FERNANDO ESTEVE MORA
Se positivamente, porque conozco a algunos de ellos personalmente, que Podemos (siempre me resisto a esa politicamente correcta pero lingüísticamente estúpida denominación de "Unidas Podemos") tiene en sus filas economistas extremadamente competentes. Y la pregunta que me hago hoy es la de si, como hiciesen en otro tiempo otros con Zapatero o Rajoy, pudiese alguno dedicarle una hora por las tardes al "amado líder" de su partido, don Pablo "Bocachancla" Iglesias, para que hiciese un hueco en el tiempo que dedica cotidianamente a sus altos estudios políticos (o sea, a ver series en Netflix) para aprender algo de Economía antes de que acabe definitivamente con el partido que ayudó a crear y deje de ser ministro, que ya le va faltando menos.
El caso es que el señor Iglesias en la entrevista en la Sexta, famosa por la equiparación que hizo de los exiliados republicanos del franquismo con Puigdemont y sus secuaces, no sólo demostró una absoluta carencia de conocimiento histórico (claro que esa confusión sería o para él algo explicable y justificable, puesto que todavía ni Netflix ni la HBO han hecho una serie al respecto) y de sensibilidad política, sino que -¡cómo no!- volvió a enorgullecerse de no saber nada de Economía. Concretamente señaló que -para él- clamaba al cielo el que las empresas eléctricas de nuestro país obtuviesen y disfrutasen de unos enormes "beneficios caídos del cielo" ("windfall profits") por ser el mercado eléctrico un mercado "marginalista", es decir, un mercado en el que el proceso de fijación de precios es "marginalista". Cosa ésta que, a lo que parece, le revolvía las entrañas y la explicaba por las maniobras de los poderosos en contra de los de abajo.
Pues bien, nada tengo que añadir a lo que ya escribí en este blog hace ya 12 años para explicar el porqué de las "soluciones" que desde los periodistas y los políticos adalides del buenismo pero ignorantes en grado sumo de Economía, se suelen defender, y a las que entonces llamé fijación de "precios-Shaw" a partir de una sugerencia de George Bernard Shaw, son una estupidez económica. ( véase: https://www.rankia.com/blog/oikonomia/428741-george-bernard-shaw-reguacion-sector-electrico )
En consecuencia, lo que para mí sí que clama al cielo no es que existan esos "beneficios llovidoss del cielo" sino que un profesor de Ciencia Política no sepa por qué existen realmente y no por precisamente como resultado de una conspiración, ni tampoco sepa que son enteramente "normales" , ya que que en todo mercado (y no sólo el eléctrico) la fijación de precios no sólo es "marginalista", sino que -en principio- debería de serlo si se quiere buscar la eficiencia económica. De modo que, si (a) se quiere controlar ese "exceso de beneficios" no merecidos de las eléctricas en situaciones como las recién vividas en las que los precios en el mercado diario mayorista se han disparado por razones tanto desde la demanda (un aumento por la ola de frio) como de la oferta ( disminución de la generación de eólica, solar y aumento del precio del gas en los mercados internacionales) , y (b) se quiere por razones de justicia y equidad impedir que esos ascensos de precios recaigan sobre los más débiles y necesitados económicamente, la solución no pasa por alterar el proceso de fijación de precios (o sea, alterar el proceso "marginalista" de fijación de precios) sino de intervenir por otros medios que van desde el aumento en la competencia, la fijación de precios máximos si el mercado -como lo es en este caso- está fuertemente oligopolizado y las políticas fiscales que recauden esos "beneficios caídos del cielo" y subvencionen a los consumidores finales más desfavorecidos.
Y es que, como ya sabían perfectamente David Ricardo y Karl Marx,que fueron quienes primero explicaron el proceso y trataron esta cuestión cuando analizaron los mercados de cereales , se tiene que en todo mercado en el que:
1) la oferta de un bien se realiza usando procesos de producción con distinta productividad o coste medio de producción, (por ejemplo, el trigo se produce en tierras de diferente calidad por razones químicas o de humedad o de clima; o, por ejemplo, la generación de energía eléctrica se hace usando distintas tecnologías: centrales hidroeléctricas, las eólicas, las solares, las nucleares, las de ciclo combinado y las térmicas, con costes medios de produccioón del magavatio distintos) y
2) es imposible discriminar en qué proceso de producción se ha producido cualquier unidad que se vende (pues las propiedades de un kilo de trigo o de un megavatio son las mismas independientemente del proceso de producción concreto en que se hayan producido), y
3) existe un "buen" nivel de competencia entre distintos oferentes
entonces se tiene que, dado que el precio de cada unidad del bien (trigo o energía eléctrica) , fruto de la interacción de la demanda con la oferta, es el mismo para TODAS las unidades intercambiadas sea cuál sea el proceso de producción en que cada una se hayan generado, ese precio habrá tenido que ser como mínimo suficiente para cubrir los costes de producción de la última unidad (la unidad marginal) que se haya producido, por haber tenido demanda en el mercado.
Ahora bien, como esa última unidad que se produce o intercambia, a la que se llama unidad marginal, se habrá producido necesariamente en el proceso de producción menos productivo, pues obviamente los productores sólo usarán los procesos de producción menos eficientes cuando la demanda sea tal que no puedan abastecerla usando sólo los procesos de producción más eficientes, el precio de venta de todas y cada una de las unidades que se producen e intercambian en el mercado de ul bien sea cual, sea su origen, habrá de cubrir el coste de producción de esa unidad marginal, por lo que por definición será superior al coste de producción de todas las unidades que se producen en procesos productivos más eficientes, o sea, con costes por unidad más bajos.
En consecuencia los productores que producen esas unidades inframarginales obtienen un rendimiento extra, un excedente del productor, una renta económica un "beneficio caído del cielo", pues de todas esas formas son llamados por los economistas esos rendimientos extraordinarios. Y eso es perfectamente lógico y natural. Y no, señor Iglesias: NO son fruto -en general- de las "malas artes" de las empresas esos "windfall profits" ni de la corrupción de los poderes públicos o de los políticos.
Déjese de teorías conspiranoicas, pues, ya que no sólo es lógico y natural que en el mercado eléctrico se siga esta política "marginalista" de fijación de precios, sino que, además, ello es lo aconsejable en términos de eficiencia económica, pues el que el precio sea igual al coste de producción de la última unidad producida (al coste de producción de la unidad marginal) garantiza la eficiencia en el uso de los recursos y el abastecimiento del mercado. El precio de cualquier bien debe ser igual al coste marginal como criterio general, a menos que nos encontremos en un mercado donde se puede aplicar el Teorema de Segundo Óptimo por la existencia de externalidades, restricciones técnicas y otros "fallos de mercado"(véase, a este respecto, esta entrada también ya vieja: https://www.rankia.com/blog/oikonomia/1631722-peaje-tunel-guadarrama-teorema-segundo-optimo)
Finalmente, hay que reconocer que esta "renta económica" que obtienen los productores de las unidades inframarginales puede además ser suplementada o ampliada por los beneficios extraordinarios que pueden obtener las empresas si un mercado no es suficientemente competitivo....como es el caso del sector eléctrico en España. Pero es necesario distinguir conceptualmente entre estas dos fuentes de remuneración extraordinaria de las empresas. No es lo mismo una "renta económica" o "windfall profit" que el beneficio extra que surge de la oligopolización de un mercado. Sin embargo, en el caso del sector eléctrico, la incorporación de tecnologías renovables es un medio óptimo para conseguir que los precios caigan y, en consecuencia, restringir tanto los "beneficios caídos del cielo" como los "beneficios extraordinarios" fruto del control oligopólico del mercado de modo eficiente sin alterar el proceso normal o marginalista de determinación del precio de producción de la energía.
Cosas como estas serían las que estaría bien que don Pablo Iglesias conociese para no hacerle perder el tiempo a doña Nadia Calviño o a doña Teresa Rivera en los Consejos de Ministros, que me imagino que hartas deben estar de tener que discutir de asuntos económicos con semejante desconocedor de todo lo relacionado con ellos.
Nota: Quizás un pequeño ejemplo sirva para aclarar definitivamente la cuestión. Supongamos que hay cuatro tecnologías para producir electricidad. En la siguiente tabla se indican los costes medios de producción del megavatio de cada una de ellas (incluyendo en ese coste un beneficio "normal" como remuneración del capital) y una capacidad instalada (Todos los números son inventados. esto es un ejemplo) :
Tecnología Coste Medio Capacidad (millones de megavatios)
Hidro 1€ 1000
Eólica 2€ 500
Solar 4€ 500
Nuclear 10€ 250
Gas 80€ 1000
Pues bien, para que la generación usando gas se plantee empezar a producir el precio del megavatio ha de subir hasta los 80€, pues si no a las empresas no les interesaría producir ni un vatio con gas. Y ahora supongamos un caso extremo, y estúpido, y es que al precio de 10€, la cantidad demandada es de 3000 megavatios. Esto significa que a ese precio hay un exceso de demanda pues se producen sólo 2250 megavatios. No hay suficiente producción y, en consecuencia, hay cortes en el suministro. Es necesario producir más, pero para hacerlo las eléctricas piden lógica y naturalmente que el precio de la energía les compense el coste de producirla donde sólo se puede producir esa energía adicional, o sea, en las centrales de gas.
Supongamos que así ocurre,y que el precio sube a los 80€, por lo que ya se empieza a producir electricidad también en las centrales que usan gas, pero sucede que al subir el precio la cantidad demandada de electricidal cae de los 3000 megavatios que se demnadadban cuando el precio era de 10€ a 2251 megavatios. Ello significa que las centrales de gas sólo producen 1 megavatio.
Ahora bien al precio de 80€, las eléctricas38.000 obtienen unos increíbles "windfall profits". Concretamente 79.000 millones en la hidro (80 x 1000 - 1x1000), 39.000 en la eólica ((80-2)x500), 38.000 en la solar ((80-4)x500) y 17500 ((80-10)x 250) en la nuclear. ¡Todo un pastón!
En este ejemplo meramente ilustrativo, el producir un megavatio más, lo que le supone para la empresa un coste de 80€, la permite sin embargo obtener miles de millones de euros en "beneficios adicionales llovidos del cielo". Es la curiosa y rentable (para el sector eléctrico) lógica de la renta económica, que -como ya he dicho- explicaron Ricardo y Marx ya en el siglo XIX.
Se positivamente, porque conozco a algunos de ellos personalmente, que Podemos (siempre me resisto a esa politicamente correcta pero lingüísticamente estúpida denominación de "Unidas Podemos") tiene en sus filas economistas extremadamente competentes. Y la pregunta que me hago hoy es la de si, como hiciesen en otro tiempo otros con Zapatero o Rajoy, pudiese alguno dedicarle una hora por las tardes al "amado líder" de su partido, don Pablo "Bocachancla" Iglesias, para que hiciese un hueco en el tiempo que dedica cotidianamente a sus altos estudios políticos (o sea, a ver series en Netflix) para aprender algo de Economía antes de que acabe definitivamente con el partido que ayudó a crear y deje de ser ministro, que ya le va faltando menos.
El caso es que el señor Iglesias en la entrevista en la Sexta, famosa por la equiparación que hizo de los exiliados republicanos del franquismo con Puigdemont y sus secuaces, no sólo demostró una absoluta carencia de conocimiento histórico (claro que esa confusión sería o para él algo explicable y justificable, puesto que todavía ni Netflix ni la HBO han hecho una serie al respecto) y de sensibilidad política, sino que -¡cómo no!- volvió a enorgullecerse de no saber nada de Economía. Concretamente señaló que -para él- clamaba al cielo el que las empresas eléctricas de nuestro país obtuviesen y disfrutasen de unos enormes "beneficios caídos del cielo" ("windfall profits") por ser el mercado eléctrico un mercado "marginalista", es decir, un mercado en el que el proceso de fijación de precios es "marginalista". Cosa ésta que, a lo que parece, le revolvía las entrañas y la explicaba por las maniobras de los poderosos en contra de los de abajo.
Pues bien, nada tengo que añadir a lo que ya escribí en este blog hace ya 12 años para explicar el porqué de las "soluciones" que desde los periodistas y los políticos adalides del buenismo pero ignorantes en grado sumo de Economía, se suelen defender, y a las que entonces llamé fijación de "precios-Shaw" a partir de una sugerencia de George Bernard Shaw, son una estupidez económica. ( véase: https://www.rankia.com/blog/oikonomia/428741-george-bernard-shaw-reguacion-sector-electrico )
En consecuencia, lo que para mí sí que clama al cielo no es que existan esos "beneficios llovidoss del cielo" sino que un profesor de Ciencia Política no sepa por qué existen realmente y no por precisamente como resultado de una conspiración, ni tampoco sepa que son enteramente "normales" , ya que que en todo mercado (y no sólo el eléctrico) la fijación de precios no sólo es "marginalista", sino que -en principio- debería de serlo si se quiere buscar la eficiencia económica. De modo que, si (a) se quiere controlar ese "exceso de beneficios" no merecidos de las eléctricas en situaciones como las recién vividas en las que los precios en el mercado diario mayorista se han disparado por razones tanto desde la demanda (un aumento por la ola de frio) como de la oferta ( disminución de la generación de eólica, solar y aumento del precio del gas en los mercados internacionales) , y (b) se quiere por razones de justicia y equidad impedir que esos ascensos de precios recaigan sobre los más débiles y necesitados económicamente, la solución no pasa por alterar el proceso de fijación de precios (o sea, alterar el proceso "marginalista" de fijación de precios) sino de intervenir por otros medios que van desde el aumento en la competencia, la fijación de precios máximos si el mercado -como lo es en este caso- está fuertemente oligopolizado y las políticas fiscales que recauden esos "beneficios caídos del cielo" y subvencionen a los consumidores finales más desfavorecidos.
Y es que, como ya sabían perfectamente David Ricardo y Karl Marx,que fueron quienes primero explicaron el proceso y trataron esta cuestión cuando analizaron los mercados de cereales , se tiene que en todo mercado en el que:
1) la oferta de un bien se realiza usando procesos de producción con distinta productividad o coste medio de producción, (por ejemplo, el trigo se produce en tierras de diferente calidad por razones químicas o de humedad o de clima; o, por ejemplo, la generación de energía eléctrica se hace usando distintas tecnologías: centrales hidroeléctricas, las eólicas, las solares, las nucleares, las de ciclo combinado y las térmicas, con costes medios de produccioón del magavatio distintos) y
2) es imposible discriminar en qué proceso de producción se ha producido cualquier unidad que se vende (pues las propiedades de un kilo de trigo o de un megavatio son las mismas independientemente del proceso de producción concreto en que se hayan producido), y
3) existe un "buen" nivel de competencia entre distintos oferentes
entonces se tiene que, dado que el precio de cada unidad del bien (trigo o energía eléctrica) , fruto de la interacción de la demanda con la oferta, es el mismo para TODAS las unidades intercambiadas sea cuál sea el proceso de producción en que cada una se hayan generado, ese precio habrá tenido que ser como mínimo suficiente para cubrir los costes de producción de la última unidad (la unidad marginal) que se haya producido, por haber tenido demanda en el mercado.
Ahora bien, como esa última unidad que se produce o intercambia, a la que se llama unidad marginal, se habrá producido necesariamente en el proceso de producción menos productivo, pues obviamente los productores sólo usarán los procesos de producción menos eficientes cuando la demanda sea tal que no puedan abastecerla usando sólo los procesos de producción más eficientes, el precio de venta de todas y cada una de las unidades que se producen e intercambian en el mercado de ul bien sea cual, sea su origen, habrá de cubrir el coste de producción de esa unidad marginal, por lo que por definición será superior al coste de producción de todas las unidades que se producen en procesos productivos más eficientes, o sea, con costes por unidad más bajos.
En consecuencia los productores que producen esas unidades inframarginales obtienen un rendimiento extra, un excedente del productor, una renta económica un "beneficio caído del cielo", pues de todas esas formas son llamados por los economistas esos rendimientos extraordinarios. Y eso es perfectamente lógico y natural. Y no, señor Iglesias: NO son fruto -en general- de las "malas artes" de las empresas esos "windfall profits" ni de la corrupción de los poderes públicos o de los políticos.
Déjese de teorías conspiranoicas, pues, ya que no sólo es lógico y natural que en el mercado eléctrico se siga esta política "marginalista" de fijación de precios, sino que, además, ello es lo aconsejable en términos de eficiencia económica, pues el que el precio sea igual al coste de producción de la última unidad producida (al coste de producción de la unidad marginal) garantiza la eficiencia en el uso de los recursos y el abastecimiento del mercado. El precio de cualquier bien debe ser igual al coste marginal como criterio general, a menos que nos encontremos en un mercado donde se puede aplicar el Teorema de Segundo Óptimo por la existencia de externalidades, restricciones técnicas y otros "fallos de mercado"(véase, a este respecto, esta entrada también ya vieja: https://www.rankia.com/blog/oikonomia/1631722-peaje-tunel-guadarrama-teorema-segundo-optimo)
Finalmente, hay que reconocer que esta "renta económica" que obtienen los productores de las unidades inframarginales puede además ser suplementada o ampliada por los beneficios extraordinarios que pueden obtener las empresas si un mercado no es suficientemente competitivo....como es el caso del sector eléctrico en España. Pero es necesario distinguir conceptualmente entre estas dos fuentes de remuneración extraordinaria de las empresas. No es lo mismo una "renta económica" o "windfall profit" que el beneficio extra que surge de la oligopolización de un mercado. Sin embargo, en el caso del sector eléctrico, la incorporación de tecnologías renovables es un medio óptimo para conseguir que los precios caigan y, en consecuencia, restringir tanto los "beneficios caídos del cielo" como los "beneficios extraordinarios" fruto del control oligopólico del mercado de modo eficiente sin alterar el proceso normal o marginalista de determinación del precio de producción de la energía.
Cosas como estas serían las que estaría bien que don Pablo Iglesias conociese para no hacerle perder el tiempo a doña Nadia Calviño o a doña Teresa Rivera en los Consejos de Ministros, que me imagino que hartas deben estar de tener que discutir de asuntos económicos con semejante desconocedor de todo lo relacionado con ellos.
Nota: Quizás un pequeño ejemplo sirva para aclarar definitivamente la cuestión. Supongamos que hay cuatro tecnologías para producir electricidad. En la siguiente tabla se indican los costes medios de producción del megavatio de cada una de ellas (incluyendo en ese coste un beneficio "normal" como remuneración del capital) y una capacidad instalada (Todos los números son inventados. esto es un ejemplo) :
Tecnología Coste Medio Capacidad (millones de megavatios)
Hidro 1€ 1000
Eólica 2€ 500
Solar 4€ 500
Nuclear 10€ 250
Gas 80€ 1000
Pues bien, para que la generación usando gas se plantee empezar a producir el precio del megavatio ha de subir hasta los 80€, pues si no a las empresas no les interesaría producir ni un vatio con gas. Y ahora supongamos un caso extremo, y estúpido, y es que al precio de 10€, la cantidad demandada es de 3000 megavatios. Esto significa que a ese precio hay un exceso de demanda pues se producen sólo 2250 megavatios. No hay suficiente producción y, en consecuencia, hay cortes en el suministro. Es necesario producir más, pero para hacerlo las eléctricas piden lógica y naturalmente que el precio de la energía les compense el coste de producirla donde sólo se puede producir esa energía adicional, o sea, en las centrales de gas.
Supongamos que así ocurre,y que el precio sube a los 80€, por lo que ya se empieza a producir electricidad también en las centrales que usan gas, pero sucede que al subir el precio la cantidad demandada de electricidal cae de los 3000 megavatios que se demnadadban cuando el precio era de 10€ a 2251 megavatios. Ello significa que las centrales de gas sólo producen 1 megavatio.
Ahora bien al precio de 80€, las eléctricas38.000 obtienen unos increíbles "windfall profits". Concretamente 79.000 millones en la hidro (80 x 1000 - 1x1000), 39.000 en la eólica ((80-2)x500), 38.000 en la solar ((80-4)x500) y 17500 ((80-10)x 250) en la nuclear. ¡Todo un pastón!
En este ejemplo meramente ilustrativo, el producir un megavatio más, lo que le supone para la empresa un coste de 80€, la permite sin embargo obtener miles de millones de euros en "beneficios adicionales llovidos del cielo". Es la curiosa y rentable (para el sector eléctrico) lógica de la renta económica, que -como ya he dicho- explicaron Ricardo y Marx ya en el siglo XIX.