Yo no anularía las autonomías, las reduciría. Eso de autonomias uniprovinciales, ni hablar, respetaría las históricas y en las demás las uniría en unas pocas mas grandes. Cambiaría la organización, para que de verdad formen una unidad con el Estado, y no entidades separadas. Algo así:
- En el nivel mas alto está el Estado, que coordina a todos para que actuemos como una unidad
- En segundo nivel están las CCAA que hacen lo mismo pero a nivel autonómico, desarrollan sus competencias y aplican las estatales. Desaparecerían entonces las delegaciones del gobierno, sus competencias serian estatales, pero desempeñadas por la CCAA en nombre del Estado.
- En tercer nivel, las entidades locales, que replican a nivel local lo que las CCAA hacen con el Estado a nivel autonomico, desarrollando sus competencias y aplicando las estatales y de la CCAA.
Reduciría los cargos políticos que serian solo de nivel normativo y de control de las administraciones, en tanto que las administraciones serian dirigidas por medio de normas, no directamente por medio de órdenes de los políticos, ocupando puestos que deberían ser ocupados por funcionarios.
Profesionalizaría la administración, eliminando los eventuales, limitando las interinidades y obligando a que fuesen convocadas las plazas en la siguiente oposición que se convocase. Las oposiciones serian, todas, por convocatoria estatal, quien quiera tener destino en una CCAA tendría que acreditar un conocimiento mínimo de la lengua de la CCAA (B2 o superior), ademas de tener que pasar un mínimo de tiempo en una CCAA distinta de la suya. Las oposiciones, como norma general, que fuesen oposiciones puras y duras, solo unas pocas por concurso-oposición, y examinando bien que méritos se pueden alegar.
La movilidad de los funcionarios entre las administraciones deberia ser total, incluso diria que obligatoria, de forma que tras 5 años en una de ellas hubiese que moverse a otra, de forma que cualquier funcionario con 15 años de antiguedad habria tenido que trabajar en un organismo estatal, uno autonomico y uno local. Cuando se ven las cosas desde distintos puntos de vista, la opinión suele cambiar.