Esto va a doler pero hay que ir asumiéndolo. Hace escasos días, con motivo de las revoluciones en el mundo árabe, el gobierno está presentando sus primeras medidas de ahorro energético para la nación. Se presentan como transitorias hasta que los precios del crudo se vuelvan a estabilizar. Pue bien, aunque llevo unos días ajetreadísimo he querido dedicar un rato a hablar del ahorro energético haciendo justicia al tema central de mi blog. Además, éste, el de la energía es un tema que he trabajado bastante y para el que considero necesaria una didáctica que desde el gobierno, no se hace en absoluto. Si se me permite soltaré unos cuantos apuntes sobre tan peliagudo tema.
El ahorro no es una manía es la solución a la mayoría de los problemas que padece el mundo actual. Porque el problema principal es la sobreproducción y el sobreconsumo de recursos que no son ni mucho menos infinitos. Cuesta de creer que algo tan simple haya sido omitido por la mayoría de cátedras de economía del mundo entero. El crecimiento exponencial en un sistema finito es sencillamente insostenible a largo plazo. La meta pues para los políticos no debería ser el crecimiento sino la redistribución de la riqueza ya existente, que ya es mucha pero mal repartida. Y parece que últimamente se empeñan en seguirla repartiendo mal.
Creo que es sumamente necesario ir haciendo un poco de didáctica para que el mensaje vaya calando, la fiesta se acaba y esta mitad de siglo se caracterizará por una transición necesaria hacia otras fuentes de energía que no estará exenta de traumáticos efectos para el acomodado modo de vida occidental basado en el hyperconsumo despilfarrador de recursos y energía como si no tuvieran ningún valor. Me da la impresión que la gente no se da cuenta de hasta qué punto está en peligro el modo de vida actual y de que cuanto antes se tomen medidas drásticas de ahorro mejor podremos afrontar los cambios que forzosamente tendremos que aceptar. Nunca hemos valorado los materiales que usamos, la energía que gastamos, cada kilowatio, cada kg de cobre o cada galón de gasolina.
Os pondré unos gráficos de mi cosecha que he preparado exprésamente para el post para que veais porqué el mundo ya no podrá seguir siendo lo que era. Empecemos por un gráfico del precio del crudo.
Obvia decir que las curvas finales son de espanto y lo que puede venir aun puede empequeñecerlas. Pero me gustaría que os fijárais en varias cosas. En primer lugar he introducido dos efectos. La inflación y el cambio de divisas. Para la inflación he calculado los deflactores de precios basándome en el CPI (Consumer Price Index) americano. El motivo es que el barril cotiza en dólares así que pensé que si tenia que escoger un índice de inflación debía elegir el del dólar. Como es lógico el efecto se incrementa a medida que retrocedemos en el tiempo. A dicha corrección quise añadir la del cambio de divisa. Más que nada porque sin él no se explica como es que ya estamos igual o peor que en el 2008. Si miramos al principio del gráfico veremos como sucesos como la burbuja punto como, la invasión de irak, el 11S o la guerra de Afganistán apenas hacen mella en el precio. Son solo pequeñas disrupciones. La tendencia de fondo se larva en la recuperación del año 2002, 2003 y siguientes. Esta recuperación del crack económico anterior crea una tendencia de crecimiento en todas las naciones, incluidas esta vez las emergentes que ya no se detendrá. Bueno, si lo hará, en 2008. De ahí el bajón de demanda y por tanto de precio. Lo increible es que en cuanto la demanda recupera el precio también lo hace, y de qué manera. Es cierto que, en su momento, los saudíes frenaron la caida del precio (en 30$) disminuyendo la producción por lo que ganaron margen, capacidad ociosa. Sin embargo, actualmente y con motivo de la bajada de Libia en las exportaciones van a verse obligados a volver a subirla cosa que les va a restar el margen que ganaron en 2008.
El pico del 2008 se soportó mejor en Europa debido a que la cotización del Dólar iba anticorrelacionada. A más que subía el crudo más que bajaba el dólar. Sin embargo, el año pasado ocurrió lo contrario. En 2010 las crisis de deuda soberana depreciaron el euro por lo que dicho efecto en vez de contrarestar se sumó al de la subida del petróleo. La tormenta perfecta estaba servida y ha bastado la revuelta en Libia para poner a nuestro país contra las cuerdas. Y ¿qué podemos esperar del futuro a medio plazo? Pues nada bueno. Y los siguientes gráficos nos explicarán porqué.
Lo que vemos es la producción de la OPEP, de los países no pertenecientes al cártel y del total que sería la suma de los dos. La linea gris es el precio del crudo en dólares corregidos de la inflación. Vemos, pues, que durante la crisis del 79 el crudo alcanzó precios equivalentes a los que alcanzó durante el 2008 (en $ actuales). Los precios del 73 y del 79 causaron una crisis y una estanflacíón (inflación más paro) que duró años y que afectó duramente a España y de la cual solo se salió porque los precios terminaron por bajar. Mirad este gráfico y lo veréis. Olvidaos de políticas mágicas emprendidas por Solbes y seguidas por Rodrigo Rato. Lo que realmente salvó al mundo y a España en concreto, de la parálisis económica, fue la bajada de los precios. Las mismas políticas de Solbes en un contexto de subidas de crudo no sirvieron para nada por lo que acabó por dimitir dándose de bruces con un imposible. Hay dogmas económicos que se creen que solucionan las cosas y sin embargo éste es el gráfico mágico que ningún político mostrará. Tanta energía tienes y tanta usas tanto puedes subir tu PIB. Y como no queremos repartir la tarta pues hay que hacerla más grande pero para hacerla más grande hay que crecer y para crecer hay que gastar más. Círculo vicioso. ¿Cómo salir de él? Repartiendo mejor la tarda y negándose a crecer. Pero eso va contra el modelo establecido y contra lo que dicen los manuales más ortodoxos.
El pico global anual de producción se alcanzó en 2005, en 2006 se alcanzó el pico de producción diaria. Esto se puede ver en las figuras claramente. Los paises no-OPEP son incapaces durante la crisis del 2008 de incrementar la producción, de hecho la reducen. Solo la OPEP responde ya al final. A falta de los datos finales este 2010 los países no-OPEP habrían superado el pico que ya hicieran en 2004 estirando su producción al máximo, especialmente gracias a los incrementos de Rusia, Brasil y China países productores y emergentes a la vez. En cualquier caso y teniendo en cuenta los desplomes de los yacimientos del Mar del Norte y del Golfo de Mexico no parece posible que este crecimiento se mantenga. Solo los países OPEP podrán incrementarla a medio plazo y no por mucho. Parece que estamos pues, en una meseta de producción cuyo pico absoluto se dio en 2005-2006 y que a lo sumo podría presentar a corto plazo un nuevo pico absoluto antes de iniciar el declive inevitable.
Fuentes: CPI del Bureau of Labor Statistics. Cotización mensual del eurodólar del ECB Statistical Data Warehouse. Precios spot del crudo Brent de la EIA (Energy Information Administration). Producciones de los países OPEP y no-OPEP también de la EIA.
Tiempos de cambio
Asistimos a revoluciones inesperadas pero no por ello menos previsibles en los países árabes. Era sabido que toda la región de Oriente Próximo y el Norte de África ha sido siempre un polvorín en potencia, lo que nadie podía pronosticar es cuando estallaría. Regímenes con poderes basados en la imposición militar, muchos de ellos con enormes riquezas energéticas pero con un pésimo reparto de los beneficios. Asistimos pues al fin de esa era que muchos llaman del "petróleo barato" y entramos en un mundo que será dominado por otro nuevo paradigma socioeconómico. Ahora a todos nos pilla por sorpresa pero no podemos decir que no estábamos avisados. Conocemos el problema desde hace décadas pero como he sostenido siempre no actuaremos hasta que no sea demasiado tarde. El sistema capitalista tiene unas inercias tan poderosas que harán que llegue hasta el límite antes de estallar y ser aniquilado por fuerzas mucho más poderosas que él. Las fuerzas sociales de la masa descontenta como ha ocurrido tantas y tantas veces a lo largo de la historia, otros sistemas le sucederán y nada sabemos de lo que vendrá pero si del sistema que se va y del futuro solo nos queda especular.
El estado del bienestar fue el arma que se usó en europa para consolidar las democracias de mercado frente al bloque socialista. Fue necesario mientras los soviets medraban por Europa. Cuando el Este sucumbió el estado del bienestar ya no era necesario. Así hoy día asistimos a su lento, progresivo y constante desmantelamiento. Os dirán que es inevitable, que no hay recursos, que debe hacerse por nuestro bien. No os lo creais porque es mentira. Lo hacen porque quieren. Porque ya no nos tienen miedo, creen que tenemos demasiado que perder si nos alzamos. Y no les falta razón. Sin embargo vientos de revolución soplan desde el sur y amenazan con llevarse por delante el sistema entero. Prueba de ello es que dinero para redistribuir siempre hay pero solo se ponen manos a la obra cuando empiezan a ver el pescuezo peligrar. Véase sino todas las reformas que estan emprendiendo los países árabes cuyos governantes aun no han caido.
Pero para que los vientos revolucionarios soplen fuerte en la Europa acomodada aun falta mucho.... o quizá no? Durante la Revolución Francesa fueron las alzas en los precios del pan de un cada vez más castigado pueblo lo que espoleó la insurrección. En los países árabes también lo han sido los alimentos. En occidente no tenemos ese problema ... o si? Yo creo que o cambian muy rápido el módelo o vamos encaminados a ver barriles a 200, 250 y más tarde 300 dólares. Quizá no este año pero si dentro de 5 o 10 años a lo sumo. Precios desorbitados empezarán a parecernos naturales dentro de pocos años. Y si el precio del pan era la medida de todas las cosas en la Europa Medieval no es menos cierto que el precio del petróleo lo és para la Europa Moderna.
Sistemas de transporte: RAILES, ASFALTO y ALAS
El sistema de transporte en España se decidió enfocarlo a la carretera. Aquí en España siempre digo que a todo llegamos tarde y mal. Y el transporte es una muestra más de la cortedad de miras de nuestros dirigentes en el pasado en el presente y por desgracia me temo que también en el futuro.
Durante el siglo XIX y principios del XX el transporte por excelencia era el ferrocarril. Las locomotoras a carbón movían el grueso de las mercancías por tierra era el invento revolucionario e iban a cambiar el mundo. Sin embargo, el petróleo iba a cambiarlo todo. Al principio esta materia prima se usaba para el alumbrado. Pero e aquí que Edison, la electricidad y su bombilla incandescente enterraron de golpe el negocio de Rockefeller y su Standard Oil. Hacía falta inventar algo y rápido. Sorprende ver que, las soluciones eléctricas para automóviles, tranvías, trenes y trolebuses ya estaban expandiéndose cuando el todopoderoso sector petrolífero que veía peligrar el negocio de la venta del petróleo apoyó un sector nuevo. El del motor de combustión. Ford sacó su modelo T el coche se popularizó en EEUU y todos conocemos la historia que siguió. En EEUU el poder del lobby del petróleo fue tan fuerte que hasta su red de ferrocarril se hizo funcionar a Diésel teniendo, actualmente, una de las redes más atrasadas de ferrocarril del mundo occidental.
1.- Redes de autopistas: España tenía que entrar en el siglo XX y cuando ya el resto de Europa empezaba a penalizar el uso del coche y a priorizar buenos sistemas de transporte por ferrocarril tanto de mercancías como de personas, aquí en España hicimos lo contrario. Increiblemente eso ocurrió en los años 80 cuando no lográbamos salir de una crisisi estanflacionista gravísima precisamente causada por los elevados precios del petróleo.
Pero el transporte por carretera, decían, era el futuro y todo ciudadano debía tener derecho a llevar su coche. Así que se abandonó el mantenimiento y mejora de la red de ferrocarriles básica y se emprendió la construcción de autopistas desviando por ellas el grueso del transporte de mercancías.
Hoy día nos damos cuenta del error que se cometió pero cambiar hábitos e infraestructuras és algo que no se consigue en días sino más bien en años.
2.- Aeropuertos para todos: Otra insensatez ha sido la construcción de aeropuertos en casi cualquier capital de provincia, Alguaire, Ciudad Real, etc. Aeropuertos que suelen quedar vacíos, testigos mudos de una especulación urbanística suicida. Auténticos monumentos al despilfarro energético. Ahora estamos de entre los primeros paises con microaeropuertos. El destino futuro nos obligará a acabar con la capilaridad aérea y a reducir los trayectos y maximizar el número de personas en cada viaje. Se primarán aviones grandes y los trayectos más rentables entre los principales hubs aeroportuarios. Todo esto acabará pasando porque el precio del petróleo del cual deriva el queroseno será irrentable para las rutas no tan concurridas o para la elevada frecuencia aerea.
3.- AVE a tutiplén: El último error ha sido querer ser los primeros en la Alta Velocidad. Llegando al absurdo de hacer más alta velocidad que nadie. Como si eso nos situara en mejor posición. Sin embargo está lejos de ser así porque para lograr una buena red tan importante es tener ramales de alta velocidad como ramales de baja velocidad pero de mayor capilaridad. Y sobretodo saber distinguir qué paradas son necesarias y cuales no. Porque hay cosas del AVE que solo se explican por especulaciones urbanísticas y favores políticos pero no por la lógica de la eficiencia de la red. Es el caso de estaciones como la de Guadalajara o la del Camp de Tarragona. Los políticos deciden sobre cosas que deberían regirse por criterios técnicos y así nos va.
Consecuencia, seguimos sin tener una buena red básica de transporte de mercancías por ferrocarril. El transporte de personas en algunos casos ha dejado de estar al alcance de todos. Allí donde han substituido el tren barato de siempre por el AVE el tren se ha encarecido. Aun así, peor hubiese sido seguir haciendo autopistas, ciertamente.
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Está comprovado, el sistema de transporte más eficiente para mover mucha gente o carga es el ferroviario, por muchos motivos. Primero es rápido, mucho más rápido que el transporte por carretera si se planifica bien. Deberían hacerse las redes en forma de malla jerárquica, cercanías (100km/h), regionales de velocidad media (200km/h), y trenes de largo recorrido de alta velocidad (300km/h). Cada una de las tres jerarquías es igual de importante si se quiere lograr una verdadera interconexión eficaz sino siempre tendremos regiones favorecidas en detrimento de otras. Es cierto que siempre habrá hubs o nexos con muchas interconexiones pero señores. Las redes energéticamente eficientes se organizan así. Sino lean cualquier artículo sobre estructuras en red. Otra gran ventaja del transporte a raíles es la electrificación, no es necesario que el vehículo lleve el combustible con el consiguiente ahorro de espacio y energía. Lo mismo ocurre con los tranvías y trolebuses. Por no hablar de la posibilidad que un sistema eléctrico ofrece para recargarse en descensos o en frenadas y la mucho menor pérdida por fregamiento de engranajes y necesidades de aceite del motor. Lubricantes, neumáticos y asfaltos de alquitrán suponen otra fuente importante de consumo indirecto de petróleo por parte de los coches.
Por otra parte la masa desplazada por persona es mucho menor en un medio de transporte colectivo que en un automóvil actual. Un vagón medio pesa unas 15 toneladas. Cargado con 60 personas sentadas sale a unos 200kg por persona. En hora punta, con el doble de pasaje, se puede llegar a los 100kg por persona o menos. Nada que ver con la tonelada (1000kg) por persona que mueven los coches. Olvidaos del coche eléctrico el futuro de la movilidad urbana no es suyo pues para obtener la verdadera eficiencia, autonomía y potencia hay que reducir aun más la masa. Sería un cochecito leré, nada que ver con las actuales moles sobre ruedas.
Solo los ciclomotores de 50 y 125cc con sus 100-150kg de peso llegan a tener tasas aceptables con un espacio ocupado bastante más reducido pero aun así siguen teniendo el mismo problema. Combustión y polución. Este tipo de vehículos en modalidad scooter o sidecar pueden tener versiones eléctricas que sí serían compatibles con un buen plan de transporte eficiente y dotarían de una buena movilidad a medias, largas distancias.
Para las distancias medias cortas debería imponerse otro tipo de vehículos. Las bicicletas tracción 100% humana o mixtas con batería de apoyo. Patinetes convencionales, eléctricos o tipo Segway, etc. Vehículos cuyo peso es inferior al de la propia persona por lo que su grado de eficiencia es enorme comparado con cualquier otro vehículo, incluso el colectivo. No hay nada que los supere en eficiencia. Haced los cálculos. Por si fuera poco son el tipo de vehículo particular más seguro pues otra regla que no falla és que, a mayor masa en movimiento, mayor energía a igual velocidad lo que conlleva accidentes más graves. Así que con vehículos de menor masa, más seguridad.
Las medidas de ahorro propuestas por el gobierno: Tímidas, cobardes y con retraso pero necesarias
Más vale tarde y mal que nunca. Y és cierto por eso las apoyo por supuesto. El problema es que jamás se ha hecho didáctica ni se ha advertido realmente del nuevo paradigma al que nos enfrentamos. Siempre se ha dicho que todo lo solucionaria la ciencia de forma tranquila pues no. Hacen falta medidas, muchas más y mucho más duras que esas pero para empezar ya es algo. Menos que nada ya és. Analicemos la más polémica de todas.
1.- Restricción de velocidad a 110km/h: Toda reducción en la velocidad de los vehículos conduce a un ahorro de energía. Por una sencilla razón, el rozamiento con el aire. Los que conocen la ley de la fricción en medios fluidos saben que la fuerza de fricción, opuesta al movimiento, es proporcional al cuadrado de la velocidad. Eso significa que podemos calcular la disminución de la resistencia de forma completamente matemática. Olvidaos de las declaraciones de si ahorra o no vamos a medirlo objetivamente. Basta con usar simples regals de 3. Veamos qué ocurre si reducimos de 120 a 110. Pues realizando el cálculo 100/120^2*110^2 obtenemos 84. Esto significa que para mantener la velocidad en 110 el vehículo requiere un 84% de la fuerza que requería para mantenerse a 120. No está mal. Pero puede mejorarse. De todas maneras vemos que mediante meras ecuaciones físicas podemos demostrar con leyes físicas de dónde sale ese 11-15% de ahorro en la conducción que los técnicos nos han dicho que ahorraremos. Se basan en las mismas ecuaciones que yo añadiéndole las ineficiencias correspondientes que, como siempre, generan pérdidas. Quien diga que no se ahorra rebajando la velocidad está negando las ecucaciones de la física. Así de claro.
Os propongo el visionado del programa de tv3 titulado Tots a 80, "todos a 80". Es muy esclarecedor. Nos habla de la medida impulsada por ICV en Catalunya. Restricción a 80km/h en los accesos a Barcelona. Resulta que a medida que bajamos la velocidad máxima en carretera ocurre otro fenómeno curioso. La velocidad media se acerca más a la velocidad máxima permitida. El motivo es que, peajes, desvios, retenciones, semáforos y cualquier suceso diverso que obligue al automóvil a detenerse y volver a arrancar hace que la velocidad media real sea inferior. Dado que un vehículo tarda más en alcanzar los 120 que los 80 esto hace que mientras que a 80 la circulación es más suave y eficiente en 120 se traduzca en fuertes aceleraciones y frenadas. Si hiciésemos el mismo cálculo que antes pero para los 80 veríamos que la fuerza requerida para mantener dicha velocidad es un 44% de la que se requiere para mantener los 120. Es decir que el consumo se reduciría a la mitad aproximadamente. Esta si que es una medida de auténtico ahorro. Y ¿qué relación tiene la energía con la fuerza requerida para mantener un cuerpo en movimiento? Pues es directa y la podéis encontrar en la ecuación del trabajo que equivale a la fuerza por el desplazamiento. Esto quiere decir que si la fuerza se reduce en un 44% la energía requerida lo hace en idéntica proporción. ¿Increible verdad? Pues es pura física.
Los 80 tienen muchas otras ventajas porque el ahorro se produce no solo en la menor velocidad máxima sino en la menor intensidad de acelerones y frenazos. Reducción de accidentes graves, de micropartículas tóxicas emitidas al aire y de CO2 emitido. Todo ventajas. Y otra más. Una velocidad reducida desincentiva el uso del transporte privado y redirije la demanda hacia el transporte colectivo.
2.- Recambio en la iluminación por sistemas más eficientes: Esta medida está bien sino fuera porque no se mete en la iluminación privada. Qué hay de obligar a empresas y comercios a tener un régimen de iluminación eficiente? Está claro que falta una legislación profunda en iluminación. No solo eso sino quizá cambiar el paradigma y acostumbrarnos a que no és lógico que la noche sea tan luminosa por nuestra culpa. En Canarias tienen eso bien asumido pues es un lugar done por los telescopios que se instalan necesitan evitar a toda costa la contaminación lumínica. Quizá debamos cambiar el chip y no digo que las calles tengan que se lúgubres pero sí que no tiene mucho sentido iluminar según qué sitios con esa potencía desproporcionada.
3.- Campañas de concienciación: Están bien si no fuera porque llevamos décadas con campañas de concienciación en sentido contrario. Campañas que nos motivan a consumir más y más y que no solo las realizaban los gobiernos sino las empresas. Y dichas campañas siguen activas en casi cualquier anuncio de televisión. En especial en los de automóviles que simbolizan el prototipo de anunció nocivo por excelencia pues incentiva el mito de que ser feliz es tener Coche y Casa, con garaje propio, por supuesto.
4.- Rebaja de los transportes públicos: Bravo, ya era hora que se dignaran de veras a ello. Aun así, un 5% se me antoja poco pero como no está el horno para bollos vale más eso que nada. Veremos cuanto dura.
Las críticas a las medidas
Algunos individuos han salido en seguida adduciendo que las medidas eran soviéticas porque se metían el la vida de la gente o recaudatorias porque se hacían para sacar más multas. Bien creo que ambas afirmaciones se descalifican por si solas. Tan soviética es la restricción a 120 como la de 110 a 80 a o a 60 si me apuras. O la misma prohibición de fumar en locales o la ilegalización de las drogas. A ver si alguien sabe ver las diferencias porque yo no las veo. La restricción existe pero el cambio no es cualitativo sino cuantitativo. Lo mismo sirve para los que la acusan de recaudatorias. El número de multas puede que sea superior un par de semanas hasta que la gente se adapte o ni siquiera eso pero muy pronto se estabilizará en las mismas de siempre. De hecho se va a recaudar menos si se consigue reducir el consumo porque si se reduce la compra de gasolina se reduce el cobro de los impuestos asociados a ella. Asi que, de recaudatorias nada. Cuando alguien dice que tienen afán recaudatorio yo solo puedo pensar que lo dice porque se quiere saltar la norma porque si la cumple nadie le hará pagar nada. Como cualquier otra norma.
¿Porqué se dice que deben ser temporales?
Las medidas son impopulares. Normal, han estado acostumbrando a la gente para que consuma y conduzca y ahora esto no cuadra. De ahí que la reducción sea solo a 110, de ahí que no hayan tomado medidas contra los bares que ante la prohibición de fumar dentro se han puesto a quemar gas en un derroche sin precedentes de gases derivados del petróleo, butano, propano etc. De ahí que digan que solo es temporal, que no tengamos miedo. ¿Para cuando un gobierno valiente que se valga realmente de criterios técnicos y científicos y se deje de miedismos y de acobardarse ante la Merkel, Barrosos y compañías? Si se sabe, porque hay numerosos estudios que así lo avalan, que las medidas son buenas y útiles ¿porqué no se hacen permanentes? y ¿porqué no se dice que se va a ir profundizando en ellas? Porque veamos si esto lo hacen con el barril a 115. No esperarán verlo a 60, digo yo.
Es más probable que lo veamos a 150 en pocos meses que a 60 pero vamos que si baja se mantendrá rondando los 100 que es la cifra que ha barajado la OPEP como cifra rentable para su extracción y si aumentan la producción será para que no se desboque pero no para bajarle mucho el precio. Además la demanda seguirá creciendo en los próximos años y la oferta cada vez irá más apurada. El pico de producción, hasta la fecha, sucedió en 2006. Con crisis como la de Libia, y los desplomes de producción de Mexico y el Mar del Norte entre muchos otros pozos no parece que la cosa vaya a ir a mejor. Añadamosle a eso un aumento del consumo interno de los países exportadores metidos ahora en una carrera por mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos antes de que se subleven y añadámosle también la creciente China que no va a dejar de demandar cada vez más crudo. Después de todo, aun gastan muy poco por habitante y "tan solo" son 1300 millones de personas. Con todos esos ingredientes sobre la mesa y sabindo lo buenas que son esas medidas para la economía y el medio ambiente no solo no deberían ser temporales sino que se debería ir profundizando cada vez más. Deberían ser un aperitivo.
Balanza comercial e impuestos a la gasolina
Dado que no somos productores de petróleo la mayoría de gobiernos europeos introdujeron fuertes tasas a la gasolina. Especialmentre tras los schocks petroleros que empezaron en 1973. Mucha gente ignora el coste que tiene eso para un país tan dependiente como el nuestro. Cada año se envian millones de euros a los países productores y todo por mantener nuestro ruinoso sistema de movilidad. Las propuestas de bajar impuestos a la gasolina para contener los precios son inconscientes. Mantener los precios bajos fomenta el consumo y eso arruina al país. Esto debería haberse enseñado desde el principio. Todo lo que nos gastamos en petróleo no nos lo podemos gastar en otras cosas mas necesarias, sanidad, educación, ayudas...
Las medidas que el país necesitará para ir hacia la revolución energética
1.- Limitacion a 80km/h: No nos quedaremos en la timidez. Tarde o temprano acabaremos por reducir a 80 para que el consumo caiga en picado y para que el uso del automovil también lo haga. Ya lo explicamos más arriba. A esa velocidad el consumo de los automóviles se reduce a la mitad ya lo hemos visto. Además, muchos conductores se sentiran desalentados a usar un medio de transporte tan dañino para la economía y para el medio ambiente. Con esta limitación, los accidentes de tráfico graves se reducirán muchísimo lo que reducirá también el gasto sanitario en ese campo.
2.- Penalizar los coches que vayan solo con el conductor: Ya lo hemos dicho, gran parte de la energia se pierde en aceleraciones y frenazos. Así que, o se reduce la masa de los vehiculos o se los llena de gente. El coste energético de acelerar es proporcional al cuadrado de la velocidad que se desea alcanzar a la vez que proporcional a la masa del vehículo que se pone en movimiento. Si tenemos en cuenta que un coche pesa una tonelada y una motocicleta de baja cilindrada 100kg mover un coche es equivalente a mover 10 motocicletas. Es decir que energéticamente es más rentable que todos vayan en motocicleta a que los coches vayan llenos. Ya no digamos vacíos como van hoy día. No es lógico ni coherente mover una tonelada para desplazar los entre 50 y 100kg que puede pesar una persona. Sencillamente no es energéticamente sostebile.
(FE DE ERRORES: como bien me ha comentado un forero si bien es cierta la equivalencia en masa, no es cierta en consumo. Ahora bien, eso es por culpa de la extrema ineficiencia del motor de combustión. Si los vehículos fueran eléctricos las pérdidas de motor, que son las que ocasionan el grueso del consumo a velocidades bajas disminuiría y acercaría esa equivalencia teórica a la realidad. Naturalmente yo en nada propugno que el futuro pase por ir en moto a combustión. Sino en vehículos eléctricos o de tracción humana, bicicletas.)
3.- Restringir sino prohibir los vehículos privados en las ciudades y permitir el paso solo a motos eléctricas, bicicletas y vehículos de servicio: Esta medida sería muy bienvenida para los sufridores urbanitas entre los que me cuento. Mejoraría el aire de las ciudades y se reduciría el consumo de petróleo además de quitarnos de golpe los molestos coches de la ciudad y el peligro que suponen. Todo en uno. Además se ganaría un espacio increible en la ciudad, se reduciría el ruido y se reduciría el tiempo de los trayectos a pie, muchas veces frenados por los continuos pasos de semáforos. La conducción ciclista o en vehículos eléctricos de tamaño reducido sería posible. En ese caso sería posible la construcción de potentes líneas de tranvía que substituyeran a las lineas de autobús más usadas también.
4.- Prohibír la publicidad de automóviles: Si prohibimos la publicidad sobre el tabaco y sobre el alcohol por ser dañinos para la salud. Porque no prohibir la publicidad de un artículo que no solo mata, a causa de los accidentes y la polución, sino que encima es dañino para la economía. De qué sirve invertir millones en campañas de concienciación si las empresas privadas invierten diez veces más en campañas para concienciar de lo contrario. Así pues es casi más importante acabar con las campañas de publicidad de vehículos a motor. Si se va en serio se va en serio.
5.- Aumentar el número de días festivos: Por último la medida más popular de todas. Las dos primeras restringen y penalizan a los usuarios, por lo que, para algunos, no para los que no tenemos coche, son impopulares. La seguna es neutra penaliza a unos y beneficia a otros. La cuarta ataca a las empresas de automóviles al igual que se hizo con las tabacaleras. Pues bien esta última ataca a las empresas de producción y beneficia a los trabajadores. Se trataría de reducir el tiempo de producción y aumentar el tiempo de ocio y consumo. Ello beneficiaria a diversos sectores, hostelería, ocio. Disminuiría el estrés, mejoraría el bienestar de la gente y nos acostumbraría a un modo de vida más sosegado. La cosa puede ir desde añadir un viernes festivo cada més, la más light, hasta medidas tremendamente radicales como instaurar una semana de 4 días laborables y 3 festivos. Ya no podremos ir a 120 por la carretera pero tampoco nos será necesario hacerlo. Viviríamos mejor, más tranquilos, sin tanta prisa, para qué. Eso sí, las empresas generarían menos beneficios, sería el precio a pagar por consumir menos.
Y esto último es de cajón porque el crecimiento en el consumo de energía ha ido ligado siempre a un crecimiento en el PIB por lo que será inevitable ver una reducción del PIB en el momento que reduzcamos el consumo energético. La cuestión es de qué PIB tirar, del de los beneficios empresariales o del de los sueldos. Si se hace de los segundos el malestar y la inestabilidad serán crecientes y acabaremos mal así que, llegados a ese punto crítico quizá no quede otra que empezar, realmente, a ir hacia un ritmo de vida más tranquilo, no hay prisa por crecer, de hecho es una carrera sin sentido. El crecimiento no puede ser el fin y más cuando queda claro que este no puede ser ilimitado.
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Concluyendo
Una cosa está clara, la especie humana puede llegar a ser muy inteligente individualmente, pero colectivamente no hemos demostrado, por ahora, ser más inteligentes que una simple plaga de bacterias. Estamos esperando que nos llegue lo peor y hasta entonces no actuaremos seriamente. Parece que no tenemos remedio y que nos dirigimos inconscientemente hacia nuestro propio colapso energético. Ajenos a la realidad de la que llevan años avisandonos los científicos. Y ya no hablo de los efectos que causamos sobre el clima y sobre nuestra castigada biosfera. Simplemente, cuando el petróleo llege a 250$, y podemos estar convencidos de que tarde o temprano lo hará, una de dos: o hemos cambiado ya el modelo o lo tendremos que cambiar a la fuerza y sin previsión. Como especie tenemos mucho que demostrar aún y lo que está claro es que nuestras sociedades sólo sobrevivirán si logran combinar bienestar de la población con un consumo reducido y eficiente y con crecimientos económicos reducidos o incluso ligeramente negativos. Deberemos reducir nuestra elevada interdependencia y la elevada externalización de la producción aumentando nuestra autonomía y autosuficiencia regionales. Habrá que hacer buena la máxima de, lo que se consume aquí se produce cerca de aquí.
Sólo entonces podremos decir quizá, un día, que hemos logrado una sociedad estable con nuestro entorno y capaz de perdurar por los siglos sin hipotecar su propio futuro en el planeta. El ahorro pues no es solo bueno para nuestro bolsillo sino que es bueno para todos y para nuestro futuro. Pensemos en ello.