Hace tiempo que sigo con expectación el discurso de AMAEF, la Asociación de empresas de Mediación ligadas a Entidades Financieras.. Sin duda se trata de una fuente inagotable de mensajes que alteran la compostura del más templado conocedor de lo que se cuece en el ámbito de sus oficinas.
D. Rodrigo Fernández-Avello, presidente de AMAEF nos regaló la penúltima perla en el número de marzo de Aseguranza. Según aparece publicado en el número 161 de la Carta del Seguro, "muestra su rotunda oposición a la nueva regulación del auxiliar asesor, que considera crea `inseguridad jurídica´".
¿Inseguridad jurídica? ¿A quién genera inseguridad jurídica? ¿Por qué? ¿Dónde está la cámara oculta?
Situémonos en julio de 2006, cuando apareció la nueva Ley que sustituía a la 9/1992. Lo que sucedió entonces fué un cataclismo para muchos mediadores: el colaborador externo que venía operando en dependencia del corredor/correduría al amparo de dicha Ley perdió de la noche a la mañana toda función y quedó relegado a la nada, a un mero pointer señalador de perdices ocultas al cazador (el ejemplo es gráfico). Con la nueva Ley 26/2006 los negocios llamados tradicionales sufrieron un varapalo de cuidado y su red de colaboradores pasó a ser totalmente inútil; en la red de cajas y bancos con ese mismo acto se producía el efecto contrario. Se acababa de apuntar uno de los toques de descabello que la Ley 26/2006 daría a los corredores/corredurías. Además, de una forma totalmente peregrina se hacia tabula rasa y daba lo mismo que el colaborador tuviera el Título Superior de Seguros (actual Nivel A) que no lo tuviera: por Ley dejaba de estar capacitado para prestar el más mínimo apoyo al corredor bajo cuya dependencia y responsabilidad debía operar. Eso SÍ constituyó una grave inseguridad jurídica porque allanó las expectativas de crecimiento de muchos y sembró de cadáveres muchas iniciativas de éxito en progreso y, además, lo hizo mediante la demolición de un esquema vigente durante catorce años.
Por el contrario, a la Banca se le dió la figura del OBS (imaginen el fresco de Miguel Angel, a Dios en las alturas tocando el dedo de un Adán financiero). Un auténtico milagro de la ingeniería: el banco, a quien la Ley determinó objeto social exclusivo ¡puede pasar a vender seguros en sus oficinas! Su personal solo tiene que tener una capa de barniz formativo para ello, se pueden tener con la figura del OBS vinculado tantos contratos de agencia como se quiera, cobrar ráppeles, viajes de incentivo y lo que se tercie y, caso de pifiarla ¡el responsable es el asegurador! Incluso, en caso de reclamaciones ni siquiera la DGSyFP tiene una foto-finish así como toca puesto que sus reclamaciones van contra el asegurador. Para acabar de parir un buen arreglo a gusto de la casa, resulta que siguen manteniendo sus corredurías (muchas de ellas) que, a pesar de lo que se diga, siguen comercializando en las sucursales bancarias junto al OBS y al asegurador del grupo bancario. Hasta la DGSyFP les da el placet para tener en la sucursal publicidad de una y otra figura mediadora o para enviarla conjuntamente al cliente. ¡Vivan los derechos del consumidor!
Así las cosas, cuesta entender cómo pueden sentirse víctimas de algo. Pero lo hacen. Ahora les ha entrado una vena humorística y alegan lo de la inseguridad jurídica. Pero ¿de qué van?
El Sr, Fernandez-Avelló apunta que "`probablemente la mayoría de la banca no habría cambiado sus corredurías por operadores de bancaseguros´. El nuevo auxiliar asesor "`es un mediador más´", concluye. Vale... Ahora sí lo entiendo. Lo que quiere decir el Sr Presidente de AMAEF es que si hubiera sabido que el banco podía ser auxiliar externo de la correduría no habría cambiado a OBS. Es decir, vayamos extractando conclusiones del comentario de texto:
- no crea inseguridad jurídica a nadie más que a ellos. De hecho resulta que el Auxiliar Asesor les vendrá de perlas puesto que sus actuales Asesores Financieros están ofreciendo seguros vinculados a préstamos con un contrato de Auxiliar sin poder asesorar o ¿acaso lo están haciendo y la nueva figura no supone cambio alguno en el modus operandi?
- tener una agencia o una correduría solo depende en la banca de si pueden o no usarla a su conveniencia. Yo que creía que una agencia era representante del asegurador y el corredor del cliente... ¡cuan equivocado anda uno!
- si las sucursales bancarias fueran auxiliares de una correduría ¿cómo podrían hacer frente a las obligaciones de información y asesoramiento sin dar un vuelco a la actual calidad formativa media de su personal en materia aseguradora? Ello, invariablemente, generaría costes que el Sr Fernández Avelló no debe haber calculado.
- si el nuevo auxiliar "es un mediador más" como concluye el Sr Fernandez-Avelló ¿Qué son las más de 40.000 sucursales bancarias que de la noche a la mañana se metieron a trapo en la distribución de seguros? ¿Con qué garantías lo hicieron ante el consumidor?
- algo deben saber que está generando este temor ¿acaso será que se han dado por fin cuenta de que endosar a contrapelo seguros no es un buen negocio a largo plazo?
Siempre he comentado que ansío una bancaseguros digna, limpia, profesional y honesta. Empezando por su relación con el consumidor y siguiendo por la sectorial. Nadie gana haciendo trampas, dinamitando el negocio ajeno o jugando a caballo ganador gracias al favor del poder. Si la banca aprende a convivir con respeto llegará a sus objetivos de forma natural, como otros alcanzamos los nuestros sin perder en ello el respeto de nadie. Eso sí, los objetivos deberán ser también naturales; cuando se fuerza la máquina ya sabe la Banca lo que sucede ¿verdad?
En estos días pasados, en el transcurso de la Semana del Seguro 2010 tuve ocasión de escuchar, atónito, una ponencia del Sr. Fernández Avelló donde alegó que el cliente está ELIGIENDO a la banca como proveedor de seguros con preferencia sobre otros mediadores lo cual justifica que la banca gestione cerca del 85% de las primas del seguro de vida. La prensa dijo que había sido abucheado por el auditorio; la verdad fue otra: el Sr Fernández-Avelló recibió por respuesta una sonora carcajada colectiva.
Yo, sin embargo le creí. Creo que él puede estar al frente de una entidad que opera de forma limpia; que no sabe que algunos de sus asociados no juegan limpio y que está convencido de que el consumidor es libre de contratar donde quiere. Por ello el Sr Fernández-Avelló merece mi respeto y lamento que tuviera que aguantar las carcajadas que le dedicamos por representar junto a entidades honestas también a los que se pasan la Ley y los Derechos por el arco del triunfo. Pero como máximo representante de AMAEF tiene la obligación de conocer lo que hacen algunos de sus asociados y también la de poner remedio en beneficio del buen nombre de la banca.
Elena Benito, de INESE, me pedía que fuera positivo al interpretar el conflicto que asola a la mediación y que tiene por orígen las malas prácticas de algunos, pocos pero muy poderosos. Tiene razón y desde esta minúscula tribuna deseo de todo corazón que alguien, desde dentro de la bancaseguros, haga de ese canal una vía más de comercialización, agresiva en sus políticas comerciales (si se quiere) pero respetuosa con sus competidores y, sobretodo, con los consumidores, sus clientes.
Estaré encantado de aplaudir en futuras ocasiones en lugar de verme asaltado por la más jocosa conmiseración.