciales en febrero:

Una desaceleración de la actividad económica y el crecimiento está prácticamente asegurada en este momento, independientemente de lo que ocurra con la política comercial.

 Es ciertamente posible que la economía de los EE.UU. simplemente se alinee y se detenga sin pérdidas significativas de empleo o declives económicos. Pero también es claramente posible que esta desaceleración se convierta en una recesión.

Entre aranceles e incertidumbre política, el anterior consenso de analistas para el crecimiento de las ganancias del S&P 500 (SPY) de dos dígitos también se ha visto frustrado. En los últimos meses se han registrado más revisiones de la estimación de ingresos a la baja que en ningún otro momento desde la pandemia de COVID:

Si bien algunos piensan que las guerras comerciales y la incertidumbre política pronto se resolverán con firmeza, creemos que es probable que persista.

Ya ha habido efectos significativos de este entorno en forma de un colapso en el valor relativo del dólar estadounidense a medida que los inversores reasignan capital de los EE.UU. a otros mercados internacionales.

Si bien las noticias económicas están saliendo a un ritmo frenético, hay cinco motivos por las que creemos que el crecimiento económico al menos se va a desalentar significativamente y posiblemente también se vuelva negativo a finales de este año.

A continuación, hablamos de ellos uno por uno.

1. Aranceles (y Incertidumbre arancelaria)

Empezamos en este punto porque los aranceles son sin duda el mayor catalizador para una desaceleración económica.

Por contexto, la tasa arancelaria efectiva promedio actual sigue siendo mucho más alta de lo que era a principios de 2025.

La tasa actual puede disminuir, pero Trump también ha dejado claro que los aranceles no volverán a cero, y es probable que se asienten a niveles que siguen siendo restrictivos para la economía, según muchos.

Citando al WSJ:

Incluso si Trump decide bajar algunos aranceles a las importaciones chinas a la mitad, ese nivel todavía significaría que los mercados estadounidenses estarían casi cerrados a muchos fabricantes chinos de maquinaria y equipo eléctrico y otros productos. Algunos analistas han estimado que el comercio entre los dos países podría secarse en cuestión de meses a un nivel tan alto.

Dado el hecho de que las tasas arancelarias de EE.UU. pueden cambiar en un momento dado con base en los caprichos mercuriales de una persona, sigue habiendo muy poca claridad sobre las perspectivas de los aranceles en los próximos años.
Los objetivos de Trump de relocalizar la manufactura y eliminar los déficits comerciales bilaterales no han cambiado, y sin embargo también se ha mostrado dispuesto a retirar la severidad de sus aranceles cuando el mercado reacciona mal a ellos.
Por lo tanto, encontramos que la incertidumbre en materia de política comercial se está disparando en este momento.

Algunos podrían estar tentados a pensar que el breve período de Trump con los aranceles ha terminado, que el apalancamiento sobre los países extranjeros se ha logrado, y que los acuerdos comerciales anunciados entregarán aranceles aún más bajos y más buenas noticias al mercado en el futuro.

Pero es importante reconocer que los instintos de Trump no han cambiado.

Por ejemplo, Trump ha declarado recientemente que "hay una posibilidad real" de que los ingresos recaudados de los aranceles podrían reemplazar completamente el impuesto sobre la renta. Los economistas dicen que esta idea es "mecásicamente imposible", pero demuestra el deseo del presidente de mantener sus aranceles en vigor indefinidamente.
Muchos participantes en el mercado siguen esperando que pronto se produzca cierto grado de claridad duradera, pero es totalmente posible que la incertidumbre en materia de política comercial disminuya y disminuya continuamente en los próximos años.

Como resultado tanto de las subidas arancelarias como de la incertidumbre en torno al futuro de los aranceles, los economistas pronostican ahora una fuerte caída del crecimiento del PIB para lo que resta de este año.

Las perspectivas se vuelven más brillantes en 2026, en gran medida debido a supuestos recortes de impuestos, pero se espera que el crecimiento sea débil a inexistente este año.
Gran parte de la razón de esta mala perspectiva es una fuerte caída de las intenciones declaradas de las empresas de llevar a cabo el capex.

Históricamente, hay una fuerte correlación entre las intenciones de capex y los envíos reales de bienes duraderos durante los próximos seis meses.
Si las intenciones se hacen realidad esta vez también, entonces el gasto de las empresas se prevé que disminuya drásticamente en el transcurso de 2025.

2. Consumidores P2P

Las perturbaciones económicas descritas anteriormente no se dieron en el vacío. Ya había algunas tendencias importantes en juego en la economía antes de que comenzaran las guerras comerciales.

Uno de ellos es el debilitamiento constante de los consumidores de bajos ingresos / cheques de pago ("P2P").

La situación financiera de los consumidores de P2P ha azotado salvajemente desde una fuerza increíble en 2021-2022 como resultado del alto gasto de estímulo gubernamental al aumento constante de la debilidad de 2023 hasta el presente.

Podemos ver esta creciente debilidad en la forma de aumentar las tasas de delincuencia de tarjetas de crédito.

Estas son las tasas de delincuencia a gran escala de crisis financiera, y sin embargo estos datos no reciben mucha atención en los medios de comunicación debido al grado en que la economía ha sido impulsada por los acomodados en los últimos años.


Si el mercado laboral fuera tan fuerte hoy como lo fue en 2021-2022, entonces los consumidores de P2P podrían ser capaces de recortar el gasto y empezar a salir de esta espiral de deuda. Pero hoy en día, el crecimiento del empleo se ha desacelerado, el crecimiento salarial se ha enfriado, y las horas semanales trabajadas en el sector privado se han cortado hasta los huesos.

Dada esta situación, no debería sorprender ver que varios titulares de empleos (todos a tiempo parcial) han aumentado recientemente a estar cerca del nivel más alto registrado.

Si el crecimiento del empleo, incluso los empleos a tiempo parcial, se seca como resultado de un retroceso en el gasto de los consumidores y las empresas, entonces la debilidad del consumo de P2P sólo debería empeorar, exacerbando aún más la suavidad económica más amplia.

3. Consumidores acomodados pueden reducir su consumo.

La verdadera pregunta es si los consumidores acomodados empezarán a retirar sus gastos.
Por supuesto, el mercado laboral juega un papel en esto. Si los altos ingresos siguen teniendo puestos de trabajo, su nivel básico de gasto sólo debería cambiar ligeramente en los márgenes.

Pero los consumidores acomodados también están impulsados por el efecto riqueza - confianza para gastar debido al fuerte desempeño en sus carteras de acciones y, en menor medida, sus valores domésticos.

Desde el comandancia acomodado la gran mayoría de la propiedad de activos, las fluctuaciones en el mercado tienen un mayor impacto en su patrimonio neto.
Si bien la mayoría de la población ha visto mermado su ahorro en la era pandémica, el 10% superior de los asalariados había retenido la mayor parte de sus ganancias en ahorros a finales de 2024.

El gasto de los acomodados es importante porque, sencillamente, ha desempeñado un papel primordial en impulsar el crecimiento económico en los últimos años.
Los que más ganan siempre representan una mayoría del consumo total, pero el 10% superior ha aumentado su participación en el gasto en los últimos años a un nuevo récord de máximo del 50%.

Bloomberg informó recientemente que en medio de la volatilidad bursátil (e la incertidumbre económica), muchos consumidores acomodados han comenzado a frenar el gasto.

La gente que posee acciones tiende a ser más rica, y son esos estadounidenses los que han impulsado la economía y las ganancias corporativas en los últimos años. En general, mantenían las compras de coches, vacaciones, entradas para conciertos de Taylor Swift y comidas de restaurantes, incluso cuando la inflación y las altas tasas de interés martilleaban a los hogares de menores ingresos.

Ahora, a medida que los precios de las acciones caen, algunos retroceden.
Por supuesto, este artículo se publicó en torno al pico de la venta bursátil. Queda en cuestión si los consumidores acomodados siguen recortando el gasto a medida que se asienta el mercado (asumiendo que sigue asentándose) sigue en entredicho.

4. A la migración a la baja

Sacamos este tema con un interés cero en la política del asunto. Reconocemos que la inmigración ilegal tiene importantes inconvenientes y ha sido extraordinariamente alta en los últimos años. Probablemente no sea controvertido decir que la inmigración legal siempre es preferible a la inmigración ilegal.


Dicho esto, hay que reconocer que el reciente aumento de la inmigración (incluso ilegal) ha sido un positivo neto para la economía estadounidense. Ha impulsado el PIB, ha llenado un sinfín de vacantes de empleo, aumentado los ingresos fiscales federales sobre los ingresos y nóminas y aumentado el consumo agregado.


No te creas en nuestra palabra. La Oficina de Presupuesto del Congreso publicó un estudio en 2024 que muestra el impacto económico y fiscal neto positivo del reciente aumento de la inmigración.


La inmigración ha sido un negativo neto para los presupuestos de los gobiernos estatales y locales porque algunos estados y municipios han soportado la mayoría de los costos de los migrantes acomodados, mientras que el gobierno federal y el sector privado han capturado la mayoría de los beneficios.


Eso significa que es probable que la política migratoria restrictiva de la administración Trump ralentice el empleo y el crecimiento económico este año.


La administración ha tenido un éxito extraordinaria en el cierre de la frontera sur y el corte de la inmigración ilegal:

Los investigadores de Goldman Sachs estiman que la inmigración neta en EE.UU. debería disminuir a unos 500.000 este año, frente a los 2,8 millones de 2024.


Esta es una mala noticia para la economía, dados los 7,5 millones de ofertas de empleo en EE.UU. Son especialmente malas noticias para industrias como la agricultura, la construcción y la preparación de alimentos que dependen en gran medida de la mano de obra nacida en el extranjero.


Cabe señalar que, si bien el empleo de origen natural ha sido completamente plano, en el empleo neto y en el extranjero ha aumentado más de un 18% desde principios de 2020.


Los trabajadores de la primera edad están empleados a la misma tasa, si no un poco más alta, que antes de COVID-19. Pero los trabajadores de más edad (arriba a 55 años) tienen una tasa de participación de la fuerza laboral marcada y persistentemente más baja hoy que antes de la pandemia.

Esto es el resultado del auge de la jubilación anunciado desde hace mucho tiempo. Los afluentes Baby Boomers simplemente están eligiendo no trabajar más, y no hay suficientes trabajadores nativos más jóvenes disponibles para llenar todas las vacantes de empleo creadas por estas jubilaciones.

La inmigración ha sido el principal mecanismo para compensar esta brecha en el mercado laboral. Ha aliviado la escasez de mano de obra y ha permitido a las empresas expandir la producción para satisfacer la demanda.

Una inmigración significativamente limitada también hará que el crecimiento del PIB se desacelere.

5. Reducción de la ralentización del gasto fiscal en 2H 2025

Guardamos este punto para el final porque es el más incierto. Es muy difícil proyectar cuánto gastará exactamente el gobierno federal en lo que resta de este año.
Hasta ahora, el gasto del gobierno federal ha aumentado en 154.000 millones de dólares interanualmente desde el 20 de enero hasta la actualidad.

Sin embargo, si hay arerecortes de gastos notables que provendrán de los esfuerzos de DOGE, la mayoría de ellos se sentirán en los próximos meses.


Curiosamente, a partir de hoy, DOGE reclama un ahorro de 180.000 millones de dólares, que, suponemos, se realizarían plenamente sobre una base anualizada a partir del año fiscal 2026. Después de todo, algunos de estos recortes, como los despidos del gobierno federal en los que los empleados continúan siendo pagados hasta septiembre, sólo entran en vigor después de algún período de tiempo.

Por supuesto, mucho depende de qué paquete de gasto apruebe el Congreso este año. Actualmente, hay una creciente división en el Partido Republicano sobre esto, liderado por Elon Musk, quien está llamando al presidente Trump por no hacer lo suficiente para reducir el gasto.

Aumentamos este punto por su potencial para contribuir a un crecimiento más lento del PIB a finales de este año.

Sin embargo, es importante pensar no sólo en el gasto actual del gobierno sino en el gasto público pasado. Algunas investigaciones económicas han sugerido que el gasto en déficit público tiene efectos positivos sobre el PIB a corto plazo (2-4 trimestres) pero se convierte cada vez más en un lastre para el PIB a partir de entonces.

Una de las grandes razones por las que los economistas piensan que el gasto deficitario es un lastre a largo plazo para el PIB es que los efectos de estímulo económico son relativamente breves, mientras que la nación sigue pagando intereses por eso a perpetuidad. A medida que las tasas de interés han subido, los costos de los intereses del gasto público de años anteriores se han disparado absolutamente en los últimos años.

Si esta teoría económica resulta exacta, entonces debería haber una desaceleración constante del crecimiento del PIB en el futuro independientemente de si el gasto federal actual continúa aumentando gradualmente, disminuye ligeramente o se mantiene plano.


No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

Te puede interesar...
  1. Controversia de datos macro. Bolsas y oportunidades contra la incertidumbre
  2. Empleo USA. Plata como alternativa FIAT y bolsas.
  3. Junio empieza muy bien en las bolsas, pero el fantasma de la crisis de deuda sigue flotando en el ambiente