Para hablar de tendencias, hay que diferenciar un poco entre el inversor de largo plazo, que siempre o casi siempre está posicionado, y el especulador que va entrando y saliendo con más frecuencia.
Para el inversor puro, los techos y los suelos no son tan importantes, más allá de usarlos como herramienta para entrar en activos o salir de ellos a precios interesantes. Estos inversores viven de la tendencia, ya que es lo que les permite obtener ese rendimiento en sus activos a largo plazo sin que su valor se deteriore.
Para el especulador, a mi modo de ver, los puntos de giro son críticos y debe estar mucho más pendiente de ellos, observar más el mercado, identificar señales, etc. Su planteamiento es pasar menos tiempo en el mercado, y justo por eso necesita afinar más en el precio, tanto al entrar como al salir.
En cuanto a las tendencias, sabemos algunas cosas de ellas:
- No suelen seguir una línea recta, aunque a veces sí lo hacen. Además, los movimientos del mercado son fractales: Lo que en el gráfico diario parece un movimiento directo, en gráfico horario o de 30 minutos siempre muestra giros e indecisiones momentáneas.
- Tanto al principio como al final de una tendencia, en el marco horario que sea, las manos fuertes están presentes, porque son ellas las que determinan cuándo comienzan y cuándo terminan las tendencias. Las manos fuertes ponen mucho cuidado en ocultarse, pero no siempre pueden hacerlo.
Con esas herramientas, sabiendo que no es posible acertar siempre y teniendo en cuenta el sentimiento contrario, es posible afrontar el mercado de otra forma y sacar un mayor partido del que nos ofrece la tendencia.