Hechas las cuentas le saco un 21,7% de rentabilidad al total de mi cartera. Terminando con una exposición en bolsa bastante mayor de la que empecé, menos indexada, más sectorial. Supero así mi récord personal de 2019 en el que ya obtuve un 15,5%. Dado que son ya siete años gestionando la cartera...
Este ha sido el año de las renovables, su entrada por todo lo alto dentro de la élite de los assets tecnológicos hasta ahora dominados por las TIC. Muchos fondos que invierten en el sector han más que duplicado su valor en un solo año. Y ahora la pregunta del millón es, ¿cuánto recorrido les queda?
Lo confieso, me he desindexado. Durante años, siempre prioricé los fondos indexados en la construcción de la cartera. El motivo, los fondos índice tienen las menores comisiones y a largo plazo sus retornos han demostrado ser mayores que la media de fondos de forma consistente.
Existe abundante literatura que constata que a largo plazo más del 90% de la rentabilidad de una cartera vendrá dada por su asignación de activos y que los movimientos tácticos que puedan darse contribuirán más bien poco en el saldo final.
Uno de los aspectos más importantes de una buena cartera es no solo tener una buena diversificación en activos tan descorrelacionados como sea posible sino también aplicar una buena política de rebalanceos.
El pescado está vendido en el sector energético y quien no lo quiera ver se dará de bruces con la realidad. En este año tan loco han ocurrido muchas cosas. Pero de lo que no se ha hablado tanto es de que las renovables que ya habían despertado el pasado año, en este 2020 directamente han explotado.
El cambio que se avecina va a ser brutal y aun muy pocos son realmente conscientes de ello precisamente en parte debido a los años de mala prensa y falsedades que se han vertido sobre unas tecnologías que van a transformar el mundo.
No cabe duda de que este ha sido un año sorpresivamente bueno en los mercados y para mi cartera ha sido el mejor de todo el histórico desde que llevo las cuentas. Estoy bastante satisfecho con sus resultados por dos motivos.
Repasando Rankia me encontré hoy con un artículo de Francisco Llinares lleno de lo que considero mitos pikoileros sobre las energías renovables que me dispongo a rebatir.
Ciertamente es imposible saber de antemano cual será el mejor índice del año pero sí podemos tener algunas pistas sobre cuales son los que obtendrán, con mucha mayor probabilidad, los resultados más consistentes a largo plazo.
Este es el cuadro general de la cartera que tengo bajo gestión y la que sería, en principio, mi posición estratégica (asset allocation) objetivo de aquí a un año
El efectivo ( cash en inglés) es tradicionalmente una de las partes menos valoradas y tenidas en cuenta en las carteras de fondos, especialmente en aquellas de más volumen.
Estos últimos dos años he gestionado un patrimonio de un volumen significativo con el que he podido configurar una cartera con total discrecionalidad lo que me ha permitido tocar entornos a los que, con mi capital propio, no habría tenido acceso.
El eje franco alemán se sabe fuerte y puede que no pudiendo ni queriendo salvar el espíritu de la UE como unión de iguales quieran unir bajo otro tipo de espíritu a esos países. El de la dominación y el obligado cumplimiento de unos criterios (les llaman directivas) que ponen ellos sin que nadie les elija para ello. Criterios que ellos siempre pueden saltarse llegado el caso.
El crecimiento exponencial en un sistema finito es sencillamente insostenible a largo plazo. La meta pues para los políticos no debería ser el crecimiento sino la redistribución de la riqueza ya existente, que ya es mucha pero mal repartida. Y parece que últimamente se empeñan en seguirla repartiendo mal.