Esta semana contemplaba con aparente dolor como mi última elección para la cartera podía parecer errónea, había dejado de lado a Grifols y me había ido con Red Eléctrica. Parece que he dejado al monumento en la discoteca y me he ido con la mojigata, sobria, aburrida, antipática, fea, coja, tuerta...
Esta semana ha habido algo de marejadilla en el océano inversor, pero el típico comportamiento bipolar de los mercados ha hecho pensar a muchos que el fin está cerca y se han puesto muy negativos.
Las acciones de IAG están en pleno aterrizaje forzoso, han despejado las pistas (y despellejado a los accionistas) y están a punto de tocar suelo y aterrizar en el aeropuerto bursátil.
Puede gustarnos o no la lotería, pero es innegable su enorme efecto sobre los españoles, no se puede entender una Navidad sin su sorteo de lotería, casi es tan importante como la Nochevieja.
Para este post me he inspirado en el famoso “I have a dream” de Martin Luther King, solo que en vez de ser un mensaje de esperanza y confianza es más bien lo contrario mucho más oscuro y preocupante.
Cuando se inicia una caminata, lo más importante es saber cuál es el destino, cuál es el objetivo. Cuando se inicia un blog, también toca saber, cual es el objetivo. El objetivo, no es otro que intentar que los humildes inversores particulares abandonemos nuestra posición en la cadena trófica, debemos dejar de ser placton, o todo lo más kril, y pasemos a ser dueños de nuestro destino.