El pasado día 4 de diciembre, en un encuentro que realicé para Expansión, me llegaron muchas preguntas sobre Bitcoin. Creo que esta resumía todas ellas (adjunto también la respuesta):
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5. Hola Tomás. El bitcoin, yo veo que va a estallar de manera abrupta: ¿Su punto de vista de experto, cuál es? Se irá al garete esta criptomoneda? No es normal ver esas subidas tan exageradas. Un saludo
- 12:12 Hola:
Como he comentado en múltiples ocasiones, no soy amigo de usar alegremente la palabra burbuja (hay más «burbujas» sin estallar que de las otras, como defiende W. Goetzmann en Bubble Investing). Pero dicho esto, no tengo la menor idea de cómo valorar este activo, si cabe calificarlo como tal.
No puedo por tanto calificar como burbuja el bitcoin no porque no me parezca irracional la subida que han tenido sus precios, sino porque no sé cómo calcular un precio objetivo sobre el que decir que está subjetivamente más alto. Sé cuál es el precio del bitcoin, pero no tengo ni idea de su valor.
He investigado en profundidad algunos métodos con los que algunos expertos justifican su valor, como el NVT Ratio de Willy Woo (conocido como el PER del bitcoin), la Ley de Metcalfe o el BitVal, método basadado en la PPA (paridad de poder adquisitivo). Ninguno de ellos me convence.
Lo que sí creo es que no debería calificarse como dinero.
Aunque algunos justifiquen lo anterior en que no es una divisa estable, la volatilidad no define qué es dinero (por ejemplo, aunque con dirección contraria, el dólar zimbabweano o el bolívar venezolano). Se dice también que no tienen respaldo físico, pero tampoco el USD. Para que un activo se considere dinero, debe cumplir tres funciones: ser medio de pago, unidad de cuenta y depósito de valor. Por eso, los depósitos en el banco sí son dinero, pero las tarjetas de crédito no.
En el mundo actual, el bitcoin no es dinero porque no es medio de pago. Cumple la función de ser sistema de pago, pero también lo hacen las tarjetas o Paypal. Por eso, en 2016, un juzgado de Florida sentenció que las criptodivisas no son dinero, en línea con el IRS (Internal Revenue Service, un departamento del Tesoro estadounidense), que las considera una propiedad.
Eso sí, se podría justificar un mejor futuro en la evolución de los conceptos: del trueque a las conchas de cauri. Del físico al papel, luego al fiduciario. Después, el electrónico y, finalmente, el descentralizado. Aunque la descentralización no es un cambio de paradigma: tan solo cambia el emisor. Es un desafío a los gobiernos, pero no un avance radical.
En fin, dejando de divagar, es un activo que no sé si calificarlo como tal y que desde luego no sé valorar. Será el futuro quien despeje las respuestas, pero desde mi punto de vista comprar (o vender) algo que no se entiende es una locura.
Saludos.
En este sentido, veo interesante recapitular sobre los métodos que hemos venido analizando en La Vuelta al Gráfico.
El artículo que abrió la saga fue de mi gran amigo y compañero de blog Javier Flórez. En él hacía una breve introducción de las cryptodivisas y sus características y, sobretodo, de su razón de ser.
Rápidamente le tomé el testigo. mi obsesión con este tema es cómo poder valorar este fenónemo. Sé cómo valorar una empresa (o cualquier activo que genera flujos), o una divisa (PPA), incluso materias primas. Luego la valoración será mejor o peor, las asunciones serán mejores o peores y tendré más o menos éxito. Pero por lo menos tendré una base desde donde calcular un margen de seguridad con el que invertir. En el caso del Bitcoin, por ejemplo, no tengo ni la más remota idea de cómo hacer eso. Y tengo muy claro que si no lo entiendo, no opino sobre ello para mal o para bien. Porque no puedo justificar mis argumentos. Que suba mucho no es un argumento para calificarlo como caro.
En fin, como digo tomé el testigo rápido, con este artículo en el que planteo como posible punto de partida, valorar el precio de coste de minarlo. El problema es que creo que el precio de un producto no depende del coste, sino al contrario. Por tanto, el método no me parece suficiente. Por otro lado, en este otro artículo planteé qué ocurrirá con los mineros cuando se minen los 21 millones de Bitcoin.
La primera aproximación que hicimos algo más teórica a una posible valoración del Bitcoin fue a través del NPV, una especie de PER (price to earnings) adaptada a esta cryptodivisa. Si consideramos que el Bitcoin es un medio de pago y un depósito de valor, el dinero que fluye a través de su red podría ser un proxy de sus ganancias. Con todos los peros que esto implica, lo cierto es que la capitalización total del Bitcoin sigue bastante bien el dinero que fluye por la red (transaction value). Expresado como una ratio, forma el NVT Ratio (Network Value to Transaction Value).
Después analizamos la Ley de Metcalfe, tan usada en los 90 para valorar las punto com durante la burbuja, pero que funcionó con algunas redes sociales como Facebook. La ley de Metcalfe surge del famoso Gilder Technology Report en los 90. Inspirada por una conocida transparencia de los 80 de Bob Metcalfe (creador de, entre otras cosas, Ethernet), esta ley defiende que el valor de una red de comunicaciones aumenta de forma proporcional al cuadrado de su número de usuarios. Es decir, que en una red de comunicaciones con n usuarios, cada usuario podrá hacer n-1 conexiones (n-1 porque no va a conectar consigo mismo). Si todas esas conexiones valen lo mismo, el valor total de la red será proporcional a n(n-1), es decir, n al cuadrado. Por ejemplo, imagina que cuando nació el teléfono había 10 personas que lo tuvieran, pudiendo hacer 90 conexiones. Si 10 personas más comprasen un teléfono, el número de usuarios se doblaría hasta 20, pero el número de conexiones posibles entre los usuarios no se dobla: crecería hasta 380 (se cuadruplica).
Finalmente, tratamos de acercar la teoría de la Paridad del Poder Adquisitivo, que funciona tan correctamente con las divisas, a las cryptodivisas. Esta teoría, que tiene mucho éxito a la hora de valorar divisas, ya la explicamos en el blog, y ampliamos en la web de Novatos Trading Club. Esta teoría defiende, básicamente, que el tipo de cambio entre dos países debería ser tal que ajustase las diferencias entre sus precios.
En fin, que no será la última vez que hablemos de cryptodivisas ni de blockchain, pero me parecía interesante recapitular.