Es de sobras conocido, de hecho es una de las típicas frases que se utilizan cuando hablamos de bolsa, que la diversificación es necesaria para tener éxito en el largo plazo. No siempre estas frases son imagen fiel de la realidad, aunque, en mi opinión, ésta sí lo es.
No es el tema del post, pero desgraciadamente la mayoría de pequeños inversores no lo pone en práctica con lo cual el fracaso es frecuente. Si algún lector que tiene Santander, Telefónica, BBVA y un fondo del Ibex está pensando "pues yo lo tengo diversificado desde hace años y estoy perdiendo", simplemente decirle que no es verdad, no está diversficiado; tiene cuatro activos del mismo país, dos de ellos del mismo sector, y un tercero que es la "media" de los anteriores, por lo tanto la correlación es alta y el efecto diversificación nulo como se puede ver en este gráfico:
Comparativa Ibex-TEF-SAN-BBVA (Fuente Visual Chart y elaboración propia)
Por lo tanto, la diversificación debería ser no solo en cuanto al número de activos, sino también en cuanto a los riesgos, los sectores, las zonas geográficos, incluso, que es el objetivo del post, las divisas.
Inviertiendo en activos de fuera de la Unión Europea (también se puede hacer en activos de aquí pero denominados en otra moneda, como algunas emisiones de deuda), podemos invertir al mismo tiempo en él y en la divisa en la que cotiza y por tanto buscar un doble objetivo de rentabilidad: la subida de la acción, y la de la divisa. Claro está, a mayor objetivo de rentabilidad, más riesgo y nos podemos encontrar con la depreciación de la divisa.
Nos encontramos dos opciones cuando invertimos en activos no euro: o bien asumimos el riesgo o bien cubrimos la posicón, ya sea mediante posiciones bajistas de esa moneda en futuros o Forex, o bien vía fondos de inversión "cubiertos" o "hedged" que ya incorporan en su cartera esta cobertura.
La elección depende de cada inversión ya que entran en juego muchas varaibles personales, ya sea la aversión al riesgo (no querer asumir el de divisa), la composición de la cartera, la propia estructura de la operativa en divisa (¿dependiente de Bancos Centrales o del mercado?) o los conocimientos que se tengan, su gestión de capital... factores que no se pueden analizar desde aquí.
Los que sí se pueden intentar valorar son los propios del mercado, es decir la posible evolución de la divisa respecto al euro, para lo cual tomamos como alternativas la inversión en bolsa americana y japonesa:
- ¿Cubrimos el dólar?:
Seguramente sea una de las inversión en moneda distinta al euro más frecuente; de hecho una cartera de renta variable que no tenga un 15-30% en bolsa americana no parece muy óptima.
Tras alcanzar cotas de 1,40 dólares el euro comenzó una depreciación brutal que lo llevó a 1,05 a principios de 2015; momento a partir del cuál empezó a formar un canal lateral entre este punto y los 1,15 dólares del que no ha salido todavía.
Gráfico diario Euro Dólar (Fuente: Visual Chart y elaboración propia).
Viendo las pólíticas monetarias de la FED americana y del BCE europeo parece todo más encaminado hacia una cotización cercana a la parte baja del canal, incluso que la rompa (aunque en la paridad 1/1 tendrá una gran resistencia psicológica). Por lo tanto no cubrirse, además de alimentar la diversificación, parece lo más óptimo, sin embargo, la rotura por arriba del canal y especialmente la del 1,20/1,21 puede hacer cambiar la estrategia.
En el siguiente gráfico se puede ver la evolución de dos fondos de renta variable norteamericana, uno sin cubrir divisa (Fidelity Fds America E) y otro que sí la cubre (BlackRock Global Funds - US Basic Value Fund E2 EUR Hedged); junto al comportamiento del S&P y de la divisa:
Comparativa Euro/Dólar, S&P y fondos (cubierto y no cubierto).
Se aprecia claramente como el efecto divisa provoca que el hueco a favor del fondo no cubierto se vaya ampliando a medida que el dólar se va apreciando (gráficamente la depreciación del euro).
- ¿Cubrimos el Yen?
La situación macroeconómica no es tan sencilla como con Estados Unidos ya que ambas zonas "queremos" depreciar nuestra divisa. Japón, a raíz del desastre de Fukushima tuvo que poner toda la carne en el asador y consiguió una devaluación, que ahora ya se está poniendo en entredicho con las políticas expansivas del BCE.
Gráfico semanal Euro/Yen (Fuente Visual Chart y elaboración propia).
Parece lógico pensar que mientras este canal bajista del euro no se pare, la cobertura de divisa (que tan bien fue desde 2012 a 2015) no tiene mucho sentido. Aunque hay que tener muy en cuenta el punto actual: los 122 yenes son una clara resistencia que si funciona y hace romper el canal por arriba puede provocar comenzar a virar hacia una estrategia más conservadora e ir cubriendo la divisa.
Comparativa Euro/Dólar, S&P y fondos (cubierto y no cubierto).
El ejemplo es equivalente al anterior, pero a la inversa: debido a la caída del yen el fondo cubierto ha ganado ventaja que se está cerrando estos meses con la nueva apreciación de la divisa nipona.
La conclusión más sencilla y financieramente óptima para un inversor que tenga su vida en euros, no puede tener una parte de sus ahorros excesiva en otra moneda. Sin embargo, las condiciones actuales hacen que una pequeña parte de la cartera en yenes y, especialmente en dólares, unidos al potencial del activo que compren y siguiendo las variables que provoquen cambios de estrategia, puede dar buenos resultados.