La mejora que Dia experimentó en sus resultados del primer semestre, en el que mejoró sus ingresos, sus ventas comparables, ebitda y redujo las pérdidas a la mitad permitirá al grupo de supermercados superar el primer examen de su banca acreedora.
La decena de entidades financieras que firmaron la refinanciación de la deuda de la compañía después de la toma de control de Letterone, encabezados por Santander, ejecutarán por primera vez el ratio de apalancamiento financiero (o covenant en la jerga financiera) el próximo 31 de diciembre, el último día del actual ejercicio fiscal de Dia. Como contemplaba el acuerdo, este ratio medirá el nivel de deuda neta sobre ebitda ajustad.
A partir de ese próximo 31 de diciembre, Dia “se compromete a cumplir un determinado ratio de apalancamiento financiero. La medición será semestral, cada 30 de junio y 31 de diciembre”, recuerdan las cuentas semestrales de Dia depositadas en la CNMV. Desde la firma de la refinanciación hasta la aplicación de ese primer covenant habrá pasado un año y medio, tiempo proporcionado por los bancos para que Dia pudiese mejorar su situación y cumplir con su compromiso.
Y lo hará. Sobre todo, gracias a que la compañía ya ha conseguido poner en positivo la cifra de ebitda ajustado, que se elevó a 55 millones de euros en el primer semestre. En el mismo periodo del año anterior era negativo en 57 millones, y al cierre del ejercicio 2019 también lo estaba en números rojos de 90,8 millones. Unas cifras que no permitirían pasar el examen de la banca.
Esta fijó para el próximo 31 de diciembre un ratio máximo de 1.025,9 veces la deuda sobre el ebitda ajustado. Un múltiplo que puede parecer elevado pero que el grupo de supermercados solo ha estado en disposición de aprobar a partir de este primer semestre de 2020. Lo hará holgadamente. Dia cerró los primeros seis meses del ejercicio con una deuda neta de 1.883 millones de euros, un 7% inferior a la que tenía hace un año, y con un ebitda ajustado de 59,7 millones. Esto da un ratio de 31,4 veces deuda sobre ebitda al cierre del periodo, margen que se estrechará si la segunda mitad del año confirma la mejor evolución del negocio y la contención del endeudamiento.
El siguiente ratio, el que deberá pasar el 30 de junio de 2021, será más exigente. Este contempla un ratio máximo de 14,2 veces la deuda neta sobre el ebitda ajustado, y aún más en 2022, de 5,6, para en 2023 bajar a 4,2.
Para ello Dia deberá continuar mejorando sus índices de rentabilidad apoyados en un incremento de las ventas.
La previsión de la compañía que preside Stephan Ducharme es incrementarlas hasta un 7,5% en 2021, un máximo de un 8,3% en 2022 y un 9,3% en 2023. Con ello, con un ebitda en progresión y unas inversiones contenidas, Dia también cuenta con pasar los siguientes covenants, ya que estima tener una ratio deuda neta/ebitda ajustado de 7,5 veces en 2021, de 4,5 en 2022 y de 3 en 2023, según anunció en abril en la presentación de sus resultados trimestrales.
Dia también tiene que cumplir un ratio de inversiones y costes de reestructuración. Entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2023) el total de gastos por inversiones (capex) debe superar el importe previsto por la banca en más de 187,5 millones; y los gastos de reestructuración no excederse en más de 23,2 millones.
EXTIENDE UNA LÍNEA DE CONFIRMING DE 67 MILLONES
En julio. Las cuentas semestrales de Dia reflejan cómo la compañía decidió ejecutar la ampliación por un año más de una línea de crédito confirming para el pago a proveedores de 67,6 millones. El acuerdo de financiación firmado en julio del año pasado incluía tramos bilaterales, en este caso con Caixabank, por esa cantidad con un vencimiento a un año, pero con la opción de que Dia pudiese extenderlo hasta en dos ocasiones, algo que ha decidido hacer.
Compromisos. El acuerdo con la banca también obligaba a Dia a traspasar sus principales bienes y activos inmobiliarios a filiales luxemburguesas de nueva creación, proceso que continuó en el primer semestre.