En general, prácticamente en todos los países podemos distinguir dos tipologías de mercados de renta fija: los organizados a través de mercados bursátiles y los no bursátiles, caracterizados por ser OTC (sigla del término anglosajón over the counter), de negociación bilateral y no concurrentes. El inversor final tiene que recurrir a intermediarios financieros para poder comprar y vender.