La calidad se puede medir de muchas formas. Algunas, como las expuestas cuando he comentado acerca de la empresa ASML Holding. Y, por supuesto, esto no es un factor exclusivo para empresas tecnológicas; nada más lejos de la realidad. Aunque desde mi punto de vista, la tecnología juega un papel fundamental como palanca para el desarrollo en cualquier modelo de negocio, sea de la industria que sea.
Como dije, indudablemente en bolsa se puede hacer dinero con casi cualquier activo. Desde empresas de calidad, pasando por cíclicas y hasta con chicharros inmundos. Pero lo que yo debatía es sobre lo que yo entiendo que es una compañía de calidad: aquélla que tiene un producto u ofrece un servicio diferencial, que tiene unas amplias ventajas competitivas sostenibles en el tiempo, que tiene una cuota de mercado significativa, que presenta unas rentabilidades sobre el capital invertido relevantes, con unos márgenes abultados, que genera caja, con unos balances saneados, que opera en sectores con buenas perspectivas futuras, que tiene capacidad para fijar precio, con buenas tasas de crecimiento… en definitiva, compañías sólidas que a largo plazo crean valor para el accionista.
Por supuesto, hay sectores y sectores. En algunos se pueden encontrar compañías de calidad y que por ser intensivas en capital cuentan con elevada deuda. Otras que por su naturaleza cíclica, hay momentos en que sus fundamentales sufren más.
Sobre el gas, efectivamente hay segmentos diferenciados en la cadena de valor, lo mismo que en los relacionados con la automoción, y en otras tantas industrias.
Las energéticas, en lo personal, no me gustan. No me gustan porque no dependen puramente de los fundamentales de las compañías, sino de otras variables no controlables (manipulación de precios, restricciones de oferta, intereses geopolíticos, dependencia de determinadas MMPP, escasez…). Demasiados factores para que yo, cauteloso por naturaleza, lo vea atractivo para que represente una parte importante de mi cartera, que en definitiva era lo que quería transmitir con el intercambio de opiniones.
Pero por supuesto que se puede hacer dinero con energéticas. Y en un contexto como el actual, un posicionamiento táctico en este tipo de activos puede resultar inteligente.
Ahora bien, si hablamos de moat… ¿crees que las empresas de barquitos tienen moat? Como bien dices, no. Alta competencia, márgenes estrechos, elevada deuda, ciclicidad y dependencia de otros factores externos. No es una inversión para mí, no al menos como parte representativa de mi cartera.
Empresas que operen en el sector como oligopolios, que no dependan de un régimen político totalitario, que cuenten con infraestructura crítica difícilmente reemplazable… sí, este tipo de empresas, aún relacionadas con el gas, me gustan más. Ejemplo: Enbridge Inc.: infraestructura energética crítica (distribución de gas, transmisión de gas, tuberías de líquidos, energía renovable), con compromiso ESG, visibilidad en el negocio y posición de liderazgo.
El problema de ciertas empresas como los suministradores de grandes marcas es el riesgo empresarial. Esto es algo que veo recurrentemente en mi trabajo y en lo que me gusta hacer hincapié. Una empresa que concentra su fuente de ingresos en un puñado de clientes es una empresa con un riesgo potencial grande. En el momento en que pierda a uno o varios de sus clientes, su negocio se va al garete. Este es otro factor importante a la hora de analizar una empresa para invertir: el origen de su fuente de ingresos. Si hay excesiva concentración, warning claro.
Una interesante forma de analizar si una compañía tiene foso puede ser estudiar las cinco fuerzas que señalaba el profesor Michael Eugene Porter. Se combina con criterios como los que describo arriba entre otros, se analizan los fundamentales micro, las perspectivas del sector donde opera cada compañía, y se puede comprobar si es una empresa de calidad o no. Y hay productos en formato FI que basan su estrategia en estos criterios.
Insisto en que una empresa sea de calidad no garantiza ser la más rentable. La postura que yo defiendo es que este tipo de compañías, a largo plazo, generan valor sin lugar a dudas, y deben formar el esqueleto de cualquier cartera, por su potencial pero también por su resiliencia. A largo plazo pienso que es la mejor forma, dentro de la inversión en RV, de preservar el patrimonio y hacerlo crecer de forma adecuada. Por supuesto que a lo largo de la vida inversora habrá activos que lo hagan mejor dependiendo el contexto de cada momento, incluso una indexación podría dar mayores rentabilidades, pero como siempre digo, el inversor no sólo debe atender o configurar su cartera en función de la rentabilidad.