Sin entrar a definir qué es 'normal', caso poder arrojar definición única, hay efectivamente muchas personas mayores que no es que se apañen, bien o mal, con un ordenador que no sabrían ni cómo encenderlo; personas que siguen vivas y si les pasas tu móvil para decirles "ponte, que quieren saludarte" no saben qué hacer con ese objeto rectangular que puede emitir, o no, luz, ni cómo colocarlo en la oreja, sin poder distinguir anverso de reverso, o dónde está el auricular y dónde el micrófono; como una pastilla de jabón Lagarto que les dices "cógelo, escucha y habla".
No les queda otra que ir a oficina, a veces desplazándose kilómetros en transporte público, y una vez allí, zasca!
El personal de la sucursal podría, pero obligados no están a ello, claro, decirles a esos clientes que podrían tener (reciente) derecho legal a la llamada cuenta de pago básica sin comisiones. ¿Les nace informar de ello cuando por ello no han sido expresamente preguntados?
Personas que no saben qué hacer con una tarjeta de débito, sin mencionarles el 'contactless' o el 'sin contacto', y que pueden cumplir los requisitos para tener derecho a la cuenta de pago básica por la que no les podrán cobrar comisiones, entre otras, ni por retirada de efectivo en ventanilla ni por orden de transferencia cursada en oficina, pero el 'personal' de la oficina no va a mirar por ellos, por saber si tienen o no derecho a esa cuenta de pago básica.
Ya sé que no hablo del perfil rankiano, pero esas personas existen, más o menos cerca de nosotros mismos, integrantes de la misma sociedad -cuando no de la misma familia- a la que uno pertenece, te los encuentras comprando pan, tirando basura en el mismo contenedor, haciendo cola única para subir al autobús o cobijándose de la lluvia bajo la misma marquesina.
Podríamos haber sido cualquiera de nosotros.
(disculpas por el off-topic)