Hacía tiempo que quería dedicarle alguna entrada al famoso stop loss y creo que ha llegado el momento. Yo mismo me sirvo del post para poner mis ideas en orden y espero que a vosotros también os sirva. Dado que, nuevamente, este trabajo me va a ocupar bastante más de lo inicialmente previsto. He decidido dividirlo en dos partes. La última de las cuales hace referencia a una particular manera de calcular el stop loss basándonos en la volatilidad solo útil para operaciones especulativas pero que también creo interesante. Al menos como simple curiosidad financiera sino para que alguno pueda aplicarlo con éxito.
El stop loss, denostado por muchos y reverenciado por otros. Veamos cómo usar esta útil y en ocasiones vital herramienta para evitar o al menos limitar las pérdidas. Si me habéis seguido hasta aquí habréis visto hasta ahora que probablemente yo sea más partidario de poner stop que de no ponerlo, pero no seamos fundamentalistas. El no poner stop loss también puede ser una estrategia y veremos porqué. Por otra parte si se pone mal un stop loss puede ocasionar pérdidas innecesarias o peor aun, no servir absolutamente para nada con lo que nos comeríamos igualmente las pérdidas que pretendíamos evitar.
Empecemos por el principio, definamos el concepto de stop loss. El stop loss es una orden condicionada eso significa que es un tipo de orden que se ejecutará si se cumple una condición. Para los stop loss dicha condición es el alcance, por parte del valor, de un determinado precio. El concepto general sobre la utilidad del stop loss es su propia definición literal, detener las pérdidas. Por lo general entendemos por stop loss la venta de las acciones a partir de un precio determinado de su cotización. Pero el stop también puede colocarse a la inversa.
Hay que decir que en todo momento hemos hablado de establecer posiciones largas. Las posiciones largas son aquellas en las que primero compramos para luego vender la acción a un precio superior al inicial obteniendo así una plusvalía. Pero existen también las posiciones cortas en las que el proceso es exactamente el contrario, vendemos primero para comprar después. Las posiciones largas son las más sencillas de tomar porque nos basta con estar en el mercado al contado, comprando acciones. Mientras que para entrar en corto debemos usar artilugios un tanto más sofisticados, vender a crédito, usando derivados tales como futuros u opciones o bien haciendo uso de ETFs inversos que ganen a la baja.
Así un stop loss para una operación en corto es lo contrario de lo dicho anteriormente. Sería señalizar la compra del valor al alcanzar determinada cotización. Pero este tipo de operaciones no van a ser por ahora objeto de nuestro estudio ya que, como he dicho muchas veces, si queremos empezar en esto hagamoslo por los cimientos y eso es el mercado de acciones al contado.
En la mayoría de los brokers de hoy día la orden stop loss ya viene incorporada de serie para poderse lanzar fácilmente. Pero cuando nos disponemos a hacerlo observaremos que nos dejan escoger entre dos tipos de stop loss, el stop a mercado y el stop limitado.
1.- Stop a mercado
El stop a mercado es muy sencillo ya que solo debemos indicar el precio al que queremos que se active el stop. Una vez el valor de referencia alcanza la cotización marcada una orden de venta por el número de acciones deseado se dispara a mercado. Esto significa que se venderá todo el paquete al precio que esté la cotización en ese momento independientemente del precio que haya alcanzado. Normalmente cuando las caídas son rápidas el precio de venta suele ser inferior al precio del stop, lógicamente.
Frecuentemente se suele entender que el disparo de una orden de stop desencadena la venta del total de las acciones pero esto no tiene porque ser así. Pueden colocarse stops encadenados y parciales. Un primer stop loss que vende pongamos 2/3 de las acciones y un segundo stop loss más abajo que venda el tercio restante. Esto se suele hacer cuando ya se ha subido mucho la cotización respecto a nuestra compra y queremos asegurar beneficios pero tampoco queremos perder al completo nuestra posición. Entonces el segundo stop loss, si es que se pone, lo situaremos por debajo del primero y cuando se vendan los 2/3 iniciales estaremos en beneficios pero aun con acciones y con la posibilidad, quizá, de ganar aun más si la bajada solo fue un susto momentáneo. Conviene tener en cuenta, eso sí, el mayor coste que ello acarrea en comisiones.
2.- Stop limitado
En el stop limitado hay que especificar un valor más ya que lo que se dispara no es una venta a mercado sino una venta limitada. Así pues no solo colocamos el precio de activación de la orden stop sino que también tendremos que colocar el precio límite. La orden se ejecuta de la siguiente manera, en primer lugar si el precio es igual o menor al precio de disparo se lanza la orden limitada de venta. Hasta ahí es lo mismo que en el stop a mercado salvo esa peculiaridad. La diferencia estriba en lo que ocurre a continuación. Un stop loss a mercado una vez desencadenado empieza a vender al precio que sea a mercado y no se detiene hasta que vende todas las acciones que se le indicaron. Por el contrario, el stop limitado una vez disparado solo venderá siempre y cuando el precio no sea inferior al valor límite que fijamos. Si de lo que se trata es de frenar pérdidas normalmente ese precio límite estará por debajo del precio de disparo. La utilidad de hacerlo así es la de evitar que vendamos excesivamente bajos en una caída muy brusca de la cotización.
Ventajas e inconvenientes del stop loss limitado y a mercado
Como hemos dicho, un stop loss limitado a primera vista puede parecer mejor porque, en principio, nos asegura que no vendemos por debajo de cierto precio pero precisamente esa virtud puede ser su principal debilidad. Si el precio baja demasiado deprisa o bien si el precio de apertura ya es inferior al precio limitado la venta no se efectuará y puede que la cotización siga bajando y bajando y para cuando queramos darnos cuenta deshacer la posición implique ya pérdidas considerables. También puede ocurrir que tu propia venta arrastre el precio más abajo y no logre efectuarse más que parcialmente lo que nuevamente se traduciría en mayores pérdidas. Por eso frecuentemente el stop a mercado es mucho más eficaz ya que te garantiza que si se cumple la condición se deshará la posición que normalmente es lo que se pretende.
Existen dos casuísticas interesantes a tener en cuenta cuando se colocan los stops.
1.- Liquidez - volumen
Como ya he comentado muchas veces es importante que al iniciarnos evitemos aquellos títulos llamados chicharros que por su poca liquidez o poco volumen negociado puedan darnos sustos. Porque a veces el problema no es que noas haya bajado la cotización sino que sencillamente no encontremos a nadie a quien vender. Por eso es prefereible empezar en los valores más líquidos que son por otra parte los de las mayores empresas y por tanto las de menor probabilidad de quiebra. Menos riesgo, menores beneficios potenciales sí, pero también menores pérdidas potenciales y para mí eso es lo que cuenta. Si ya es fácil quedarse pillado en un blue chip imaginaos que no os podría ocurrir en un chicharro.
Y ¿cómo afecta la liquidez de un valor a nuestro stop loss? Pues muy sencillo. Conviene recordar que para que nosotros podamos comprar otro nos tiene que vender. Esta quizá es la principal diferencia con un ETF donde la liquidez la garantiza el banco que lo emite. Pero en el mercado de acciones ordinario la liquidez la dan los accionistas con sus ofertas de compra y venta. Hay que tener en cuenta que cuando nosotros nos deshacemos de una posición que creemos mala otra persona esta tomando nuestra posición que el cree buena. Siempre tiene que haber dos lados uno comprador y otro vendedor, es lo que se llama parte y contraparte, sino no habría negociación posible. Esto a primera vista puede parecer una contradicción claro pero hay que tener en cuenta que cada inversor o especulador tiene intereses distintos y sigue estrategias distintas. Puede que para ambos la posición sea buena, o puede que uno de los dos se haya equivocado o, porque no, también puede que ambos se equivoquen y que para ambos sea una mala operación. Son cosas de la bolsa.
Ahora imaginemos que tenemos un stop loss a mercado para vender pongamos 100 acciones del chicharro de turno. Habíamos oído un rumor de que podía doblar y nos dejamos seducir por los cantos de sirena. De repente ocurre algo en los mercados que hace que todo baje en picado. Nuestra orden stop loss salta pero oh sorpresa, en el lado comprador no hay nadie. Y nuestro stop no salta. Mal asunto. En cuestión de segundos un especulador avispado lanza una oferta de compra por 1000 acciones por una cuarta parte del valor inicial, a ver si suena la flauta. No le entran todas solo la mitad. Pero su oferta era tan cuantiosa que se ha llevado por delante todo nuestro paquete vendido a mercado. ¡Y a un cuarto del valor! Luego el mercado se estabiliza y recupera casi la mitad. La liquidez regresa con timidez y aquel especulador hace algo de caja. Nosotros, en cambio, hemos pringado de mala manera. Bien, esto es un caso extremo, claro está, normalmente suele haber ofertas de compra pero puede que estas estén situadas mucho más abajo que el precio de disparo del stop. De ahí que en los valores poco líquidos el stop limitado sea una virtud. En cualquier caso operar con chicharros es algo que considero muy riesgoso porque como veis nosotros no pintamos nada con nuestras 100 accioncitas que pueden ser barridas por cualquier operación fuerte. No se pueden planear estrategias ni órdenes condicionadas de la misma manera que con los valores líquidos porque puede que no sirvan de nada.
Para haceros un símil metafórico. En un chicharro es como si entráramos en un campo de batalla en el que hay diez caballeros de armadura y veinte soldados de infantería. ¿Qué ocurriría? Pues que los caballeros se dedicarían a sangrar a los soldaditos, hay pocos y todos caerían rápido. Un valor líquido, en cambio, es un campo de batalla mucho más enorme. Hay muchos caballeros es cierto pero hay muchos más soldados de infantería, tantos que a veces sus avalanchas y acometidas logran desbordar hasta al caballero más fuerte y valeroso. De entre toda esa multitud un soldado puede pasar perfectamente desapercibido a los caballeros luchar por él mismo y batirse con unos cuantos de su mismo nivel sin temer por el ataque de los más fuertes. Digamos que la fuerza queda diluida. Los grandes influyen sí pero como hay tantos pequeños siempre podemos salir airosos incluso de las peores situaciones.
2.- Gaps
Cuando mantenemos la operación abierta durante varios días conviene tener en cuenta un aspecto importante en el riesgo de nuestra operación. Se trata de los gaps o huecos. Se definen como la distancia que media entre el precio de cierre del día anterior y el precio de apertura del día siguiente. Puede haber gaps positivos y negativos o puede haber días en los que la distancia del hueco sea despreciable. Los huecos pueden producirse tanto en los valores como en los índices. Esto es obvio ya que, al fin y al cabo, un índice está compuesto de valores. Lo que sí es cierto es que los huecos suelen ser menos importantes en los índices ya que estos están mucho más compensados, lógico ya que el gap del índice viene a ser una media ponderada de los gaps de todos los valores que lo componen y algunos serán positivos y otros negativos. Pero, ¿porqué se producen los huecos? Bien, todos sabemos que no solo podemos lanzar órdenes de compra/venta mientras la bolsa está abierta sino también cuando está cerrada. Cuando está abierta la orden se nos ejecuta de inmediato pero cuando está cerrada se ejecuta al abrirse la bolsa. En un intervalo de un minuto mientras las cotizaciones están en marcha no suelen producirse grandes saltos a menos que haya pánico vendedor o euforia compradora. Sin embargo, en el periodo de cierre las órdenes se van sucediendo. Durante el resto de la tarde, por la noche, a primeras horas de la mañana... y se van acumulando en los ordenadores de los operadores electrónicos del parqué. A la apertura de las bolsas se ejecutan todas de golpe y en riguroso orden cronológico. Este desfase temporal entre cierre y apertura produce la acumulación de órdenes y su posterior ejecución de golpe a la apertura. Esto es lo que causa los huecos.
Y ¿qué implicaciones tienen los huecos en nuestros stops? Pues ninguna si pusimos stops a mercado pero mucha si nuestros stops son limitados. Si pusimos un stop limitado puede ocurrir que un hueco rebase el precio de disparo y el precio límite lo que provocaría que la venta no se ejecutara. Si la cotización siguiera bajando a lo largo del día y no recuperara en ningún momento el precio límite las acciones no se venderían por lo que el stop no habría servido para nada aunque la acción fuera la más líquida del parqué.
¿Cómo colocamos los stops?
Esta es la gran pregunta y va a depender de la estrategia que estemos siguiendo y del criterio personal de cada uno. Al tomar una posición uno evalúa cual es la máxima pérdida que está dispuesto a asumir ya sea en porcentaje o en términos absolutos. Frecuentemente el stop se pone en función de eso pero lo cierto es que al mercado no le importa cuanto perdemos o ganamos nosotros. Por eso, los mejores stops son los que se colocarán en función de parámetros determinados por el mercado.
Medias móviles
Para las operaciones de largo plazo una buena idea suele ser usar las medias móviles. Ya sea para colocar el stop en el precio de la misma o a una distancia de ella usando su valor como referencia. Si es una operación de largo plazo la media móvil de 200 sesiones revisada semanalmente puede servir. Si la cotización de nuestro valor se ha revalorizado bastante y estamos ya pensando en recoger beneficios lo que podemos hacer es poner un stop elevado para asegurar beneficios. Eso es por ejemplo lo que aconsejaba cuando se producían excursiones al alza. Seguir medias móviles de menor período. Así íbamos consolidando beneficios pero sin cortar las alas a que nuestro valor siguiera subiendo. Esto es lo que llaman también como stop profit.
Soportes y resistencias
Para las operaciones más especulativas ya sean de medio o corto plazo se suele recurrir mucho a la compra en soportes y a la venta en resistencias. Los soportes y resistencias se basan al igual que las medias móviles en datos pasados, si funcionan medianamente bien es porque el mercado tiene memoria. Y tiene memoria porque está formado por personas individuales con memoria individual. Eso significa que si la gente recuerda que en determinado precio la cotización del valor se dio la vuelta es muy posible que pueda ocurrir otra vez. Ese comportamiento se refuerza cada vez que ocurre. Las resistencias son rectas horizontales que unen una serie de máximos de cotizaciones y los soportes son lo mismo pero para una serie de mínimos. Cuantos más mínimos o máximos unan la línea de soporte o resistencia más consolidada estará esta. Más probable será que vuelva a funcionar y, de la misma manera, si esta se rompiera más probable sería que se rompiera para no volverse a recuperar ya que dado que lleva mucho tiempo cumpliéndose el día de la rotura es un día trágico para los especuladores que confiaban en ese soporte o resistencia que ya para entonces serán muchos. Esta conmoción hace que el miedo cale y se ejecuten órdenes para deshacer muchas posiciones que habían confiado en el soporte. Su ejecución es la profecía autocumplida ya que la consecuencia de ello es que el soporte confirma aun más su rotura lo que retroalimenta el proceso.
Al igual que en las medias móviles, se podría hablar de soportes o resistencias de corto o largo periodo aunque en este caso no haya ninguna base matemática detrás. Pero según si miramos un periodo de meses, semanas, días u horas podemos ver unas resistencias u otras. Estos indicadores gráficos son puramente técnicos, basados en la psicología del mercado, nada más. Así que nuevamente deberían funcionar mejor cuanto menor sea el plazo. Por no hablar del hecho de que la memoria es más fuerte en el corto plazo que en largo plazo. Dependiendo pues de la estrategia que usemos no sería mala idea colocar nuestros stops por debajo de la zona de soportes, de tal manera que si el valor rompe fuerte deshagamos la posición automáticamente.
A continuación os muestro el ejemplo reciente de BME. Son cotizaciones actuales a fecha de hoy sacadas de Yahoo Finanzas. Como veis durante varios meses seguidos se ha definido claramente una resistencia en torno a los 24€, muy clara, cotizando así en un canal lateral hasta que recientemente se ha roto. Porque no lo olvidemos resistencias y soportes están para romperse, sirven mientras no se rompen lo que equivale a no decir nada porque ¿qué fiabilidad tiene algo que no sabemos cuando se va a romper? Tiene la fiabilidad de la estadística, ni más ni menos. Observamos que la probabilidad de que se rompa es baja pero si lo hace conviene deshacer posiciones cuanto antes, de ahí la importancia de la limitación de pérdidas cuando se especula con estos indicadores. También más abajo he indicado la posible formación de un nuevo soporte en la zona de los 20€. Más abajo os explicaré porqué.
Líneas de tendencia o directrices
Finalmente si la tendencia es alcista podemos colocar nuestro stop por debajo de la linea de tendencia alcista que es la línea recta que une los mínimos relativos en la cotización del valor. En el caso de las lineas de tendencia bajistas es al contrario. En este caso se definen por ser las líneas que unen los máximos relativos en la cotización del valor. Seguir estas líneas nos permite ir reajustando nuestros stops en función del avance de la tendencia.
En el ejemplo que os he puesto podemos llegar a trazar dos directrices que se dibujan con cierta claridad. Una alcista y otra bajista, la última y más reciente que podría cortarse por la posible formación de un nuevo soporte o bien proseguir con la bajada. Decir esto que acabo de decir lo puede decir cualquiera, no tiene mérito pero es que realmente nadie sabe qué pasará y quien pretenda hacer de adivino muy probablemente se equivocará y si acierta será por azar. La única verdad es que nuestra experiencia nos puede mostrar que cierto hecho es el más probable. Pero por muy probable que un hecho sea siempre puede ocurrir lo improbable, conviene tenerlo en cuenta y contemplar nuestra via de escape, nuestro stop loss.
Valores psicológicos
El precio lo forman los compradores y los vendedores, en eso estamos de acuerdo. El precio es un acuerdo entre personas, sujetas a nuestros instintos más humanos y en el caso del mercado los más importantes son el miedo y la avaricia. La psicología ya dijimos que actuaba en la formación y consolidación de soportes y resistencias ya que los actores del mercado tienen memoria. Pero existen otras variables a tener en cuenta, especialmente en valores que, como el BME tienen un valor intrínseco en sí mismos.
A este activo lo incluimos en la lista de valores para invertir y no por nada. Es una empresa con un margen de beneficios muy grande, con unos beneficios bastante estables y garantizados y con una situación de casi monopolio. Por otra parte su negocio, las transacciones en el mercado bursátil nacional, es una fuente de ingresos que no parece que vaya a menguar. Se ha caracterizado hasta la fecha por dar elevados dividendos lo que ha sido sin duda un atractivo muy importante en muchos inversores que han visto en ella una opción interesante para invertir.
Por alguna razón se considera que BME por debajo de los 20€ es una ganga. El porque de los 20€ probablemente tenga más que ver con el hecho psicológico de ver reducido en una cifra el valor del primer dígito. Parece absurdo pero estos detalles cuentan. Los valores psicológicos suelen ser números redondos, son creadores de resistencias y soportes. El alcance de estos valores hace que empiece a inyectarse dinero procedente de los inversores cazagangas y no solo de los epeculadores corto o medioplacistas. Esta entrada de dinero extra en el valor por debajo de los 20€ debería frenar mucho su bajada a esos niveles. Pienso que solo una bajada continuada, fuerte y persistente del IBEX haría que rompiera con los 20€. Si, por el contrario, el Ibex rebota entonces el rebote de BME lo será por partida doble lo que acabaría por convertir, probablemente, a ese nivel en un nuevo soporte o quizá en el punto de partida de una nueva directriz alcista.
Una manera de actuar
Conviene saber que los brokers y las agencias de valores poseen información muy valiosa tal y como comenta Miguel Arias en http://www.elblogsalmon.com/mercados-financieros/las-ordenes-stop-loss-una-buena-idea. La idea de que puedan utilizarla para efectuar los llamados barridos de stops no es descabellada. El stop puede ser una ventaja y salvarnos de un desastre pero mal colocado puede ser negativo para nuestras cuentas. Muchos especuladores se basan en el análisis técnico para colocar sus órdenes de compra limitadas y sus stops de venta. Se basan muchas veces en gráficos precisos que indican claramente a que nivel colocar el stop o a qué nivel empezar a comprar. Si os fijáis en el gráfico que os he puesto de ejemplo las líneas que he trazado son gruesas y no pasan exactamente por los extremos locales sino que siguen más o menos la tendencia o la resistencia. El hecho es que no pretendo ser exacto sino aproximado porque eso define más la realidad del mercado. Si nos fijamos bien, incluso cuando la cotización cumple los puntos de entrada ya salida previstos no lo hace con precisión sino de forma aproximada. Muchas veces la cotización empieza a subir poco después de romper con oportuna precisión el soporte lo que deja vendidos a quienes habían colocado allí sus stops. Estos acabaran volviendo a entrar rezagados otra vez. Estas batallitas son un continuo. A veces más vale no esperar a llegar a la resistencia sino salir de la posición antes. Es muy típico que la cotización gire a la baja antes de llegar al punto esperado por la mayoría de inversores. Las manos fuertes lo saben y son ellos quienes suelen crear esos giros vendiendo antes de la resistencia para dejar comprados al grueso de inversores.
Hagamos buena la dicha esa de, el último duro que se lo quede otro.
Evitemos poner el valor exacto del soporte o linea. Evitemos poner números redondos. Seamos imprevisibles, introduzcamos cierta aleatoriedad en nuestra decisión, el mercado contiene azar y contiene manos fuertes muy informadas que atacan lo previsible, evitemos pues ser previsibles. Salgámonos de lo ordinario. Utilicemos los indicadores no para colocar los stops sino justamente para saber donde no colocarlos y para saber entorno a donde colocarlos. No es casualidad que en el gráfico que adjunto haya dibujado lineas gruesas y aproximadas. Y es que no pretendo ajustar con precisión los extremos locales sino todo lo contrario.
Ahora una buena pregunta sería, ¿entonces nos podemos fiar de las medias móviles, de las líneas de tendencia o de los soportes y resistencias? Yo personalmente no me fío pero tampoco rechazo de plano la información que nos aportan. No es ninguna ciencia es pura psicología de la masa, nada más.
Invertir sin stop loss
Por último existe la estrategia de no ponerlo. No me extenderé mucho pero es evidente que si se trata de inversiones a largo compradas a precios de ganga puede que lo que menos nos importe sea el precio y lo que queramos sea rentabilizar la inversión durante años sino décadas. También existen quienes prefieren usar instrumentos de cobertura tales como opciones. De tal manera que si el precio de las acciones cae van a ganar con las opciones con lo que compensan la caída e incluso puede que ganen más y todo. Pero este tipo de estrategias requieren de unos conocimientos más avanzados. Además tienen otra pega, el stop loss es gratis mientras que las opciones tienen una prima que supone un sobrecoste a nuestra operación. Si queréis leer algo más sobre el tema podéis echar un vistazo aquí. De todas maneras esto solo recomiendo que lo miréis como curiosidad pero si estamos empezando desaconsejo nuevamente meternos en derivados aunque sea para usarlos como cobertura.
Actualizado: Me olvidé de citarlo y un comentario aquí abajo me lo ha recordado. Otro caso en el que no conviene poner stops al menos inicialmente es cuando realizamos entradas mediante sistemas de pormenorización a la baja tales como del DCA, GAD o Twinvest u otros que nos podamos hacer nosotros mismos. De hecho, yo ahora mismo mantengo la inversión a plazos mensuales sobre unos cinco valores. En ese caso el stop loss nos rompería el método. Al menos durante el periodo de entrada. Estos métodos exigen la visión al largo o al muy largo plazo y suponen invertir durante las bajadas para ganar participación en el valor para que cuando vuelva a subir nuestra rentabilidad sea superior.
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Estos días ya no puedo escribir tanto como me gustaría pues empieza un nuevo curso y con él varias obligaciones vinculadas a él que me tienen más ocupado. De todas maneras trataré de ir contribuyendo aquí en la medida de los posible. Tengo pendiente finalizar aun una segunda entrada sobre las órdenes de stop. Finalmente y dado que mi tiempo escasea más de lo que me gustaría pronto pasaré a centrarme más en exponer algunos métodos personales y resultados que estoy obteniendo. Como siempre, hasta la próxima.