Iberdrola ofrece a Trump un megaplan inversor para salvar sus eólicas marinas
Iberdrola quiere mantener a EEUU como primer destino inversor. Ofrece más de 18.000 millones. Pero depende de si Trump no le cancela proyectos. El 24 de septiembre decidirá su nuevo plan.
La intención de la Administración Trump de bloquear dos emblemáticos proyectos de Iberdrola en EEUU (New England Wind 1 y New England Wind 2, en eólica marina frente a las costas de Massachusetts), va a poner a prueba la capacidad de adaptación de Iberdrola, y su poder inversor como herramienta de negociación.
Iberdrola quiere mantener a Estados Unidos como su principal foco inversor. Así se lo ha hecho saber al Gobierno americano. Pero todo dependerá de que no se bloqueen proyectos clave o, si se da cerrojazo a algunos de ellos, como los de eólica marina -contra la que Trump mantiene una cruzada particular- se compense con nuevas oportunidades, especialmente en desarrollo de redes eléctricas.
Iberdrola ha mantenido siempre una relación fluida con el Gobierno americano, sea del signo que sea. El grupo español siempre ha demostrado gran flexibilidad para adaptarse. Pero ahora el tiempo apremia.
El próximo día 24 de septiembre, Iberdrola celebra el denominado día del inversor (Capital Markets Day), en el que debe trazar una nueva hoja de ruta una vez que el actual plan estratégico 2024-2026 ha sido batido con creces.
No se trata de una mera actualización de números en término de previsión de resultados y dividendos. Es el plan estratégico que confirmará definitivamente el giro que está dando Iberdrola en cuanto a negocios y áreas geográficas. La obsesión de Iberdrola es centrarse en negocios recurrentes y países con regulación estable.
Punto de inflexión
Un golpe a la eólica marina en EEUU -por mucho que algunos analistas digan que estaba descontado, habida cuenta de que en meses anteriores Trump había ido cancelando proyectos de otros gigantes, como Ørsted y Equinor-, puede marcar un punto de inflexión a la hora de rediseñar la estrategia de Iberdrola. Basta con mirar el plan 2024-2026, aún vigente, para entender que EEUU es la piedra angular del grupo español en estos momentos.
EEUU, lo primero
El plan 2024-2026 contempla inversiones de 41.000 millones de euros (36.000 millones netos, sin la contribución de alianzas y socios). De esa cifra, el grueso eran redes, con 21.500 millones. El segundo plato fuerte eran las renovables, con 15.500 millones (10.000 millones netos, sin la contribución de socios, aún por concretar).
De las renovables, la eólica marina era el grueso, con el 54% del total, seguido de la eólica terrestre (28%) y la solar fotovoltaica (18%). En eólica marina, Iberdrola se concentra en EEUU, Reino Unido, Francia y Alemania. En el conjunto del plan inversor, EEUU era la parte más relevante. De los 36.000 millones de inversión neta de Iberdrola, el 35% se había asignado a EEUU, seguido de Reino Unido (24%) y España (15%). Por debajo estaban Brasil, Francia y Alemania. Es decir, EEUU supone 12.500 millones. Pero la cifra podría dispararse a 18.000 con la perspectiva a 2030.
'Off-shore', sello propio
En ese plan, Iberdrola mencionaba el proyecto de New England como uno de los más relevantes. Con 2.000 megavatios "listos para participar en la subasta multiestado" para venta de energías, era el primer proyecto que mencionaba de los que tiene en proyección.
La eólica marina (off-shore) era, según ese plan, clave para ser "pioneros", en energía eléctrica, una de las señas de identidad de Iberdrola, que fue la que marcó la pauta en energía eólica terrestre en España primero, y en fotovoltaica después. Las redes son una multimillonaria baza que Iberdrola puede usar como negociación con EEUU. De los 21.500 millones de inversión en redes, de nuevo, EEUU es el grueso, con el 44% del total, seguido de Reino Unido (25%) y España (10%).
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