Parece que los foreros y bloggers hemos aprovechado par a cargar las pilas en estas fiestas, y lejos de sufrir resacas o desfallecimientos por los excesos que se supone se han cometido en estas fiestas, han servido desde luego para recuperar fuerzas. En este sentido la realidad es que al final hemos tenido ciertas escaramuzas. Por supuesto aclarar que estas escaramuzas son a todas luces necesarias, en medio de tanto consenso.
En fin. El fuego, desde mi punto de vista, (quizás exista algo que me he perdido por el camino), lo ha iniciado Tristan con un post sobre una respuesta contundente a una discusión que venía manteniendo en Burbuja.info. El post se denominaba “Justa respuesta”. La realidad es que no estando de acuerdo con el citado post, la verdad es que he entrado a discutir. Hasta aquí todo es correcto. Por supuesto por allí me he encontrado con Dalamar, (últimamente somos discutidores oficiales), de tal forma que hoy ha colgado un post al respecto, concluyendo que los bancos no han sido los culpables de la situación. Paralelamente, yo he decidido cambiar un poco la programación y he puesto un post acerca de todos los negocios que surgen a cuenta de la necesidad de las personas de tener un techo, que hace tiempo que no encontraba la ocasión para colgar. Por supuesto, no puedo afirmar que el post de Dalamar sea en referencia a dicha discusión, (desde luego sí que lo sospecho), pero desde luego, la publicación del mío si lo es.
En fin, la realidad es que desde luego tenemos visiones muy diferentes de las causas, la situación y desde luego de las formas de salir; creo que también hay mayores diferencias significativas y me gustaría en definitiva aclarar un poco las posiciones.
Lo primero que me gustaría es eliminar la palabra demagogia de la ecuación, ya que espero que todo el mundo está de acuerdo en que demagogia es manipular los hechos con el fin de ganarse a alguien o crear una opinión favorable al grupo que representa. Para quitarme esta palabra, lo mejor que podemos hacer es reconocer que todos al final lo hacemos con el fin de que el grupo en el que nos encontramos encuentre un mayor apoyo. Por tanto, entiendo que un subastero, puede mostrar la realidad de tal forma que al final mejore la percepción social de estos; una persona que trabaja en la banca de inversión, puede mostrar la realidad de acuerdo con el fin de aproximarse a los intereses de esta, y un piltrafilla, pues tratará de mostrar la visión que interesa a estos últimos. Si todos estamos de acuerdo en que al final todos estamos buscando lo que interesa a cada uno de los grupos que representamos, confío en que no tengamos que discutir sobre los grados de demagogia de cada uno, y de esta forma, quitando la palabra comodín, podamos tener una discusión seria y mínimamente fundamentada.
Lo siguiente que me gustaría dejar claro es que este sistema que tenemos montado es un churro, que se está llevando por delante a muchas familias, muchas empresas, además de estar generando los consabidos problemas de productividad, competitividad, capacidades y todas esas palabras que a veces nos suenan a Chino, y que normalmente se usan como causa, cuando en realidad son consecuencia.
La realidad es la que nos encontramos y en esta realidad al final estamos todos atrapados (esto ya lo puse en un post antiguo), en una especie de espiral, y sin demasiadas salidas. Y desde luego, necesitamos un diagnóstico de la situación, entender las causas y entender el fondo del sistema, más allá de los casos particulares.
Dalamar concluye que la culpa no es de los bancos, y por supuesto se habla de la responsabilidad del sistema, de la naturaleza humana. La verdad es que la discusión sobre las culpas de la situación que estamos teniendo no es en absoluto una novedad, sino que viene de lejos. No comparto en absoluto la opinión de que no existen culpables, ni desde luego aquella parte en la que se defiende que no es necesario encontrar los culpables de esta situación. Esto ya lo he tratado en un post previo: “La crisis, ese gran malvado”. Claro que es lógico tratar de analizar en que grado ha participado cada uno en la gestación de este monstruo, y las razones por las que ha ocurrido todo esto.
En este sentido, mi impresión es que desde luego, los argumentos del estilo: “nadie tiene la culpa”, o “Es el ser humano”, son equivalentes al uso que le damos normalmente a la palabra demagogia; sirven para sin decir nada, lograr echar balones fuera. La realidad es que debemos saber que, quien y porque se ha fallado.
Por supuesto, no creo en la maldad colectiva, (si en la existencia de determinadas personas que podríamos calificar como sociópatas, pero que desde luego no podrían explicar esta situación). Si creo en los intereses y en la miopía de las personas que toman las decisiones, compartiendo por tanto las tesis de la paradoja de abilene.
Sí se quiere dulcificar un poco la discusión podemos hablar del término responsabilidad en lugar de culpabilidad; ya que aunque no sean completamente idénticos, para la negociación y la discusión puedo tratar de ceder un poco, y tratar de analizar de quien es la responsabilidad de la situación creada.
¿De qué factores depende la responsabilidad?. Pues en principio, la responsabilidad, en mi opinión depende de la capacidad e influencia de las decisiones tomadas por cada persona, (cuanto mayor sea la capacidad de decisión mayor es la responsabilidad de una persona; desde luego cuanto mayor sea la influencia de las decisiones tomadas en una determinada situación tanto mayor es la responsabilidad).
Y ya que vamos por partes, debemos entender que el concepto decisión necesita dos condicionantes principales; alternativas e información. Dicho de otra forma, decidir es elegir con la información disponible entre las alternativas disponibles. En caso de no existir alternativas, la realidad es que no hay decisión posible.
Por tanto, y agrupando la distinción conceptual entiendo que la responsabilidad está en función de la capacidad de elegir entre distintas alternativas en función de la información disponible y sus efectos sobre los demás.
Pero para completar el punto, solo nos queda determinar lo que se supone que debe hacer cada persona o agente económico. Evidentemente mi responsabilidad no es dirigir el país, (responsabilidad que tiene el Sr. Zapatero). Por supuesto, cada persona tiene unos ámbitos en los que responde y otros en los que simplemente no.
Teniendo claros estos conceptos nos encontramos con una formula simple para determinar la responsabilidad de cada persona, grupo o ente en cualquier momento y lugar. Entendiendo que el ámbito es la situación española, la realidad es que podemos mirar ámbito a ámbito, la situación de cada grupo.
¿El sistema financiero?. Pues las funciones de la banca son varias, y de hecho, en los mismos motivos para el rescate de la banca aparecen. Por un lado es obvio que la función es financiar las actividades de la economía, financiar a las empresas y a los trabajadores. Pero el aspecto no se limita a este punto en concreto, sino que también son los encargados de asignar los recursos. Recordemos que la banca es la que decide que actividades son o no financiadas, lo que en definitiva determina lo que se realizará o no. Por supuesto, esto al final tiene su reflejo en los precios de los bienes, (tanto directamente como en el caso de que estos se fijen en mercados financieros como ocurre con las commodities; como indirectamente a consecuencia de controlar el flujo de dinero para cada uno de los sectores, como ha pasado con el sector inmobiliario).
Es desde luego impensable que exista una cultura del i+d si los bancos no financian inversiones, Si el sistema financiero canaliza los fondos hacía paneles solares, los habrá, en caso de que no existan, pues no los habrá.
Por tanto el sistema financiero es desde luego una pieza fundamental en la asignación de recursos, lo que invariablemente nos llevará al modelo económico, (que no es más que un resultado final).
¿Tenía alternativas el sistema financiero?. El sistema financiero dibuja y establece las alternativas y las condiciones financieras en la economía. ¿Tienen influencia las decisiones tomadas por el sistema financiero en el conjunto de la economía?. Pues la realidad es que es difícil dudar de la respuesta afirmativa a esta pregunta. Antes hablé de la información, y la realidad es que es muy difícil defender que algún grupo disponga de más información sobre la situación económica de cualquier país que el sistema financiero. Desde luego tiene los medios, la formación, las posibilidades y todos los requisitos necesarios para obtener y producir información.
Claro que dentro de las entidades del sector financiero, hay personas. Está claro, estas personas son las que han tomado las decisiones, mediante sus consejos, sus CEO o cualquier sistema que se nos ocurra. Por tanto, ante la duda de si la responsabilidad está en manos de los accionistas, directivos, empleados. La respuesta es simple: ¿Quién decide, quien tiene información?. Por supuesto, me extraña que nos cueste tanto encontrar la responsabilidad, cuando está es la razón principal por la que se cobra el sueldo. ¿no?. Pues no parece descabellado que una buena forma de graduar responsabilidades es mirar las nominas y comprobar. Es así de sencillo.
¿Las empresas?. Hombre, son las encargadas de convertir unos recursos disponibles, (entre ellos el factor trabajo), en bienes para su consumo. Está claro que aquí entramos en los temas de eficiencia, eficacia y todas estas palabras que al final lo que vienen a decir es que son los organismos o entes encargados de producir de la mejor forma posible. ¿tienen alternativas?. Desde luego, pueden invertir, pueden producir con mano de obra, pueden innovar o pueden no innovar. ¿Qué tal andan de información?. Pues hombre, son las mejor indicadas para conocer la realidad de los procesos productivos y de hecho constantemente oímos mensajes en relación a que dejemos a las empresas decidir. Algo tendrán que ver con los temas de productividad, competitividad, innovación, ¿no?. De hecho hasta hace un par de años, las empresas eran maravillosas y estaban llevando a España a la champions o creaban el milagro europeo, (según le hagamos caso al presidente o al ex presidente). ¿Ahora nos encontramos con que realmente las pobres están en un contexto de baja productividad y en un país poco competitivo?. Pues es sencillísimo. Esta era su responsabilidad, su función, tenían las alternativas y la información. Y de hecho se apuntaron los meritos.
Por supuesto en este campo, hay diferencias significativas, ya que como en el sistema financiero había empleados, accionistas, directivos y ejecutivos con distintos grados de influencia y capacidad de decisión, y por tanto distintos grados de responsabilidad, en el mundo empresarial ocurre exactamente lo mismo dado que nos encontramos con pymes, con grandes empresas y en ellas con sus accionistas, sus empleados y sus directivos.
Y en el sector público. Pues desde luego tiene desde luego la mayor capacidad de decisión. Desde luego los bancos pueden definir a quien financiar, las empresas pueden decidir como producir, pero desde luego los estados tienen la llave final de la financiación y de establecer las reglas del juego, (a través de los bancos centrales y a través de los gobiernos, parlamentos y jueces, o de los dictadores de turno, según sea el modelo político del lugar). Por supuesto, en este caso nos encontramos con la responsabilidad máxima, porque desde luego es muy difícil entender que se culpe a los bancos por pedir lo que quieran, cuando la realidad es que son los gobiernos los que deciden si se les da o no.
Si los bancos tienen la función de financiar, y las empresas producir, y como tales son desde luego responsables de los fallos y errores en esos temas, la realidad es que los gobiernos, tienen la función de construir un modelo en el que los ciudadanos puedan desarrollarse en las condiciones que prometan. Por supuesto esta es su responsabilidad y en la medida que no lo cumpla se han de asumir estas responsabilidades. Por supuesto en este caso, nos encontramos con políticos de primer nivel, de siguientes niveles y luego funcionarios de primer nivel y celadores públicos por poner ejemplos. Creo que no será difícil graduar responsabilidades.
Tampoco es tan complicado determinar quien tiene o no la responsabilidad, o por lo menos no lo es cuando estamos hablando de retribuciones. ¿no?.
¿Los subasteros tienen la culpa de la situación creada?. Pues hombre, seamos serios y desde luego, debemos entender que bastante poca. ¿Los bancos?. Pues no llegan al nivel de los bancos centrales, empeñados en crear burbujas y de los gobiernos, que simplemente han accedido a todo chantaje, presión y demagogia de lobby que se pase por el despacho, para construir un juego con unas reglas de juego que son de autentica locura.
¿Las familias que se hipotecaron y ahora no pueden pagar?. Vamos a entender que estas familias han tenido como información una constante sarta de engaños y manipulaciones y como elección el fuego o la brasa. Resulta que han tomado una decisión hace unos años en función de la información disponible para ellas, (una birria de información debemos reconocerlo). Estas familias, se han encontrado con un Trichet que ha decidido sucesivas subidas de tipos ¿hasta cuando?. Pues oiga, que el banco central ha subido los tipos en función de unas “fundamentos económicos sólidos”, hasta que la sociedad no aguantaba más. Sube al 3, se aguanta, pues sube al 4; siguen aguantando; el Euribor llega al 5,4%, ¿si hubiese aguantado?, pues se anunciaban nuevas subidas de tipos de tal forma que al final el plan era subir hasta que no se pudiese más. Evidentemente es muy difícil entender este plan y desde luego como se espera otra cosa que las familias y empresas en la ruina.
Pero es que a su vez el sistema financiero herido de muerte, lo que ha tratado es de tirar de las commodities. ¿hasta cuando?. Pues sube el petróleo, trigo, azúcar, gas… y todo hasta que simplemente ya no puede aguantarse. El petróleo llegó a cerca de 150. Si hubiese aguantado la economía hubiese subido más. ¿Podemos entender que ante esto las familias o las empresas pueden hacer algo?.
Porque a todo esto, resulta que estas mismas familias han tenido los sueldos congelados para hacer frente a los costes de las empresas y para mantener los beneficios.
El resultado final fue la implosión del sistema que se solucionó mediante la inyección y emisión de deuda, de tal forma que los bancos centrales echan humo, el grupo fomento se desvive y se generan negocios por todos lados, para que esto lo asuma ¿Quién?. Los de siempre.
Y ahora toca subida de impuestos, que no va a ser para las empresas, no va a ser para los bancos, y desde luego no va a ser para los especuladores. ¿Quién paga más impuestos?. Pues esta es la realidad.
Una vez tenido claro esta situación la realidad es que es fácil determinar quien es culpable. Culpable es aquel que era responsable de algo que ha tenido efectos indeseables. Repartiendo responsabilidades, (recordemos que va la misma fórmula para quien se haya llevado los beneficios o retribuciones), tenemos los grados de culpabilidad en tanto en cuanto la situación no es la buscada. Es así de sencillo.
Claro que lo curioso es que los responsables, que cobraron (dinero y prestigio social), en función de eso, ahora parece que no lo son tanto, porque resulta que no es menester que asuman las consecuencias de las decisiones tomadas, sino que estas las sufren aquellos que simplemente no tienen el poder suficiente para evadirse de las consecuencias de los actos ajenos. Y esta es la clave, que nos encontramos ahora que no es otra que el poder y todas sus manifestaciones. Mientras determinadas personas que tienen una innegable responsabilidad en todo este tinglado tienen el poder de repartir las culpas y las facturas de esta situación entre los grandes vilipendiados realmente de esta situación, (familias, sobre todo las que no han podido pagar, parados, trabajadores y desde luego funcionarios), la realidad es que estos últimos no tienen la posibilidad de deshacerse ni de las culpas ni sobre todo de las facturas que les han caído encima fruto de sus decisiones y de las decisiones que han tomado todos y cada uno de los que tenían influencias y que desde luego es difícilmente defendible que hayan sido correctas.
Hay y hubo responsables, hay y hubo culpables, y el hecho de no querer verlos, o el hecho de considerar que no es relevante encontrarlos es desde luego un aspecto más entre el maremágnum de causas de esta situación en la que nos encontramos. De tal forma que no imagino el caso de ninguna familia en una situación penosa que no se plantea todos los días el “¿Qué he hecho mal?”, la realidad de los responsables de esta situación, (que sí salen en los periódicos todos los días), es que es una situación de la nada, algo imprevisto, algo en lo que no tienen la culpa, en la que no hay culpables o en el que la culpa es del negrito de Alabama (llamado ninja), que se ha cargado todo el sistema o la famosa generación ni ni, que por alguna extraña razón comienza a ser la culpable de lo que era un milagro económico en 2006, sea ahora un desastre de proporciones apocalípticas.
Tras todas estas teorías del “soy bueno”, o del “no tengo la culpa”, realmente lo que hay es la típica historia que contábamos de niños para cargar a nuestro hermano con el marrón de haber incendiado la casa.
Y esta es la realidad de la situación. Las familias asumen riesgos que justificaron ingresos de otros agentes económicos, las familias asumen culpas de responsabilidades que justificaron ingresos de otros agentes económicos. Y las familias asumen las consecuencias y los efectos de las decisiones de otros que por cierto, con honrosas excepciones no han pagado aún.
Puede ser que no lo hayan hecho perfecto, pero desde luego, han asumido los quebrantos de sus decisiones y desde luego los de las decisiones de otros, que es simplemente lo que no se puede asumir.