Campox2
14/07/25 14:10
Ha respondido al tema
El juego de los brokers: Una historia de venganza y trampa en el mundo del trading
📍 Día 36 – Bruselas – Café Orphée La ciudad estaba tranquila.Ni periodistas. Ni manifestantes.Solo una primavera tímida sobre la Place du Luxembourg. Marcos eligió el sitio.Una mesa redonda junto a la ventana.Pidió café negro para todos.Sin preguntar. Gabriel fue el primero en llegar.Después Luis, Varga, Hammerli, Lacroix.Silencios. Sonrisas honestas.El tipo de gestos que se dan solo después de sobrevivir juntos a una tormenta. Las cicatrices —“¿Saben que todavía tengo el pendrive?” —dijo Marcos, mostrándolo con media sonrisa. Luis se rió. —“Tíralo. O entiérralo.” —“O mételo en un museo.” —añadió Hammerli—. “Con una placa que diga: Aquí empezó todo.” Gabriel miró a Varga. —“¿Y ahora qué? ¿La Haya nos da medallas?” Varga negó con la cabeza. —“La Haya no da medallas. Da trabajo. Tengo tres casos nuevos en fila. Pero este… este lo recordaré siempre.” Hammerli levantó su taza. —“A los que dijeron que no se podía.” Chocaron tazas. Solo una vez. Sin brindis. Sin discursos. El después Lacroix, nervioso, sacó una carpeta. —“He ordenado todo lo que sabemos. Para los archivos.” —“¿Archivos?” —rió Luis—. “Esto debería ser una serie de Netflix.” —“¿Y tú qué harás?” —preguntó Gabriel a Luis. —“Volver a Valencia. Comprar un kayak. O un viñedo. Lo que dure más.” Gabriel giró hacia Marcos. —“¿Y tú?” Marcos bebió.Miró por la ventana. —“Esto no termina. El juicio fue un cierre, pero también un comienzo. El sistema sigue ahí. Yo me voy a quedar cerca.” —“¿Volverás a operar?” —preguntó Hammerli, curiosa. —“Solo contra ellos.”Silencio.—“Hay otros nombres. Otras estructuras. Ya veré desde dónde.” Despedidas Varga fue la primera en irse.Le esperaban en Schiphol.Le dio un abrazo largo a Marcos.Y uno silencioso a Gabriel. —“Cuando lo necesiten… ya saben dónde estoy.” Hammerli le siguió.—“He pedido comparecencias sobre cinco reguladores. No me detendré.” Marcos le dio la mano. —“Sin ti, esto nunca habría salido.” Ella se la apretó fuerte. —“Solo hiciste falta tú para que saliera.” Se fue. Solo los que quedan Luis y Lacroix salieron juntos, hablando de música y de hijos.Prometieron escribirse. Gabriel y Marcos se quedaron. Gabriel: —“¿Vas a seguir solo?” Marcos: —“Siempre he estado solo. Pero ahora… al menos tengo una historia que contar.” Gabriel: —“Yo me quedo. Desde dentro. Tú, desde fuera.” Marcos sonrió. —“Buen equilibrio.” Ambos miraron al exterior.El Parlamento, a lo lejos.Y más allá, las sombras que aún no se habían disipado. Gabriel: —“¿Sabes cómo llamaban a Meinhardt en clave, en los correos?” Marcos: —Claro, El Preceptor. Gabriel: —“Pero tú sabes qué significa eso en latín, ¿no?” Marcos asintió. —“El que enseña.” Pausa. —“Ahora nos toca a nosotros.” 📍 Esa tarde, el pendrive desapareció en el Sena.Una copia cifrada, en la nube. El café quedó vacío.La historia, abierta. Pero el miedo…ya no era patrimonio de los poderosos. FIN (quién sabe si continuará)