Destopar la base de cotización, pero no el tope de pensión puede arreglar proyectiva y contablemente parte del problema. Ni siquiera todo el problema, ya que en España ya no quedan tantos salarios medio-altos como serían necesarios.
Pero tiene varios problemas, de tipo socio-político:
.- Aunque hay quien aun discute la naturaleza impositiva de las contribuciones a la SS, no dejan de ser una "figura tributaria especial". Esa reforma incidiría en una transformación parcial de las cotizaciones en quasi-impuestos.
.- Transformado en un quasi-impuesto, volvemos a más de lo mismo. Las cotizaciones a la SS recaen básicamente en los salarios. El sosten principal del Estado, además de las contribuciones a la SS, es el IRPF, que grava sobre todo, los salarios. Me parece que es una carga excesiva sobre un factor económico ya sumamente gravado, y sumamente debilitado. Hay más factores de la riqueza nacional que no tienen tantas cargas, y no están contribuyendo por igual al sostén del Estado, tal como la riqueza inmobiliaria, la riqueza financiera, o el factor capital en el mundo empresa.
.- El gran impuesto que recae sobre los salarios, el IRPF, es progresivo, con diversos escalones, siendo más gravosos a medida que aumenta la renta bruta. No obstante este escalonamiento, la pendiente no es igual, sino que presente un incremento muy sustancial (una subida fuerte de escalón) precisamente más o menos donde está situado el tope de cotización de la SS. A partir de determinadas rentas salariales, lo que no se aporta vía cotización, ya se está aportando vía impuestos recargados.
.- Por otro lado, precisamente los salarios post-tope de cotización acostumbran a corresponder mayormente a profesionales altamente cualificados, cuadros intermedios y directivos de los organismos empresariales, etc etc. O sea, precisamente aquellos factores de producción de altísima productividad, imprescidibles en toda empresa u organización minimanente compleja. Sobre-gravar estos salarios es un claro desincentivo.
.- Destopar las cotizaciones, sin cambiar toda la lógica del sistema de actividades económicas, sería un incentivo fortísimo para que en toda empresa u organización que pudieran hacerlo, transformasen los puestos de trabajo asalariados de ese nivel en puestos de autonomos asociados o colaboradores. Se pasaría de relaciones dentro del ámbito laboral al mercantil. Previsiblemente las cotizaciones por RETA serían por la base mínima, o bastante inferior a lo conseguido ahora por el Régimen General. Para evitar esta fúga del régimen, y pérdida de ingresos de la SS, sería necesario establecer la cotización del RETA por ingresos reales (subida tremebunda para muchísimos autónomos), amen de eliminar las cotizaciones alternativas a las mutualidades (médicos, arquitectos, abogados, gestores....)
.- Asimismo, se daría coyunturalmente la perversión que funcionarios cotizantes a clases pasivas, pudieran compaginar con actividad privada, y tendrían derecho a dos pensiones, con topes independientes.
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!