Es normal que una empresa con un crecimiento fuerte tenga un PER alto, y una sin crecimiento o para la que espera un futuro poco prometedor tenga un PER bajo. Para una misma empresa, si sus condiciones son más o menos estables, parece lógico pensar que, cuanto más bajo sea su PER, más barata estará la empresa y mayor será la probabilidad de que su cotización suba en el futuro.
Esto es que lo que dice la teoría sobre este famoso indicador. Pero, ¿Qué ocurre en la práctica? ¿Hay mayores probabilidades de que una empresa suba si su PER está bajo que si está alto?
Pero la economía es una ciencia inexacta, sobre todo porque muchas de sus teorías no se basan en la observación del mundo real, sino en formulaciones hipotéticas para las que únicamente se dan argumentos teóricos. Para no repetir ese error, en vez de buscar una respuesta en teorías o en manuales de inversión, voy a tratar de dar una respuesta aproximada a esta cuestión, haciendo un pequeño estudio con datos reales, para ver como se comporta una empresa en la práctica en función de su PER. Para no extraer conclusiones de una única empresa, elegiré, al azar, diez de las que cotizan en la Bolsa española, y mostraré la relación entre su PER, al final de cada año, y la revalorización de su cotización bursátil en el año siguiente, para los años comprendidos entre 1998 y 2006. El PER de cada año hace referencia al cociente entre el precio de una acción el último día de ese año y su beneficio neto por acción para ese ejercicio. La revalorización del año siguiente es la experimentada por el valor entre el 31 de diciembre del año para el que se ha calculado el PER y el 31 de diciembre del año siguiente.
Para elegirlas las empresas, lo que haré será, en mi base de datos del mercado continuo, comenzando desde la A, elegir las diez primeras que ya cotizaban en el 98 y que sigan cotizando hoy.
Mostraré, para cada empresa, un cuadro con su PER y revalorización en el año siguiente y, además, un gráfico donde aparece representados los puntos (eje X PER, eje Y Revalorización futura) y también la línea de tendencia para esos puntos. Además, calcularé el coeficiente de correlación entre PER y revalorización para cada valor.
Como cabe esperar que, a menor PER, mayor sea la revalorización futura, lo normal sería que la línea de tendencia tuviera una pendiente negativa, y el coeficiente de correlación fuera negativo. Para el que no sepa lo que es el coeficiente de correlación, sin entrar en detalles, diré que es una medida estadística de la correlación entre dos series de datos. Su valor se mueve siempre entre -1 y 1. Un valor entre 0,5 y 1 indica una relación directa y fuerte. Un valor entre -0,5 y -1 una relación inversa y fuerte. Un valor próximo a cero, una ausencia total de relación.
A continuación, los datos para las diez empresas:
La relación entre el PER y la revalorización futura se da, aunque no en todas las empresas y no de la misma forma.
En cuatro de las empresas (Acciona, Adolfo Domínguez, Aguas de Barcelona y Altadis), la relación se da y es muy fuerte. Haber comprado cuando su PER era más bajo habría supuesto unas mayores rentabilidades para nuestra inversión.
En otras dos (Abengoa y Abertis) se da la relación esperada, pero de forma muy débil.
En una (Amper) no hay ninguna relación entre su PER y su revalorización futura
En las tres restantes (Acerinox, ACS y Auxiliar de ferrocarriles) la relación es contraria a la que cabría esperar, y los mejores momentos para haber comprado habrían sido aquellos en los que la empresa tenía un PER alto.
Puede verse la relación en el siguiente cuadro:
Y, para tener una visión más clara del asunto, haré un cálculo similar para el conjunto de la bolsa española, considerando como PER uno que tengo calculado para el conjunto del mercado continuo y como revalorización futura la del Ibex 35, que más o menos representa el comportamiento del conjunto del mercado. Puede verse a continuación:
Para el conjunto del mercado, la relación es más bien pequeña, por lo que parece que el PER del mercado, en un momento determinado, no sirve de mucho para predecir su rentabilidad a medio plazo.
Las conclusiones de este estudio, son las siguientes:
1.- En algunas acciones (aproximadamente en la mitad de ellas), comprar cuando su PER es bajo nos da una mayor probabilidad de obtener buenas rentabilidades para nuestra inversión.
2.- En el resto de las empresas, que tengan un PER mayor o menor no parece tener mucha relación con su revalorización futura. En este caso, habrá que mirar otros factores para elegir el momento adecuado para entrar.
3.- El mercado en su conjunto no presenta una relación clara entre PER y revalorización futura.
En definitiva, el PER no es ni tan útil como dicen algunos ni tan irrelevante como afirman otros. Es un indicador a tener en cuenta, pero sin olvidarnos de todo lo demás.
Notas:
-No puedo asegurar la exactitud de todos los datos, aunque, en general, sí son buenos y cualquier posible error no creo que distorsione mucho las conclusiones . Los cálculos están hechos con una base de datos elaborada por mí a partir de los resultados publicados en la CNMV. Los precios están obtenidos del Visual Chart o de la web de la Bolsa de Madrid. Puede haber alguna inexactitud en las revalorizaciones debido a la correción de dividendos que hacen los programas de gráficos.
-Alguien podría criticar el estudio diciendo que el resultado de un ejercicio no se conoce hasta uno o dos meses después de que finalice, por lo tanto, un estudio preciso debería considerar la revalorización entre el momento de publicar resultados y un año después. Me hubiera costado bastante hacer esas cuentas, mientras que con los datos a final de año, me ha costado muy poco, porque he trabajado con datos ya recopilados. Creo sinceramente que las conclusiones no serían diferentes corrigiendo esas posibles imprecisiones.