Hoy el comunismo esta anticuado, ahora se llaman anticapitalistas, supongo que querrá decir que el capitalito ahorrado por su abuelo lo repartirán entre el proletariado, por cierto de que viven?
Sabes algo sobre uno de ellos que pone carteles antituristas y tiene un hotel paraturistas, es cierto eso?
No. Quiero decir que es muy fácil aplicar a los demás las obligaciones de uno mismo. Por ejemplo, esa misma.
En el Manifiesto Comunista no conozco ninguna referencia al reparto de los bienes propios, en el Evangelio hay unas cuantas ¿Es evidente quién tiene la obligación? Cuestión diferente es si debatimos quién no cumple con sus principios y está muy claro, puesto que en el Cristianismo hay unos 2.000 años de incumplimiento.
El silencio es hermoso cuando no es impuesto.
#1206
Re: Cataluña 2017: El final del camino.
Buenas, Solfam.
A mi lo que más me llama la atención del cartel no es la inspiración bolchevique del mismo, que estaba muy clara, sino el fondo donde aparecen perfectamente reflejados los Països catalans.
Habria que preguntar por Alicante, Aragón, Francia lo que opinan sobre el tema.
Luego llaman imperialistas a los españoles.
Lo que no entiendo es por qué, ya puestos, no toman como referencia el mapa de la corona de Aragón en el,S. XV:
Saludos megalomaníacos.
#1207
Re: Cataluña 2017: El final del camino.
Y tú cuándo ves el término "países catalanes" exactamente qué es lo que entindes?
s2
#1208
Re: Cataluña 2017: El final del camino.
El mapa está mal. Por ejemplo: Utiel no se la puede englobar en eso. Supongo que es por el típico expansionismo de los nacionalismos.
menos mal que no se apoderan de cantabria....jjj he soñado que tenia a puigdemont de presidente y menudo susto me he pegado...jjj espero que en 51 dias esto se termine saludos
«No recuerdo una etapa en la política española (sí, Cataluña sigue siendo España) en la que se rinda más culto al personalismo desde los tiempos infaustos de la dictadura; régimen, por cierto, en el que se aprueban leyes sin que antes hayan sido debatidas democráticamente. ¿Le suena eso a Puigdemont?»
MARI PAU DOMÍNGUEZ - Actualizado: Guardado en:
Opinión
«El
separatismo es una rara sustancia que se utiliza en los laboratorios políticos de Madrid como
reactivo del patriotismo, y en los de Cataluña, como aglutinante de las clases conservadoras». Diez días después de la victoria del Frente Popular en las elecciones del 16 de febrero de 1936, el periodista
Manuel Chaves Nogales (
Premio Mariano de Cavia 1927) empezó a publicar en el
diario «Ahora» una visión en profundidad de lo que estaba ocurriendo en Cataluña. Allí se instaló un tiempo para escribir ocho reportajes recogidos bajo el epígrafe de ¿Qué pasa en Cataluña? (Editorial Almuzara, 2013), en los que analiza con lucidez los
avances y retrocesos permanentes que ya por entonces sufría el proceso de independentismo catalán. Uno de ellos, magistral, podría haber sido escrito hoy. Lo tituló «Después de haberse comido el sapo» (Barcelona, 27-2-1936). Se trata de una
fábula que comienza así: «Cuando a los hombres de la derecha y del centro se les pide una explicación de lo que pasa en Cataluña le cuentan a uno un cuento. Dos aldeanos van de camino. Uno de ellos lleva del ronzal una vaca. Junto a una charca encuentran un sapo, que produce en el de la vaca un gesto de repugnancia». El compañero defiende que un sapo no es peor que cualquier otro animal que nos comamos, lo que incita al primero a retarlo: «Te doy la vaca si eres capaz de comerte el sapo.
La codicia y el amor propio fuerzan al aldeano a coger el sapo y comérselo, cerrando los ojos de asco y conteniendo las náuseas». Entonces el otro, incrédulo ante el hecho y viendo que podría acabar perdiendo su vaca, «le propone: ¿Me devuelves la vaca si soy capaz de comerme el medio sapo que te queda? El comedor de sapos ve un modo inmediato de librarse del tormento y alarga el pedazo de sapo que le queda a su compadre, quien cierra los ojos y se lo traga. Siguen su camino silencioso. Al cabo de un rato se paran. Se miran frente a frente y se preguntan, estupefactos:
¿Y por qué nos habremos comido un sapo?».
Me imagino al actual vicepresidente catalán,
Oriol Junqueras, haciéndole esa misma pregunta al presidente
Carles Puigdemont. Éste le ofreció al primero la responsabilidad máxima de coordinar el
referéndum ilegal del 1 de octubre, pero Junqueras dijo que no aceptaba salvo que la responsabilidad fuera compartida con todos los consejeros de Puigdemont; es decir, que él
no quiere comerse solo el sapo de las consecuencias legales. Es lo que vendría a llamarse cobardía política si en Cataluña empezaran a llamar a las cosas por su nombre.
Tenía razón Chaves Nogales en su análisis de que el separatismo aglutina lo más conservador de la sociedad, ya que nada hay más conservador en la
era cumbre de la aldea global de McLuhan y del Acuerdo de Schengen que suprime fronteras en Europa, que pretender aislarse y establecer más de las que ya existen. Aislarse de España, de Europa y del resto del mundo. Y no será que no están avisados, aunque sí ciegos. Los gobernantes i
ndependentistas no parecen dispuestos a quitarse la venda de los ojos para asumir la realidad, porque la realidad ni les gusta ni les interesa. Se empeñan en seguir en Europa —cuando Europa ya ha dicho que eso no será posible— y en apelar al derecho de autodeterminación avalado por Naciones Unidas, para justificar un referéndum basado en el «derecho a decidir» -cuando las resoluciones de dicho organismo internacional se refieren al
derecho de un pueblo a formar un estado independientesiempre y cuando esté sometido al colonialismo. Y, que se sepa, aunque tal vez Junqueras y Puigdemont fueran capaces de argumentar lo contrario, Cataluña no se encuentra ubicada a gran distancia geográfica de su colonizador, como tampoco presenta diferencias étnicas ni raciales respecto de la España de la que se quiere separar; condiciones indispensables, según la ONU, para un proceso de independencia-.
Así se resume la idea que tenía el andaluz Chaves Nogales —referente del periodismo español— de los catalanes a principios de 1936: «Este gran pueblo, tan lleno de sentido y tan firmemente aferrado a unas realidades indestructibles, no se alterará gran cosa por los vaivenes políticos. (…)
Ondean las banderas catalanas sin que nadie por el goce de verlas flamear pierda una hora de trabajo». Es recomendable la lectura de estos textos para recordar hechos tan significados y extremos como que el 6 de octubre de 1934 el entonces presidente Lluís Companys declaró el Estado Catalán, lo que motivó que el Ejército suspendiera el Gobierno de la Generalitat. Se restauró con motivo de las elecciones de febrero del 36, a las que Companys y sus diputados concurrieron desde la cárcel.
En su artículo «Las grandes paradas de la ciudadanía» («Ahora», 3-3-1936) reconoce «que Cataluña tiene esa virtud imponderable de convertir a sus revolucionarios en puros símbolos, ya que no puede hacer de ellos perfectos estadistas». Y siguen sin ser estadistas de altura.
¿Acaso en la actualidad algún político independentista habla de la sanidad en esa comunidad autónoma? ¿O del crecimiento, hasta el 19,2 por ciento, de la tasa de pobreza en el último año? El 6,5 por ciento de los hogares catalanes ha tenido que pedir ayuda a familiares, o entidades privadas o religiosas, para necesidades básicas, como alimentos o ropa, según los datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat). De todo ello hablan poco. En cambio,
las informaciones oscilan entre Puigdemont y Junqueras como si más allá de estos nombres no hubiera mundo. No recuerdo una etapa en la política española (sí, Cataluña sigue siendo España) en la que se rinda más culto al personalismo desde los tiempos infaustos de la dictadura; régimen, por cierto, en el que se aprueban leyes sin que antes hayan sido debatidas democráticamente. ¿Le suena eso a Puigdemont?
Hace ochenta y un años, Chaves Nogales ya pensaba que «tendría alguien que preocuparse de rellenar el tiempo con una tarea que tal vez no sea del todo superflua: la de gobernar, la de administrar, la de hacer por el pueblo algo más que ofrecerle ocasión y pretexto para estos deslumbrantes espectáculos. Si entre una manifestación de entusiasmo y otra no hay siquiera unos meses de
silencioso y honesto trabajo en las covachuelas, llegará un día en que este pueblo catalán, tan entusiasta, tan fervoroso, tan bueno, cambiará. Y entonces será peor». Y entonces puede que quienes acaben comiéndose el sapo de Cataluña sean todos los españoles.
El Gobierno da vía libre a que la Guardia Civil tome el control en el aeropuerto de El Prat
MAÑANA CATALUÑA !!!
#1212
Re: Cataluña 2017: El final del camino.
Bufff....no se yo...
Lo que está claro es que si hubiera una confederación con Valencia, Catalunya y Balears...España no es que se vaya a la mierda...sino un poco más allá ;-))
#1213
Re: Cataluña 2017: El final del camino.
Buenas, Serra.
Esta siendo muy interesante y productiva la búsqueda que he realizado para poder responderte a ti y a Cajero (en mi siguiente respuesta), pues estoy conociendo datos y bibliografía que desconocía y que por tanto me apunto en mi cuaderno de "pendientes" para leer en este verano (¡¡pardiez, vive Dios que lo haré!!, jejeje)..
Realmente los Países Catalanes los considero una invención que no tiene ningún origen histórico más allá de la condición lingüística común de los territorios que hablan catalán; una vez hecha una búsqueda sobre el tema me reafirmo en la misma convicción.
Buscando la primera referencia histórica a los Països Catalans no es, como se suele decir, del escritor valenciano Joan Fuster en 1962 en su ensayo «Nosotros los valencianos», sino que fue Bienvenido Oliver y Esteller (Catarroja (Valencia), 2.XII.1836 – Madrid, 20.III.1912. Jurista e historiador) en 1876 dentro de su obra "Historia del Derecho en Cataluña, Mallorca y Valencia".
...pero parece más propio ampliar los dominios (que se quedan cortos para las aspiraciones de un gran imperio) hasta más allá de las fronteras, pidiendo la anexión de Cerdeña, Córcega, Sicilia, Malta ,el Reino de Nápoles, Atenas,...
Vale, al final lo han dejado entre medias para no mosquear a media Europa y se queda en ėsto:
Interesante, Serra, de verdad; podemos estar de acuerdo o en absoluto desacuerdo, pero se puede debatir contigo. Un placer.
Saludos aprendiendo a cada momento, de todo y de todos.
#1214
Re: Cataluña 2017: El final del camino.
Enberto
Curioso, eso es realmente asi?
#1215
Re: Cataluña 2017: El final del camino.
Buenas, Cajero.
Pues va a ser que Utiel y Requena sí pertenecían a la corona de Aragón, por lo que desde el independentismo reivindican que todo es suyo.
Aunque, al parecer, por Requena y Utiel no están muy de acuerdo:
Utiel y Requena son Castilla Siempre lo fueron La comarca de la Meseta del Cabriel jamás perteneció al antiguo reino de Valencia ni se rigió por ninguna de sus leyes. Por el contrario, desde la época de la Reconquista, estos municipios pertenecieron siempre a las tierras del Obispado de Cuenca y de la Corona de Castilla. Fue tierra repoblada por castellanos viejos, no por aragoneses ni catalanes. Nuestra cultura es castellana. Ni en Utiel, ni en Requena, ni en ninguno de los pueblos de esta comarca, se ha hablado nunca el valenciano. La lengua materna que nos identifica como utielanos y requenenses fue, es y será el CASTELLANO. A pesar de que las Leyes lingüísticas de la Generalitat no tuvieron más remedio que reconocer este hecho, muchos habitantes y entidades Utiel-Requena nos vemos privados de numerosas subvenciones e incentivos culturales por expresarnos en nuestra lengua. Además, con nuestros impuestos, se sufraga una radio y televisión en un idioma ajeno. Las fiestas, las tradiciones y el folklore (carnavales, dulzaina castellana, sobria Semana Santa) de estas tierras se asemeja mucho más a los de cualquier pueblo castellano (especialmente conquense ) que a ninguno de Valencia, Alicante o Castellón. El vino, el alajú, el morteruelo, la caldereta, los embutidos, la zurra ... Nombres que evocan una riqueza gastronómica de Camporobles, San Antonio o Cuevas, compartida con manchegos, alcarreños y serranos. Paisaje y clima, los de Castilla Lejos de las playas y campos de naranjos que caracterizan a la Comunidad Valenciana, el clima de estas tierras es como el castellano: mediterráneo continentalizado, que da lugar a parajes como los bellos montes de la Serranía conquense, o los páramos llenos de viñas que nos identifican y orgullecen. Nos sentimos castellanos. Son muchas las ocasiones en las que hemos reivindicando nuestra condición de conquenses.( presencia en actos religiosos provincialistas, confianza en la CCM, cartas a los medios, nomenclatura de calles, manifiestos,) Mantenemos una relación muy estrecha con pueblos como Landete, Santa Cruz de Moya, Talayuelas, Mira ... cuyos jóvenes se divierten y estudian en Utiel-Requena sin sentirse en tierra ajena. POR TODO ELLO EXIGIMOS: La celebración de un referéndum para la re-incorporación de la comarca a la provincia de Cuenca, y por consiguiente, a Castilla-La Mancha y el Consejo de Comunidades Castellanas.
Una vez declarada la independencia de la República de Catalunya, intentarán recuperar el poderío del reino de Aragón en el Mediterraneo (que se atribuyen como propio; más bien parece que el Principado de Cataluña dominaba al rey aragonés, pero bueno) conquistando y sometiendo de nuevo a Atenas como lo hicieron los espartanos; veo además a las huestes catalanas tomando sin piedad Nápoles y dominando sin piedad la camorra napolitana.