Como es harto conocido fui un prejubilado de banca con 52 años y desde entonces han pasado 18 años muy felices en los que se han casado mis dos hijos y han nacido mis cuatro nietos. He sido un vicioso de la holganza y la buena vida, hasta deseche alguna oferta de dirigir una empresa, disfrute de viajes por Europa y nacionales, también de tener buena salud, pero todo eso quedo atrás y ahora ya estoy con averías diversas que me pueden llevar al taller (quirófano) en breve. Deje atrás uno de mis placeres que era fumarme un cigarro dominicano y mis partidas de naipes con los amigos, con lo que se reduce casi todo a mi afición por la bolsa que desde hace más de 50 años ha sido y sigue siendo mi hobby. Cada vez me cuesta mas poder gastar: prevención con la hostelería, en vestuario me sirve ya el que tengo, de viajes con amigos practicamente prohibido, solo tengo el vicio de dotar a mis nietos de unos buenos ahorros para cuando sean adultos y puedan destinarlos a ampliar estudios.
De la vida profesional de los actuales empleados de la banca, lo que observo es que es un sin vivir, objetivos de difícil cumplimiento, desasosiego con su futuro personal por los cierres que se avecinan, y dedicados a vender seguros de todo tipo, contratar fondos de inversión y de pensiones, colocar tarjetas de crédito y alguna otra cosa que produzca beneficio.
Dificil, muy difícil lo que les espera salvo que estés en control de riesgos, recuperación de fallidos y vendedor del mes.
Para cuando la banca que ha vendido coches, relojes, televisores y otras cuestiones, comercializará monedas y lingotes de oro como ya pude contemplar en un viaje que hice hace mas de 30 años por Alemania y Austria??.
A cobrar por tener cuenta y tener nombre y apellidos, no queda otra y así a ver si podemos dar la vuelta a la cuenta de resultados.
Como no se espabile a Ana Patri le quedan breves para ser también prejubilada.
