Staging ::: VER CORREOS
Acceder

Si Galletas Gullón cotizara en bolsa...


La presidenta de Galletas Gullón, María Teresa Rodríguez Sáinz-Rozas, ha anunciado esta misma semana que deja la presidencia de su empresa familiar en manos de su hija, Lourdes Gullón Rodríguez. A sus 77 años, y después de más de 30 años al frente de una firma que ha gestionado de forma magistral junto con Juan Miguel Martínez Gabaldón, ha tomado la decisión de retirarse de la primera línea, aunque mantendrá de forma vitalicia la presidencia honorífica.

"Gullón es y ha sido mi vida, y estoy profundamente orgullosa del trabajo que hemos realizado a lo largo de estas décadas. Cuando asumí la presidencia, Gullón era un pequeño negocio con escasas posibilidades de subsistencia, que con el paso del tiempo hemos convertido en el principal fabricante de galletas de nuestro país. Hoy doy el relevo a la siguiente generación convencida del gran futuro que le espera a esta compañía"

A sus declaraciones al hacer el anuncio, añadiría que también se han convertido en el principal motor de la comarca del Campoo, y que de ellos depende en gran medida el futuro de la zona. Estamos hablando de una empresa de algo más de 1.400 trabajadores ubicada en una localidad, Aguilar de Campoo, de apenas 7.000 habitantes. Como se podrá imaginar, no sólo da trabajo en Aguilar de Campoo, sino a toda una zona especialmente afectada por el cierre de la minería. Desde localidades palentinas como Herrera de Pisuerga, Guardo y Cervera hasta cántabras como Reinosa, Torrelavega e incluso Santander. Por eso, cuando tantos políticos comparecen en los medios hablando de que hay que buscar soluciones a la despoblación y al cierre de la minería, la respuesta la tienen mucho más cerca de donde, al parecer, están buscando. Porque ese “hay que” casi siempre se orienta a solicitar subvenciones que más tarde se malgastan en medidas improductivas. Simplemente, la mejora de las infraestructuras y el apoyo incondicional al crecimiento de aquellos empresarios y emprendedores que pueden generar empleo sostenible hacen más bien por la zona que cualquier subvención para cursos de formación a desempleados o la promoción de obras improductivas. Lo primero en la agenda de cualquier político debería ser favorecer la generación de riqueza para, ya después, pensar en destinar los frutos de esa riqueza a mejorar otro tipo de servicios. Lamentablemente, da más votos el cortoplacismo de los gimnasios para la tercera edad que el largoplacismo de la generación de riqueza a través de la dinamización del empleo. En ese sentido, hay muchas similitudes entre el cortoplacismo de la especulación y el largoplacismo de la inversión en valor.

Y si hablamos de generación de valor a largo plazo, Galletas Gullón tiene mucho que decir, ya que ha sido capaz de incrementar su cifra de negocio año a año desde los apenas 6 millones de euros de principios de los 80, cuando Teresa Rodríguez tomó las riendas de la compañía, hasta los actuales 360 millones de facturación. Y esto lo ha conseguido con algo tan sencillo de entender, y a la vez complicado de llevar a cabo, como es el interés compuesto, pues Galletas Gullón mantiene desde siempre una política de reinversión del 100% de sus beneficios. Esto ha permitido que no haya habido ni un solo año desde su fundación en que la empresa no haya crecido. Además, han mantenido una fuerte apuesta por la exportación, con cuotas del 35% del total de su facturación que esperan elevar en los próximos años. Según palabras de su director general, Juan Miguel Martínez Gabaldón, el secreto está en ser una empresa “humilde, sencilla y muy austera”. Tan humilde que se dice que la propia Maria Teresa Rodríguez atendía muchos domingos en la tienda que Galletas Gullón mantiene en Aguilar de Campoo. Cualquier inversor en valor soñaría con un management tan alineado con los objetivos de la empresa.

No se suele reconocer como se merece a una empresaria que ha sabido potenciar un producto y una comarca. Su comarca. Y todo llegó tras el trágico fallecimiento en accidente de tráfico de su marido en 1983, cuando se vio obligada a tomar las riendas de la empresa: “Hasta entonces, yo era un ama de casa que iba por la fábrica acompañando a mi marido, pero el verdadero empresario era él. Tras lo ocurrido, decidí coger la antorcha y seguir”. Hoy, con orgullo, puede considerarse tan empresaria de verdad como lo fuera su marido. Además, su deseo es que Gullón siga siendo una empresa familiar de capital aguilarense y ubicada en Aguilar de Campoo. En una entrevista que leí hace tiempo decía que, para ellos, resultaría más rentable producir en una zona más cercana a grandes ciudades, pero su compromiso era apostar por el desarrollo de su comarca, lo cual es admirable. No faltan los casos de empresas cuyos dueños deciden hacer caja y desentenderse mediante la venta a una multinacional, olvidándose del importante legado y responsabilidad que sus antepasados les transmitieron. Sin ir más lejos, eso es lo que pasó hace unos años con la empresa Fontaneda, también originaria de Aguilar de Campoo, vendida a la multinacional americana Nabisco. Ya no queda nada más que el recuerdo de lo que algún día fue: la antigua fábrica fue demolida para hacer un aparcamiento, y ya ni siquiera en las galletas MARIA viene grabada la palabra Aguilar. Por suerte, Galletas Gullón tomó el testigo y su firme compromiso ha hecho que no sólo se logre superar el bache de Fontaneda, si no que se pueda mirar al futuro con verdadero optimismo. Porque el nuevo polígono donde han construido la segunda fábrica de Galletas Gullón ya ha convertido a Aguilar en el polo de atracción industrial para el norte de Palencia y sur de Cantabria. A los que nos gusta la inversión en valor, podemos ver una buena ventaja competitiva en su efecto red. Con el tiempo, las grandes zonas industriales terminan generando buenas infraestructuras a su alrededor, una amplia red de empresas auxiliares y trabajadores cualificados y competentes. Cuando una nueva empresa ha de elegir ubicación, todas esas variables tienen un peso fundamental en la decisión.

Por ello, vaya desde aquí mi pequeño homenaje a María Teresa Rodríguez Sáinz-Rozas, ahora que deja la primera línea de la empresa que, como ella dice, ha sido su vida. Con la esperanza de que sus hijos, con Lourdes Gullón a la cabeza, sepan mantener los mismos valores y arraigo que han hecho que una pequeña fábrica de galletas se haya convertido en el principal fabricante a nivel nacional y auténtico motor de toda una comarca. 

Cualquier inversor en valor desearía estar en el capital de una empresa como Galletas Gullón si cotizara en bolsa, pero con más motivo lo debe desear todo inversor local que de verdad quiera y desee que su tierra prospere.  En ningún lugar están de más los empresarios valientes y comprometidos, los que si están de más son los políticos cortoplacistas que pretenden vivir de vender humo.

2
¿Te ha gustado mi artículo?
Si quieres saber más y estar al día de mis reflexiones, suscríbete a mi blog y sé el primero en recibir las nuevas publicaciones en tu correo electrónico
Lecturas relacionadas
  1. en respuesta a Lomilla
    -
    #2
    25/07/19 11:32

    Buenas Lomilla!

    En el lado contrario está esta noticia del comunicado de la empresa negando toda venta de la compañía:
    https://cadenaser.com/emisora/2019/07/24/radio_palencia/1563959220_818765.html

    Ahora mismo se están llevando a cabo obras de ampliación de la fábrica nueva. No cuadra mucho con un plan de venta, pero a saber... Tanto el comunicado negando la venta como la noticia de que hay varios fondos interesados pudieran ser falsos, a saber,... La dueña de Gullón vive en Aguilar, de hecho, el pasado domingo estaba despachando en la tienda. Los hijos también viven en Aguilar, donde están sus trabajos, pero si es cierto que el eliminarlos del consejo da que pensar.

    Quizá sea cierto que lo que buscan es profesionalizar la empresa con consejeros externos con experiencia contrastada en otros campos distintos a la propia actividad de la empresa. Aún así, de haberlo querido, seguro que también habría hueco en el consejo para, al menos, alguno de los hijos. Huele a que ha habido una guerra fría desde la crisis interna que vivieron hace unos años.
    Veremos, pero ojalá el ejemplo de Fontaneda les haga recapacitar en caso de que en algún momento se estén planteando vender. Sería una prueba de fuego para demostrar que es verdad lo que dicen en el comunicado, que les importa el desarrollo económico de la comarca y su gente.

    Saludos!

  2. #1
    24/07/19 14:52

    Igual las cosas cambian en futuro no muy lejano....
    Esperemos que sólo sean rumores y siga siendo una empresa familiar por el bien de la zona y de toda la gente que trabaja en la empresa... Suena a Fontaneda Version 2.

    https://www.merca2.es/galletas-gullon-venta-fondos/?fbclid=IwAR2aIuQUb6WtJeg3k2W0ykFxl4HV3vqwiHaRT5HnPzKpnVLGmJbh_d7M67c