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Re: Reuniones del BCE: seguimiento y opiniones
El BCE aprovecha Davos para allanar el terreno
Intermoney | En unos primeros días de semana escasos de referencias macro, las miradas se centran en el Foro Económico Mundial de Davos, que además tiene como aliciente el regreso de Trump en la Casa Blanca. No es casualidad entonces que, en los discursos de los ponentes, tenga un gran papel los efectos que podría desatar las tensiones comerciales y el aumento de los aranceles. Era una posibilidad que en el día 1 de la Administración Trump se hubieran tomado las primeras medidas en esta dirección, por eso, el tono más amistoso del comienzo fue bien recibido por Lagarde, quien señalaba que fue un “enfoque muy inteligente, porque los aranceles generales no necesariamente te dan los resultados que esperas”. Por otra parte, la francesa se mostraba más esperanzada en que la política arancelaria sea más enfocada y selectiva.
En este sentido, Lagarde señalaba que reducir las compras a Europa para aumentar la fabricación nacional podría ser un arma de doble filo para los americanos. La gala advertía que “si nos fijamos en el mercado laboral [estadounidense], tenemos una tasa de desempleo muy baja y la capacidad ya está funcionando casi a pleno rendimiento”. Por eso, el incremento de las tarifas a las importaciones puede acabar teniendo dos efectos negativos, la reducción de márgenes para el importador y el aumento de precios para el consumidor.
En cuanto a los asuntos del propio BCE, no ha habido opiniones controvertidas sobre los próximos pasos y Davos ha sido el lugar perfecto para atestiguarlo. A diferencia de otros periodos previos a la reunión, la preparación para la reunión de la próxima semana está siendo relativamente tranquila. Para Lagarde, la dirección es muy clara en lo que en la primera reunión se refiere. Sin embargo, parecía más reacia ir demasiado rápido y en sus palabras, “un movimiento gradual, dependiendo de los datos, es ciertamente algo que se me ocurre en este momento”.
En cuanto a los asuntos del propio BCE, no ha habido opiniones controvertidas sobre los próximos pasos y Davos ha sido el lugar perfecto para atestiguarlo. A diferencia de otros periodos previos a la reunión, la preparación para la reunión de la próxima semana está siendo relativamente tranquila. Para Lagarde, la dirección es muy clara en lo que en la primera reunión se refiere. Sin embargo, parecía más reacia ir demasiado rápido y en sus palabras, “un movimiento gradual, dependiendo de los datos, es ciertamente algo que se me ocurre en este momento”.
En general, todos los miembros se alinearon el miércoles detrás de nuevos recortes de los tipos de interés, indicando que la reducción de la próxima semana es casi un hecho. Siguiendo con las comparecencias, el neerlandés Knot mostraba su disposición a recortar en las reuniones de enero y marzo, pero más allá de ahí se mostraba reacio a mantener el mismo ritmo. Knot mostraba una posición distinta a la de otros miembros como Villeroy que quieren mantener el ritmo hasta llegar al 2%. No obstante, se mostraba optimista con la evolución del proceso desinflacionario, ya que según él “los datos confirman el panorama general de que volveremos al objetivo en lo que resta del año” y por eso hay pocos obstáculos para realizar otro recorte de tasas en la reunión de la semana que viene. Incluso el griego Stournaras matizó que la tasa de depósito del BCE del 3% debería acercarse al 2% para finales de año, pero no hablaba de hacerlo ya en verano.