Es evidente que en el caso de PU, la judicialización del caso era algo esperable. Por muchas razones, de forma y fondo.
Eso no quiere decir que ahora todo el fondo de solvencia se ponga en duda y este en entredicho, tanto para los proximos rescates como para los otros ya cerrados. Partamos de la base de que un fondo de solvencia como este es necesario, y convieniente en estas circunstancias, y que en otros paises europeos ya se está ayudando a empresas de manera similar.
Lo que hay que hacer, es hacerlo bien. Con rigor, y por supuesto siguiendo las normas y criterios establecidos. Como ha sido por ejemplo el caso de DF en lo que a criterios de idoneidad se refiere.