Caminas desde Cibeles
con el cortejo repleto
y llegas por Recoletos
a Colón con tus tropeles;
luego llevas tus pinreles
siguiendo un mar de talones
y, quieto ante los balcones
de calle Génova trece,
gritas que aquello parece
una cueva de ladrones.
Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.
Cosas veredes de Nacho,
pues este día se descubre
que succiona de la Ubre
quien recorta sin empacho,
y tiene en Sol su despacho,
el negado en lo mediático,
algo espía y antipático,
el que fuera dos de Ella
y en la soleada Marbella
se mercó un oscuro ático.
Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.
Funcionaria en excedencia,
para ganarse el cocido
a head-hunter se ha metido
de Madrid la expresidenta,
por tener gran experiencia
la de Murillo condesa
en cortarles las cabezas
a médicos y maestros
según los códigos diestros;
y es que la experiencia pesa.
Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.
Lo que pasa exactamente
es que a esta derecha torva
casi todo el censo estorba,
incluso su propia gente,
que la protesta es creciente
y se llenan las calzadas
ante tamañas putadas,
y que el pueblo no se fía
de lo que la izquierda haría
porque la ve despistada.
Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.
Cuentan que el apuesto Güemes,
marido de Andrea Fabra,
la que jodió de palabra
al parado que se teme
que le manden a la M,
ha conseguido ser socio
en el vampiro negocio
que privatizó él mismo
aplicando el catecismo
liberal con sacerdocio.
Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.
En el bugati pepero
que circula por Madrí
llevando a Aguirre al taichi
(conduciendo Carromero)
van Ignacio, su aparcero,
huyendo de iras galenas,
y Ana, como alma en pena,
temiéndose lo peor
de algún juez sonsacador
por mor del Madrid Arena.
Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.
Tras fichar a Urdangarin
con patente desvergüenza,
se inflije al pueblo otra ofensa,
pues Telefónica, riiiing,
a un bankero de postín
nombra con recochineo,
sin importar el cabreo
del atónito gentío
que le auguraba a este tío
por el trullo un buen garbeo.
Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.
Es que ¡hay sobres para todos! los politicos, se entiede. Explica tu, sino, como puede llegar el dinero de la corrupción inmobiliaria de un ayuntamiento en la costa hasta miembros de la dirección del PP en Madrid. Solo hay una forma, que exista un sistema organizado jerarquicamente, esto supone que a nivel local pillan cacho y pasan una parte a las provinciales, que pillan cacho y pasan su parte a las autonomicas, que pillan cacho y pasan su parte a la nacional. Es la única forma.