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Han ido pasando los días y los meses, y parece que, en otras latitudes, ya se atisba o se va sintiendo realmente algo así como una "primavera" económica que puede permitir que los ya famosísimos "brotes verdes" económicos florezcan por fin y fructifiquen. Aunque aquí, en este desventurado país, quizás por culpa del cambio climático, las "heladas" todavía amenazan a los verdes brotes de su siempre raquítica flora nacional....

Vale. Ya basta, ¿no? Me parece a mí que ya va siendo hora de dejarnos de tanto lenguaje "poético" para dar cuenta de algo tan común y pedrestre como es una crisis financiera que ha devenido en crisis económica. Porque....¡hay que ver cómo se ha usado y abusado del lenguaje metafórico en el "análisis" de esta última crisis económica! Y tanta "poesía" para, al final, acabar en nada, en nada intelectualmente consistente. Recordemos que todo empezó con la supuesta "toxicidad" venenosa de unas hipotecas en EE.UU., luego de la química se pasó a la biología para "explicar" como una enfermedad "contagiosa" la extensión de esa toxicidad económica al resto de las economías de Europa, y ahora, desde hace un tiempo, andamos con la metáfora botánica de los repetidos "brotecitos verdes".


Pues bien, me parece que a estas alturas si algo hay que tener claro es que cualquiera que use de metáforas, no como un simple ilustración a efectos retóricos, sino como eje argumental a la hora de explicar la crisis financiera/económica es que no tiene nada claro, pero nada de nada, qué ha sucedido y está sucediendo a las economías de medio mundo.

Y un egregio ejemplo de esto que acabo de escribir lo suministra el artículo que Enrique Gil Calvo escribe en El País del 30/12/09, con el título "La privatización del keynesianismo". En él, tras algunos comentarios de índole sociológico/económico respecto a las diferentes formas en que se ha llevado a cabo la política anticíclica keynesiana desde una perspectiva histórica y sobre los que no tengo nada que decir pues me parecen acertados, el autor se lanza a una -llamémosla- "interpretación" de la actual crisis agarrándose a una nueva metáfora explicativa, esta vez de tipo hidraúlico, que le sirve para elaborar una suerte de argumentación, para mí casi absolutamente incomprensible, si no sencillamente delirante. Héla aquí:


"Como se sabe por lo menos desde Marx, la causa última de las crisis cíclicas del capitalismo es la sobreproducción, dado el exceso de capacidad instalada para la que no hay suficiente demanda natural o espontánea. Para enfrentarse a este exceso de producción, o a esta escasez de demanda, la solución keynesiana pública, puesta en práctica por la socialdemocracia en los sesenta, fue estimular fiscalmente la demanda agregada tanto por medio del gasto estatal como mediante una política de rentas que elevó sustancialmente el poder adquisitivo de las clases medias y asalariadas. La consecuencia fue la gran inflación, de la que se salió con la derrota política de la socialdemocracia y el ascenso imparable del neoliberalismo. Pero contra lo que parece, este último método de política económica también recurrió al keynesianismo, aunque ya no público sino privado. En efecto, para estimular la demanda agregada, en vez de recurrirse a la subvención estatal se recurrió al endeudamiento crediticio gestionado por la banca privada, y ello además con recortes salariales del poder adquisitivo, haciendo a las clases trabajadoras y medias muy dependientes del crédito bancario. Y el colmo de este keynesianismo privado llevado hasta sus últimas consecuencias por reducción al absurdo ha sido el caso de las hipotecas basura, catalizador en España o EE UU de la crisis actual: la última por el momento, hasta que se forme la próxima, dentro de una larga cadena de crisis crónicas (por parafrasear el título de mi último libro).
El truco es bien conocido: se conceden créditos a los asalariados más insolventes (entre los que destacan los inmigrantes) y luego esos créditos se venden a los propietarios más solventes (los inversores especulativos), logrando que los capitalistas privados subvencionen la demanda agregada de los trabajadores hipotecados como deudores. Esta práctica de rizar el rizo fue la que formó la burbuja especulativa del endeudamiento insolvente, pues la liquidez así generada iba fluyendo a través de las redes financieras hacia los depósitos bancarios, donde se embalsaba en forma de enormes pantanos de créditos acumulados procedentes de sus cuencas hidrográficas. Pero cuando la masa crediticia empezó a rebosar, las presas de los pantanos no pudieron soportar la presión y comenzaron a resquebrajarse hasta que reventaron. En ese momento, toda la liquidez acumulada se precipitó al vacío, y en su caída libre los créditos acumulados se convirtieron en deudas imposibles de cobrar. Así fue como la avalancha de endeudamiento lo arrasó todo a su paso, inundando súbitamente los valles de la economía real, que quedaron asolados e improductivos durante mucho tiempo. Es entonces cuando la autoridad pública se vio obligada a intervenir al modo keynesiano, insuflando a fondo perdido liquidez estatal para tratar de suplir la sequía derivada del vaciado de los pantanos financieros. Pero de este modo, el insolvente endeudamiento privado se tradujo en una hipertrofia del deficitario endeudamiento público. De ahí que, en cuanto las presas bancarias han podido ser reconstruidas gracias al rescate estatal, el estímulo keynesiano ha comenzado a reducirse hasta cesar a corto plazo. Con lo cual se demuestra su naturaleza exclusivamente privada, puesto que sólo se ha dispuesto al servicio del capital bancario, abandonando a su suerte a las víctimas reales de la rotura de los pantanos: las pequeñas y medianas empresas, los autónomos, los desempleados..."

Pues bien. Yo, al menos, no entiendo nada. Si la actual crisis es de sobreproducción -cosa, por cierto, que es más que dudoso que Marx lo tuviese tan claro como dice Gil Calvo- o sea, debida a una insuficiencia de demanda natural o espontánea(1), ¿cómo es que precisamente la puede haber originado la creación de demanda efectiva que se produce mediante el incremento de los créditos bancarios? Porque es evidente que, al menos a corto plazo, conforme más créditos conceda la banca, más demanda efectiva aparece en los mercados para enjugar esa pretendida sobreproducción.

A esta -para mí- flagrante contradicción implícita en su argumentación trata de responder Gil Calvo acudiendo a la presencia de unos presuntos culpables: serían los asalariados insolventes, aquellos que recibieron préstamos hipotecarios que no pueden devolver, los responsables inmediatos de la crisis, aunque por otro lado no se sabe muy bien cómo lo han hecho. Es la vieja y bastante implausible historia ya comentada en este blog(2). Son, por seguir con la argumentación hoy generalizada, los asalariados insolventes los responsables últimos de la crisis. Pero, parémonos un momento antes de seguir, y preguntémonos ¿por qué son insolventes? Porque si acaban siéndolo debido a que con la crisis pierden sus trabajos por lo que entonces ya no pueden hacer frente a sus obligaciones de pago, entonces de ello se deriva que antes no eran insolventes, por lo que no se puede decir que su insolvencia fuese la causa de la crisis, ¿o no? Pero, una vez más, aceptémos como dogma de fe económica esta pretendida culpabilidad y sigamos con la argumentación, y el siguiente paso es dar un paso atrás y preguntarse cómo se lo han hecho para montar tan tremendo desaguisado, ¿cómo han podido causar una crisis de sobreproducción? Porque, recordemos una vez más que, al gastarse los créditos o préstamos que se les concedieron para comprarse viviendas, habrían estado cumpliendo de modo impecable "su" tarea anticrisis, es decir, habrían estado generando demanda efectiva que habría servido para generar empleo. Y, entonces, una vez más, parece quedar sin respuesta la gran pregunta, ¿cómo se las han arreglado estos trabajadores, que luego más adelante, serán insolventes, para generar una crisis de sobreproducción cuando aún no eran insolventes, cuando podían respaldar sus compras y demandas? Misterio.


Pero no exageremos. Antes de seguir hay que reconocer que para Gil Calvo, esos trabajadores insolventes no son los culpables en el sentido de ser los causantes finales en el sentido aristotélico de la crisis económica (serían meramente los causantes eficientes). No lo son real ni moralmente podríamos decir, pues, a lo que parece, habrían sido víctimas de un truco (sic) (¿es que el entero sistema crediticio es un truco para Gil Calvo?) consistente en que los capitalistas (sic) privados han subvencionado (sic) (alucinantemente para Gil Calvo parece que un crédito es una subvención) la demanda agregada (sic) de los asalariados insolventes (¡Dios bendito! ¡Pero cuantísima bondad anida en los corazones de estos capitalistas!). O sea, que los malos de la película son, en el fondo, los capitalistas privados solventes que han subvencionado a los asalariados insolventes. ¡Si es que no se puede ser bueno! ¿Que al final nadie te lo agradece! ¿no?


Pero no nos perdamos: queda la gran cuestión, la de cómo ese truco ha acabado siendo una crisis financiera. O sea, ¿cómo pudo generarse la crisis en opinión del señor Gil Calvo? Y aquí empieza la -para mí- absolutamente delirante e incomprensible "traca" argumentativa final. A lo que parece y nos cuenta Gil Calvo, la "liquidez así generada fluyó hacia los depósitos bancarios" que actuaron como pantanos (sic) donde se fue embalsando esa liquidez (sic) en forma de créditos hasta que la "masa crediticia" ejerció tal presión sobre las presas que estas ya no pudieron soportarla generando un desbordamiento que arrasó con los floridos valles aguas abajo.¡Menudo galimatías!


Pero, bueno, ¿qué demonios significa todo esto? Me parece que el usar de un término como "liquidez" para referirse a la relativa abundancia de medios de pago para que se desenvuelva con facilidad el conjunto de intercambios que se producen en una economía es extremadamente peligroso pues lleva al obvio abuso conceptual de pretender que el sistema financiero es semejante a un sistema hidrográfico que regula el uso del agua, el medio naturalmente líquido por excelencia, en una cuenca hidrográfica. Y esto no tiene el menor sentido pues pese a que compartan lel adjetivo liquidez, nada hay que asemeje al agua con el dinero o los medios de pago en general. Cierto, el sistema financiero transfiere liquidez de unos agentes a otros, como si fuera agua de unos regantes a otros, pero a la vez crea o genera nueva liquidez (o debiera hacerlo) en función de las necesidades de medios de pago de los agentes económicos para financiar sus gastos en consumo o en inversión. O sea, que no se dedica a acumular liquidez en forma de depósitos/créditos como si fuese un sistema de pantanos por si acaso hay sequía o necesidad de líquido en el futuro. Esto es simplemente una estupidez que refleja un profundo desconocimiento de cómo funciona una economía. No hay un volúmen máximo de liquidez que, como el agua, haya que administrar. Eso es una falacia, un sinsentido económico. ¿Acaso no es el aumento en los créditos la forma en que se produce el aumento de depósitos que genera la liquidez adicional en un sistema bancario de reserva fraccionada? El proceso de generación de dinero bancario es (o debiera ser) de sobra conocido pues es elemental y fácil de entender: está en cualquier libro de introducción a la Economía.


Y este auténtico disparate argumentativo continua acaba con el habitual crescendo hasta alcanzar un final apoteósico, casi wagneriano, o mejor, de teleflim hollywoodiense. Para Gil Calvo el aumento de los prestamos supone un ominoso aumento en el volumen de depósitos "embalsados" en el sistema hidraúlico-financiero hasta que se produce la crisis, el resquebrajamiento de las presas financieras que desencadena una "riada" (¿de qué? ¿de liquidez?¿de préstamos? ¿de créditos?) que "anega" los valles que estaban aguas abajo. ¿Qué ha pasado? Pues no se sabe, pero a lo que parece de golpe y porrazo "la liquidez acumulada se precipita en el vacío" (lo siento, pero no tengo la más mínima idea de qué puede significar esto), y entonces se diría que Gil Calvo piensa que todos los créditos embalsados y no sólo los que se les dieron a los asalariados insolventes ya no pueden cobrarse, supongo que debido a que imagina que la liquidez acumulada (sic) ha desaparecido en algún agujero negro, o mejor se ha perdido aguas abajo en algún lejano "mar" donde van a parar los ríos que llevan los medios de pago. Pero, una vez más, la cuestión es la de por qué en general los créditos se vuelven fallidos, porqué se convierten en deudas imposibles de cobrar porque simplemente decir que la liquidez se pierde en el vacío es no decir nada.

Y, ahora, el epílogo. A resultas de la rotura de los pantanos del sistema hidraúlico-financiero ya no queda liquidez-agua en los bancos-pantanos. Y, claro, como ahora los bancos-presas ya no tienen liquidez-agua, tiene que venir el Estado a ayudar a la economía (el plan de rescate keynesiano) sólo que en vez de usar camiones cisterna para traer la tan ansiada liquidez-agua a los desempleados, autónomos y pequeños y medianos empresarios que estaban en esos valles que tras la "riada" de liquidez se han quedado resecos, se la da a los bancos-pantanos, que seguro que la dilapidarán pronto.


En suma. Que creo que muy merecidamente el texto de Gil Calvo se le puede calificar como cuento chino, pues se trata de una metáfora inútil y nada esclarecedora sino, todo lo contrario, generadora de confusión en la medida que pretende equiparar un complejo problema económico cuyas causas son complicadas y debatidas con un fenómeno natural de sobra conocido y cuya comprensión no parece muy difícil.


NOTAS Y BIBLIOGRAFíA
(1) Son estos unos nuevos conceptos que la Teoría Económica, por lo que yo sé, desconoce. ¿Será la demanda natural la demanda que responde a las necesidades biológicas? O, a tenor de lo que Gil Calvo dice más adelante, ¿será la demanda espontánea aquella que habría sin que los agentes recurriesen al crédito? Dejémoslo y, caritativamente, supongamos que por demanda natural o espontánea, Gil Calvo se refiere a la demanda agregada o efectiva de una economía.
(2) Véanse algunas entradas dedicadas a la crisis en este blog: http://www.rankia.com/blog/oikonomia/2009/03/las-crisis-economicas-una-guia-para.html;

http://www.rankia.com/blog/oikonomia/2008/09/de-bancos-y-charcas-de-ranas-ms-sobre.html,
http://www.rankia.com/blog/oikonomia/2009/03/las-crisis-economicas-una-guia-para.html

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  1. #2
    Anonimo
    04/01/10 10:52

    Enhorabuena, profesor.

    Estoy de acuerdo con usted, el Sr. Gil Calvo ha acabado "empantanado". ¿Y a este señor le publican libros, le publican artículos como éste? ¡Qué País!

    Respecto a la crisis de las subprime, tengo una pregunta. Perdón por mi ignorancia, pero ¿no hubiera sido más fácil y más barato que el Estado garantizase el pago de las hipotecas subprime, que dotar fondos para las entidades bancarias? Igual así se hubiera atacado la raíz del problema de la falta de confianza entre los bancos ¿no?

    Por otro lado, me gustaría saber su opinión ¿es ésta una crisis de liquidez que se ha trasladado a la economía real, o es una crisis en la economía real que ha tenido su reflejo en el sistema financiero?

    Saludos, y ánimo con el blog, es muy bueno.
    Jesús

  2. #1
    Anonimo
    04/01/10 00:40

    Sin comentarios por favor.
    Que inviertas poco y ganes mucho.

    Javier 13