No es lógico que antes se llevara el dispendio y los manirrotos absolutos y estaba mal como moda, pero ahora en mi opinión, se ha pasado a una radicalidad contraria.
Aquí o nos inundamos o tenemos una sequía muy grande.
Deberíamos de buscar un equilibrio sano y las manadas no son buenas, aun que es verdad que sin querer, te influencia lo que hagan los demás, deberemos de resistirnos y tener personalidad y criterio propio de consumo responsable.
Es muy triste ver como en estos vaivenes del mercado tan brutales, se cierran buenos negocios por cuestiones coyunturales y sin embargo, sobreviven las sanguijuelas que se adaptan al entorno, en perjuicio del cliente.
El consumidor y usuario final, no necesariamente salen ganando con la destrucción, aunque si que es verdad que no viene mal un poco más de importancia y soberanía del cliente, que se echaba muy en falta estos últimos años de soberbia y abuso de vendedores demasiado agresivos y estafadores.
Como consumidores y usuarios deberemos de informarnos y actuar con responsabilidad en nuestros actos de consumo, porque nosotros determinamos la calidad del mercado con nuestras exigencias, selecciones y actos.
Yo soy socio de la OCU y creo que las asociaciones hacen una muy buena labor para canalizar todo este esfuerzo colectivo hacia objetivos que redunden en una mayor calidad de vida para todos, construyendo mejor y no necesariamente destruyendo, como piensan muchos empresarios, que abandonan ahora muy fácilmente.
No es fácil saber lo mejor para el cliente y aún sabiendolo muchos empresarios (los pequeños comercios quizá tienen poco de empresarios) sin escrúpulos, sólo han acudido en pasados años al dinero fácil y rápido y pagan ahora las consecuencias.
La muerte del negocio tradicional es ley de vida, en parte porque tenemos un canal de ventas que pisa muy fuerte, como es el negocio online, que tiene unas características muy diferentes a la tienda física.
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Un saludo