📍 Día 27 – Tribunal Penal Económico Internacional, La HayaTransmisión global en directo Silencio de mármol. Cámaras alineadas. Un acusado que no parpadea. Rudolf Meinhardt entró en la sala sin esposas, pero flanqueado por dos agentes de seguridad europea.Traje gris perla. Corbata borgoña.Paso firme, mirada de zorro viejo. Gabriel, Luis y Marcos seguían todo desde la primera fila de observadores. Agnes Varga, con toga negra y voz de cuchillo, encabezaba la acusación.Claire Hammerli, sentada entre diplomáticos, no parpadeaba. Era más que un juicio.Era la exhibición pública de una era de impunidad. La apertura —“Señor Meinhardt, se le acusa de dieciocho delitos económicos internacionales, incluyendo blanqueo de capitales, creación de estructuras fraudulentas transnacionales, conspiración para evadir regulaciones europeas, y colaboración indirecta con grupos delictivos organizados…” Meinhardt sonrió levemente. Casi un gesto de cortesía, como quien asiente a un mal camarero. Varga sostuvo su mirada. —“Y se le acusa, sobre todo, de erigir un imperio sobre el sufrimiento de miles.” Silencio. El relato La Fiscalía presentó su cronología.Proyectada en pantallas.Cada movimiento.Cada alias.Cada sociedad tapadera. Se vieron: Los flujos entre BlackShield Markets y Aristeia Foundation.Las triangulaciones vía Luxemburgo, Islas Vírgenes, Riga.Las firmas legales que emitieron licencias falsas.Las grabaciones con Dragomir, con Lacroix, con testigos protegidos.Y por primera vez, se escuchó a una víctima testificar en directo: —“Perdí 72.000 euros. Pero lo peor fue perder la confianza en todo. Sentirme idiota. Sentirme solo.” La defensa El abogado de Meinhardt —un alemán impecable de voz plana— intentó rebatir los nexos. —“Mi cliente no firmó contratos. No contactó clientes. No gestionó cuentas.” Varga respondió: —“Tampoco Hitler firmó órdenes para cada fusilamiento. Y sin embargo…” Un murmullo recorrió la sala. Luis susurró: —“Esto ya no es solo justicia. Es memoria.” El contragolpe Meinhardt pidió hablar. El juez lo autorizó. —“¿Saben ustedes cuántas personas viven de los mercados que construí? ¿Cuántos políticos han hecho campañas gracias a las estructuras que hoy critican? ¿De verdad creen que esto acaba conmigo?” Y luego, girándose hacia Hammerli: —“Algunos de ustedes me deben más de lo que imaginan.” Claire no se inmutó. Gabriel anotó en su libreta: “Este no está derrotado. Solo desvestido.” La prueba final Luis proyectó un archivo filtrado por Lacroix: Una hoja de cálculo con anotaciones personales de Meinhardt.Cada línea: un alias. Cada columna: una cuenta.Y una fila especial marcada como: “Contactos protegidos — NO TOCAR” Nombres. Muchos con cargo público. Uno aún en funciones. Gasps en la sala. Varga, calmada, solo dijo: —“Este tribunal no juzga a los protegidos. Pero ahora están expuestos. El acusado ha perdido su escudo.” 📍 21:47 h – Exterior del tribunal Los jueces anuncian receso de 48 horas para deliberar. Pero el mundo ya ha visto. Ya ha entendido. Gabriel recibe un mensaje en su móvil: “Rusia, Singapur y Brasil piden informes sobre sus bancos implicados. Ya se abrió la caja.”Marcos cierra los ojos. —“Esto ya no es una trama. Es un espejo.” Luis solo dice: —“Que caigan todos.” Continuará…