Riesgos de la inversión
Riesgo. “Posibilidad de que una persona o cosa sufra un daño” dice el diccionario. En este caso, nuestra cosa, es el capital invertido. Es sorprendente que una palabra tan sencilla, pueda tener tantos significados diferentes para los diversos usuarios. La condición de arriesgado en la inversión, por el contrario, es similar a la incertidumbre y a eso es a lo que se refieren los académicos cuando hablan de Beta (volatilidad relativa), y de riesgo de mercado. Algunos pueden vivir con calma, con volatilidades de mercado a corto plazo o, por lo menos resistir la pulsión primaria de hacer algo, sabiendo que a largo plazo, la mayor volatilidad del mercado, suele ir acompañada por unos mayores rendimientos netos. Pero muchos no lo resistirán. Para ellos, se han ideado multitud de técnicas de coberturas de la cartera (“hedge”), por medio de la diversificación (Markowitz, Sharpe), el uso de derivados (warrants, opciones, Cdfs, futuros, etc), el uso de fondos ETF, y un sinfín de técnicas (cortos, estrategias de pares, etc.). Campo infinito.
Antes de todos estos desarrollos modernos, en tiempos antiguos del pasado S. XX, algunos expertos crearon sus escuelas de inversión y especulación, (que van cayendo en el olvido, frente al moderno marketing bancario), sobre todo en Europa central, y sus conceptos del riesgo eran marcadamente distintos. Yo que lo recuerdo, lo escribiré.
Así, identificaban 7 tipos de riesgo:
1º.- Riesgo de quiebra. Es lo que ocurrió con Penn Central. Como decían los viejos profesionales: “Eso sí que es un riesgo”.
2º.- Riesgo de empresa. La empresa puede cometer errores y los beneficios quizás no se materialicen. Si esto sucede la cotización de la acción caerá.
3º.- Riesgo de precio. Se puede perder dinero comprando acciones a un precio demasiado elevado, cuando las cotizaciones están sobrevaloradas, cuando llegue el inevitable crack (llega siempre después del boom ¿eh?. No me vengáis con lo de que “esta vez es diferente”. Nunca es diferente, “No hay nada nuevo bajo el sol “dice la Biblia.
4º.- Riesgo de tipos de interés. Si los tipos de interés suben por encima del nivel previsto y descontado por el mercado, la cotización de las acciones se reducirá.
5º.- Riesgo real. Aquí los ancianos abrían los brazos, y decían (con gran inteligencia, creo), “quedarse sin gasolina para el coche en medio del desierto”. Se trata de no tener suficiente liquidez cuando de verdad se necesita el dinero, sobre todo para la jubilación, a una edad en la que no se puede ya volver a trabajar. Casi todos pasaban ya la jubilación, y les preocupaba esto.
6º.- Riesgo de mercado. Está presente en toda inversión, por lo que se recompensa a los inversores con una rentabilidad extra por asumirlo, y es por tanto necesario gestionarlo. Puede aumentarse si se utiliza dinero prestado (eso que luego maquillaron con el eufemismo de “apalancamiento”, pues lo de endeudamiento sonaba mal y la gente ya estaba escaldada, por las ruinas que suele ocasionar la deuda), y puede disminuirse si se mantiene parte de la cartera en metálico o equivalente. Para los usuarios del apalancamiento, diré que la deuda siempre es cierta, y la ganancia nunca lo es. Si las cosas van mal, el banco puede obligarte a vender una buena inversión (casos como el del infortunado André Citroen, son especialmente repugnantes).
7º.- Riesgo inflacionario. Ningún inversor se libra nunca de el tampoco. Los príncipes, antaño, rascaban las monedas de oro y plata. Luego se abandonó el patrón oro (“el rascar se va a acabar”, decía el anuncio de detergente en televisión), y se sustituyó la búsqueda de minas, por la imprenta (esa es la verdadera piedra filosofal), para crear el dinero fiduciario actual. Este arte mágico, era llamado en la Edad Media Alquimia, crear algo a partir de la nada. Aquel caramelo que se compraba en 1.960 por 5 céntimos, cuesta hoy 60.
Tomaremos la opinión del mejor financiero de HOY. Para Warren Buffett, “la volatilidad existe, siga adelante”, y “el verdadero riesgo en la bolsa, es no saber lo que se hace”. Su socio Charlie Munger, usando una tabla de interés compuesto y lo que aprendió jugando al póker, está convencido (yo también), de que con solo tres valores (suficientemente concentrados, hablamos de posiciones de millones, no de miles) en cartera es suficiente, si se puede resistir la volatilidad: “Sabía que podía dominar psicológicamente las sacudidas, porque fui educado por personas, que estaban convencidas de que estas se podían dominar”, dice Charlie.
Tomaremos la opinión del mejor financiero del AYER. “Confusión de confusiones”, es uno de los primeros libros que se han escrito sobre la bolsa (clásico por excelencia). Su primera edición es de 1.688 en Ámsterdam. José De La Vega, era un judío español, que abandonó Córdoba, huyendo de las persecuciones religiosas que motivaron el asentamiento de los judíos en los países bajos en el S. XVI. Eran grandes expertos, en la bolsa de Ámsterdam y sabían manejar el riesgo como nadie. Aquí tenéis solo dos perlas de este tesoro:
“El especulador que abarca más de lo que le permite su fuerza económica, y menosprecia el consejo de Seneca, que dice que la mesa no debe ser mayor que el estómago, es inevitable que caiga con la carga, y que el mundo resbale de sus hombros, pues no es Atlas”. (Traduzco, cuidado con apalancarse).
“Quien desee ganar en este juego, debe tener paciencia y dinero, pues los precios son muy inconstantes, y los rumores muy poco fundados en la verdad. Aquel que sepa aguantar los golpes sin aterrorizarse por la desgracia, será como el león que responde a los truenos con rugidos, y no como la cierva, que aturdida por los truenos, trata de huir. Es cierto, que el que no renuncia a la esperanza ganará, y obtendrá la suma apropiada de las operaciones que ha previsto al comienzo” (ahora se llama “buy and hold”).
¡Vaya sorpresa, si nos están diciendo lo mismo, con casi 324 años de diferencia ¡. Fijaros.
Y ¿Qué actitud tomar entonces ante el peligro inversor? Pues cada persona la suya, sabiendo el dicho aquel de que “A mayor riesgo, mayor rentabilidad”.
Vamos a ver como personajes históricos famosos, sabían muchísimo de la bolsa (sin darse cuenta), en épocas en que esta no existía. La bolsa en Roma era la cartera para llevar los dineros, todavía no había tarjetas de crédito, pero algún….. andaba raspando ya las monedas (como numismático me resulta especialmente repugnante):
1.- Los inversores: “buy and hold”
“No des la felicidad de muchos años por el riesgo de una hora”. Tito Livio (sobre superar el porcentaje de cartera, e invertir el sueldo dedicado a la hipoteca)
“Los que arriesgan mucho para ganar poco, se parecen a uno que pescara con anzuelo de oro, pues su perdida no la compensará ningún pez”. Publio Ovidio Nasón (hay traders bancarios que arriesgan capital jugando al cuarto punto decimal tras la coma, hable hace tiempo con una).
“La prudencia humana es más peligrosa que la garra de un león”. Schopenhauer (sin comentarios).
“Veo los peligros de la vida presente, peligro en el mar, peligro en la tierra, y peligro en los falsos hermanos”. San Pablo (cuidado con los intermediarios).
“Un peligro previsto, esta mitad suprimido”. Shakespeare (sobre la diversificación y cobertura “hedge” con derivados).
“El número de locos es tan grande, que la prudencia se ve obligada a ponerse bajo su protección”. San Agustín de Hipona. (Los jugadores). Esta frase me divierte especialmente.
“Cuando era joven creía que el dinero era lo más importante en la vida. Ahora que soy viejo, sé que es así”. Oscar Wilde (cinismo de banquero, y comisiones al canto).
“El Ministro francés de finanzas, Vicent Auriol, dijo en una ocasión algo que sin duda ninguna estuvo tentado de hacer: “Cerraré los bancos y encerraré dentro a los banqueros”. André Kostolany.
“El pájaro que madruga, come lombrices, pero es el segundo ratón el que se come el queso”. Dicho de Wall Street.
2.- Los especuladores: novios de la muerte. ¡Al ataque¡
“Venid a buscarlas”. Leónidas I de Esparta. (Esto sí que era valor)
“Si espero, perderé la audacia de la juventud”. Alejandro Magno. (La inversión a largo plazo aburre, los jóvenes necesitan acción).
“Usted es recordado por las reglas que rompe”. Douglas Mac Arthur (la información privilegiada y estafas a lo Madof)
“Aunque arriesguemos equivocarnos, alguna vez valdrá más arriesgar la equivocación enérgicamente, que titubear sin valor”. Cayo Julio Cesar (alguna vez en la vida hay que jugársela y cruzar el Rubicon de la miseria laboral).
“Es poco atractivo lo seguro, en el riesgo está la esperanza”. Tácito (los bancos y el tesoro no pagan ni la inflación, y eso ya pasaba en la antigüedad. Seguro que invertía en superdepositos).
“Solo aquellos que se atreven a arriesgar mucho, pueden lograr mucho”. Kennedy (El poder del volumen).
“Hay una marea en los asuntos de los hombres que tomada en la alta, lleva a la fortuna, y que omitida, ata todo el viaje de su vida, a las aguas bajas y las miserias”. Julio Cesar (Es lo más bello sobre el trading, que se ha escrito, aunque en Roma no existía aun, pero hablaba del trading de la vida).
“No hay un solo especulador que no haya tenido una idea estelar. Pero no le sirve de nada, pues la deja pasar, y otra nueva no llega tan rápido. Mi consejo por tanto: ¡Atacar¡. El optimista es un príncipe aun con dos céntimos en el bolsillo. El pesimista es un miserable, aun con un armario lleno de tesoros”. André Kostolany ( “El arte de reflexionar sobre el dinero”).
¿Qué opináis sobre el riesgo rankianos, perderéis vuestros dineros o lograreis enriqueceros?
