Más que optimismo, esa inclinación que tenemos los humanos de creer que una tendencia va a seguir indefinidamente, cuando la realidad es que todo cambia continuamente. Tanto si esa tendencia es positiva, como negativa. Las tendencias pueden durar décadas, pero al final acaban cesando y viene otra tendencia que puede ser la contraria. En el caso de las inversiones, si tienes una cartera todoterreno con renta variable, fija, liquidez, oro, bitcoin, inmobiliario, es prácticamente imposible que todo vaya mal a largo plazo, ya que mezclas productos cada uno con su tendencia, y al final sale algo equilibrado.