Las carteras indexadas (tipo MSCI World + emergentes + small caps) tienen bastante aceptación entre los inversores de perfil de largo plazo. La razón es sencilla: simplicidad, bajas comisiones, mucha diversificación geográfica y sectorial, y la tranquilidad de que no dependes de “acertar” con sectores o gestores. Al final, si el mundo crece, tú creces con él. Muchos foreros las ven como una manera de construir patrimonio sin complicarse demasiado, sobre todo vía fondos indexados o ETFs.
Por otro lado, las carteras temáticas/metales (oro, plata, materias primas) también tienen su público, aunque más de nicho. Han tenido buen comportamiento en ciertos periodos (con inflación, guerras, dólar fuerte…), pero tienden a ser mucho más volátiles y no siempre aportan rentabilidad sostenida. Suelen usarse más como cobertura o diversificador en un porcentaje moderado de la cartera, que como núcleo central. Los que llevan una “cartera metal” pura saben que están asumiendo ciclos largos de sequía, compensados por rachas espectaculares.
En resumen, aquí lo que más aceptación tiene como “columna vertebral” de una cartera son los indexados globales, y luego cada cual añade un toque más personal: algunos metales, otros REITs, otros growth/tech… La cartera metal puede ir muy bien en ciertos momentos, pero a largo plazo (20-30 años) la mayoría prefiere el enfoque MSCI World + emergentes + small caps porque te asegura exposición al crecimiento económico global sin depender tanto de un único activo cíclico.