M2

La M2 es una medida ampliada de la cantidad de dinero en una economía que incluye no solo el dinero en efectivo y cuentas corrientes, sino también depósitos a plazo y otros activos de bajo riesgo y fácil acceso, como los depósitos de ahorro y los certificados de depósito.

En otras palabras, la M2 es una medida expandida de la masa monetaria disponible en una economía. Así, incluye activos que son líquidos, pero que usualmente no se utilizan como efectivo.

La M2 es considerada una medida más completa de la cantidad de dinero disponible para gastar y, por lo tanto, es un indicador importante de la salud de una economía.

La política monetaria de los bancos centrales a menudo se centra en el control de la cantidad de dinero en circulación. Por ello, el aumento o disminución de la M2 puede ser empleado como un indicador de la dirección de la política monetaria y del impacto en la economía.

Así como la M2, existe la M1, que es una medida más restringida de la masa monetaria, incluyendo solo efectivo y depósitos a la vista, según detalla el Banco de España en su página web.

La M2, según la autoridad monetaria española, incluye la M1 más depósitos a plazo de hasta dos años y los depósitos disponibles con preaviso de hasta tres meses.

A su vez, tenemos la M3, que es una medida más amplia que la M2, incorporando cesiones temporales, participaciones en fondos del mercado monetario e instrumentos del mercado monetario, y los valores de renta fija de hasta dos años, emitidos por las instituciones financieras monetarias. Toda esta información es consignada por el Banco de España en su portal oficial.

Prácticamente, todos los países manejan agregados monetarios, pero el detalle de cada uno de ellos los determina la autoridad monetaria. La Reserva Federal de Estados Unidos, por ejemplo, define la M2 como el efectivo circulante más el dinero depositado en cuentas corrientes, cuentas de ahorro y otros instrumentos de ahorro a corto plazo, como certificados de depósito (CD). Se excluyen los saldos de cuentas de jubilación y los depósitos a plazo superiores a 100.000 $.

En particular, la M2 puede emplearse para proyectar la inflación. Este indicador, a su vez, junto con los tipos de interés, tiene repercusiones en el desempeño de la actividad económica.

La inflación genera un impacto en el poder adquisitivo de las familias, en las inversiones, en el valor de la moneda local y en las cifras de intercambio comercial.

Cuando la M2 crece a un ritmo muy acelerado, esto puede alertar sobre un futuro incremento en la inflación. 

En periodos de recesión, las autoridades monetarias pueden buscar aumentar la M2 mediante medidas como la expansión o flexibilización cuantitativa (o QE por su nombre en inglés). De ese modo, se pretende estimular la economía.

Al llevar a cabo un plan de QE, la autoridad monetaria compra bonos del Gobierno y otros activos financieros. Con ello, se inyecta liquidez al mercado.

Sin embargo, existen otros instrumentos menos agresivos como el tipo de interés de referencia. Cuando la autoridad monetaria sube esta tasa, se encarecen los préstamos interbancarios, lo que termina trasladándose al público, que recibe menos crédito. En consecuencia, se reduce la M2 en la economía. Esta decisión podría tomarse para evitar un incremento en la inflación.

Por el contrario, al reducir la tasa de referencia, se busca abaratar el crédito y aumentar la masa monetaria en circulación. Esta medida expansiva se emplea para estimular la actividad económica.

*Artículo escrito en colaboración con @miguel-arias.