Las dictaduras fascistas y nazis, son socialistas, por mucho
que os empecinéis en nombrarlas de derecha o ultraderecha.
Y, a la Historia me remito.
Por supuesto que su origen es socialista, sin duda alguna. Pero quien se empecina en nombrarlas como de derecha es la actual extrema derecha, reivindicándolas para sí, y haciendo una apología, sutil a veces, explícita otras, aunque no menos vergonzosa que la que hace la izquierda actual con el estalinismo, al menos en el contexto español.
Tan lacerante para la verdad como injurioso para la concordia es ver aún ahora a socialistas reivindicando la II República, proestalinista y criminal, tanto como a la nueva hornada de cachorros ultraderechistas, muy activos en redes sociales y en la órbita propagandística de cierto partido en auge, perorar a todas horas sobre el globalismo, el NWO, la condición judía de Soros o el plan Kalergi. El salto de tales bobadas adolescentes a la apología directa de aspectos no secundarios de lo que fue el fascismo o el nazismo -sin perjuicio del por ellos ignorado origen colectivista-, se produce sin solución de continuidad.
En fin, como en este país no teníamos bastante con los memos cómplices intelectuales de los totalitarismos de un signo, ahora salen como setas los tarados del otro lado. Y en el contexto de la pandemia, y aquí enlazo con el origen de esta conversación, la extrema derecha en redes -y la política, no sabría decir como causa o consecuencia de aquella- han hecho bandera de una postura para mí inasumible, y derivada, ya digo, de simplezas antes propias de la izquierda perroflauta y ahora acogidas con entusiasmo por gente despistada o directamente de un talante ruin antes latente y ahora desbocado.
Días atrás, me dolió mucho enviarte un mensaje, en que te decía que tu postura de expulsar gente a patadas, por sus ideas, que eran solo suyas, y no tuyas, te acercaba mucho a tics totalitarios. Pero asumo que no te importa..
No sé qué debería importarme, porque creo que mi postura está muy clara. No me planteo expulsar a nadie, más que nada porque no tengo competencias para ello. Ahora bien, entiendo como innegociable la libertad del propietario de un lugar privado para expulsar o no admitir a quien considere conveniente. Lo contrario, es decir, que el Estado obligue a alguien a tener relación con quien no quiere, sí que es totalitario y estalinista.
Un abrazo.