Son visiones totalmente opuestas, cada una con sus ventajas y desventajas.
Android se caracteriza por integrar cualquier función que se le vaya ocurriendo a los desarrolladores, de modo que el usuario común no conoce, quiere, necesita o es capaz de utilizar al 100% su dispositivo. Además, obviando los múltiples subsistemas que generan los diferentes fabricantes, se trata de un sistema totalmente público y abierto.
Apple por contra suele tardar en introducir funciones o características disponibles durante mucho tiempo atrás en otra gama de terminales, hasta que ellos consideran que es una función o característica suficientemente útil, madura y con capacidad plena de integrarse en su sistema. Por ende, es un sistema mucho más cerrado y controlado por el fabricante.