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Muchos comparan la crisis actual con alguna de las pandemias que el mundo ha sufrido en los últimos 20 años (ébola, zika, SARS, MERS...). Aunque sin duda puede haber paralelismos, no es ni de lejos el mejor ejemplo a traves del cual deberíamos sacar conclusiones, ya que ninguna de esas pandemias tuvo los efectos de confinamiento que estamos viviendo en la actualidad. No voy a extrapolar, por que creo cada crisis tiene sus particularidades y es totalmente diferente a las anteriores, pero sí podemos pensar y barajar distintos escenarios en base a lo que conocemos de ella.

Por eso creo que deberíamos fijarnos en la pandemia que sí que tuvo algún tipo de confinamiento, aunque fue parcial ya que sólo algunos estados en los EE.UU. lo implementaron. Esta epidemia no es otra que la mal llamada “Gripe Española”.

Ésta comenzó en 1.918 con la vuelta a casa de muchos soldados tras la Primera Guerra Mundial y sus implicaciones fueron devastadoras (se estima que perdieron la vida 50 millones de personas). Tuvo una duración de unos dos años: entre 1.918 y 1.920 (o 1.919 según la fuente).

Fuente: Robert Shiller Data

El gráfico que muestro arriba tiene como referencia el S&P y los beneficios de diciembre de 1.917. Se puede ver como los beneficios cayeron un 80% y la rentabilidad del S&P en ese mismo periodo un 30%, para luego recuperarse durante los próximos años. Hay que recordar que en 1.918 la narrativa era espantosa: el mundo estaba aún inmerso en una guerra cuando la epidemia comenzó a expandirse, y además, el comunismo venía pisando fuerte.

Esta narrativa unida a los bloqueos que se dieron en algunas ciudades nos puede ayudar a poner las cosas en perspectiva. Lo que nos deparará el futuro es imposible de predecir, aún queda mucho camino por recorrer. Pero si hay cuestiones que deberían generarnos cierto nerviosismo o al menos inquietud para poder reflexionar:

Como por ejemplo, saber que parte de la subida del S&P y Dow Jones se debe a condiciones de mercado favorables y que parte a recompras de acciones, que tanto suelen gustar ya que hace aumentar los beneficios por acción (caeteris paribus), pero que también pueden ser un arma de doble filo ya que quema una caja que bien podría ser devuelta alos accionistas en forma de dividendo (con penalización fiscal) o bien podría ser invertida en la compañía o en nuevos proyectos.

Cambiando de tercio, otra cuestión que me preocupa es que hoy, debido al coronavirus se esté alimentando la que pueda ser la próxima gran burbuja ya que, visto lo visto, este apoyo "temporal" pero necesario de liquidez que los bancos centrales están llevando a cabo, parece que va a ser la nueva norma, y eso sí que tiene sus peligros.

Aquí una imagen de la situación monetaria (en cuanto a t/i) en el mundo en marzo de este año. Además la M1 y M2 también está creciendo a ritmos acelerados . Qué nos deparará el futuro ¿Japonización o crecimiento?

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