Casi todas las frases del ideario, hacen referencia a por tanto alguna forma de manipulación, que curiosamente esconden los errores estadísticos. El caso es que cuando leemos los resultados de alguna encuesta ridícula, inmediatamente la explicación que se nos ocurre es que se ha manipulado o cocinado de alguna forma el resultado y jamás se nos ocurre el hecho de que realmente se han cometido errores.
Este es un claro ejemplo de burrada estadística, (que cada cual juzgue si voluntaria o involuntaria, que tiene sentido a la hora de hablar de la premeditación). Y es una burrada por una acumulación de errores que hacen que todo ese discurso no sirva absolutamente para nada.
Lo primero es que el Sr. Campa debe darse cuenta que ahora no está en una escuela de negocios o una empresa; y la diferencia no es baladí. Aunque es bien cierto que los gobiernos han cogido la manía de actuar como empresas, no lo son; y las diferencias en este ámbito son sencillas. Una empresa ha de hacer previsiones para tomar decisiones en función de un entorno. Un gobierno ha de construir el entorno, y las previsiones son para evaluar distintas decisiones.
Por ejemplo. El Señor Campa habla específicamente del ámbito de la vivienda, afirmando que es buen momento para comprar vivienda. Si yo me planteo una previsión sobre el precio y las condiciones para comprar vivienda, es para tomar una decisión sobre si comprar o no. Para ello tendré que fiarme de la información que tengamos disponible. El gobierno, no ha de hacer el análisis desde mi punto de vista, sino que tiene que tratar de hacer previsiones sobre distintos escenarios para tomar decisiones que por definición alteran las circunstancias.
Dicho de otra forma, las previsiones que yo pueda hacer respecto al precio de la vivienda son asumiendo que el gobierno no altere las condiciones, (entre otras cosas). El gobierno lo que debe hacer es analizar los distintos escenarios, (y analizarlo bien).
Desde luego hoy, la situación es que el gobierno “improvisa continuamente” o “reacciona con rapidez”, (según sea calificada la actuación por el gobierno o la oposición). En un panorama así, ¿Se puede estimar que va a pasar con el precio de la vivienda?. Pues hombre, depende de lo que se le ocurra al gobierno. En caso de que salgamos del euro, y devaluemos de forma salvaje, lo apropiado será comprar. Si el estado compra los pisos a los bancos, puede interesar comprar si es a muy largo plazo. Si el estado deja de apoyar a los bancos, interesaría vender; cada una de las decisiones a tomar implica una variación en el resultado final. Si al final se aceptan las tesis de rebajar salarios que propugnaba el señor Campa, ya le digo yo que los precios de los pisos, van a caer mucho mas… Y podemos seguir y seguir analizando efectos de posibles ideas que se le ocurra al gobierno, abriendo por tanto posibles escenarios. Desde fuera del gobierno, solo nos queda analizar las ocurrencias pero el Sr. Campa en lugar de valorarlas, simplemente las ignora.
Pero claro, resulta que el Sr. Campa, no dice, (entre otras cosas, por que no sabe, lo que va a hacer el gobierno), sino que rozando el surrealismo más absoluto en la misma entrevista habla de que no sabe si los precios de los inmuebles van a bajar más ni cuanto ni cuanto ha sido el ajuste. Pues muy bien. La primera conclusión es muy clara: ¿De que depende de si la decisión de compra es correcta o no?. Pues lo primero que se me ocurre es que comprar un piso será buena decisión si el precio no cae demasiado. ¿Cómo demonios afirma que es una buena compra sin estimar el precio de venta en el futuro y sin tan siquiera poder decir cuanto ha sido el ajuste real?.
Tampoco acabo de entender que estando en una crisis en la que el sector de la vivienda tiene una gran importancia, que se estimen crecimientos futuros del país. ¿No tendrá importancia el sector de la construcción?. Sin saber como está el precio de los pisos, ni como va a ser, ¿Cómo demonios puede adivinar alguien la evolución del país?.
Por tanto la previsión del crecimiento del 2% a partir del 2012, es algo así como un brindis al sol, ya que depende (entre otras cosas), del precio de las viviendas, lo cual a su vez dependerá de unas cuantas variables que el Sr. Campa no tiene ni explicadas, ni razonadas, ni tan siquiera pensadas.
Sin embargo el dato del crecimiento del PIB, le sirve para sentenciar (apoyado en aquello tan famoso de que “para crezca el empleo el pib tiene que crecer por encima del 2%”), que por tanto hasta el 2012 no se reducirá el paro. Asumiendo que la vivienda no caerá, asumiendo que el PIB crecerá al 2%, resulta que ¿no habíamos quedado con que se iba a cambiar el modelo productivo?; ¡si hasta han sacado una ley que se supone dedicada a esto!. Pues vamos a ver si entendemos algo; Si cambiamos el modelo productivo, ¿no cambiará el porcentaje de PIB necesario para crear empleo?. No es por molestar, pero lo que tengo claro es que si de repente se buscan actividades con mayor valor añadido, esto significa que realmente el valor de los sueldos será menor en relación al de los productos. (O sea, Si un crecimiento de 100 basado en un modelo intensivo en empleo barato, genera dos empleos; un crecimiento de 100 basado en un modelo de gran valor y menos intensivo en empleo, generará un empleo).
Por supuesto, puede que el Sr. Campa nos esté diciendo que de cambio de modelo nada de nada, (en cuyo caso estaría de acuerdo). Claro que en este caso, la verdad es que volvemos al precio de la vivienda, con lo que se me cae la previsión del PIB y desde luego la del desempleo.
Pero no contento con esto, el Gobierno, (bueno y todo el mundo), entiende que es necesaria una reforma laboral, (sin tener clara cual) y reformar la seguridad social. ¿Esto no afecta a todo lo anterior?. ¿De verdad se puede hacer una previsión fiable de algo sin conocer como va a ser la reforma laboral?. Desde luego si afirma que se pueden hacer las estimaciones sin tener en cuenta estas reformas, lo que está diciendo es que estas reformas no tendrán efecto alguno sobre la economía, ¿no?. Entonces; ¿Por qué es partidario de reformar este año la seguridad social y el mercado laboral?.
Por supuesto, habla de la solvencia de la deuda y del déficit, diciendo no se que tonterías de sobresalientes y notables. Pero la realidad es que el déficit depende de las ocurrencias que tengan, y desde luego de todo lo anterior. ¿Van a tocar los impuestos?. Es que es difícil saber que va a pasar con el déficit sin antes saber que van a hacer con los ingresos. ¿Los gastos se incrementan?. ¿Nos van a rebajar el rating?. Verá es que una regla simple me dice que si nos sube un punto los tipos de interés a pagar por la deuda, (que son gastos, según mi humilde opinión), la realidad es que dado que tenemos 400.000 millones en deuda (y subiendo) tendremos que pagar 4.000 millones más al año de intereses. ¿De donde lo sacamos?. La subida de IVA que tenemos en capilla, suponen, (y con cierto optimismo), que les va a suponer ingresos de 5.000 millones. ¿Hacemos otra?. ¿Y eso como afecta a todo lo anterior?.
Podemos acordarnos de Trichet, ¿Qué va a hacer?. Usted en el artículo dice que da igual lo que haga este personaje, ya que llega a la conclusión de que si sube los tipos antes de que nos recuperemos, es porque se está recuperando Europa, lo cual significa que nos recuperaremos, (antes puse el link por si alguien no se cree este argumento). Lo cierto es que no acabo de entender esto de que se esté recuperando Europa, mientras nosotros no nos recuperamos, pero no afecta la subida de tipos, porque el hecho de que si Europa se recupera, nosotros nos recuperaremos; pero ¿no partimos de la base de que Europa se recupera y nosotros no?.
¿Qué supondría una subida de un punto del BCE?. Pues hombre a bote pronto un incremento de los gastos públicos por los intereses de la deuda pública de 1 punto. (otros 4.000 millones). Desde luego, significa un impacto al precio de la vivienda, desde luego una caída de las inversiones, (necesarias para cambiar de modelo; ¿o tampoco?),….¿Que se va a compensar con exportaciones?. Pues hombre teniendo en cuenta que se trata de exportar más barato, pues es difícil que el efecto sea neutro. En todo caso, al final es muy difícil presuponer que le da igual lo que haga Trichet.
Le preguntaría por las influencias del precio del petróleo y demás commodities, precio de la energía, las decisiones de la FED, el tipo de cambio que espera del Yen, la burbuja de China… Todas y cada una de esos aspectos influyen en todo lo que se espera.
¿Concluimos entonces que la econometría, o las estimaciones no sirven para nada?. Por supuesto que no. Sirven pero desde luego no para planear decisiones desde los gobiernos, sino que son un instrumento muy bueno, (aunque con limitaciones), para las empresas para tratar de tomar decisiones determinadas. Jamás para tratar de cambiar las condiciones de un modelo y jamás para determinar el rumbo de un país o cambios estructurales. Para esto lo suyo es la macroeconomía, que es todo un conjunto de relaciones, dentro de un modelo, que nos ayudan a entender esto. Lamentablemente, resulta que a quien se ha elegido para llevar las riendas del ministerio, tenga su punto débil justo en este campo, (claro que esto es culpa de quien lo elige).
Cuando se está en un gobierno, tenemos que tener claras relaciones, (y no es tan importante el número), de tal forma que en los manuales de macroeconomía, lo cierto es que muy pocos números se encuentran y se habla de “cuando ocurre A, ocurre B”. Los números están muy bien para titulares, para generar expectativas y sobre todo para dar una sensación de carácter científico y de que el tema está profundamente estudiado; (desde luego, queda mucho mejor decir que va a crecer el PIB que explicar todos los efectos que desencadena cualquier decisión tomada).
Y en todo caso son necesarios en cuanto tenga claro el modelo y las decisiones tomadas. Pero no para lanzar brindis al sol y en todo caso después de tenerlo todo claro. En este caso para entender si nos hemos acertado o no.
Es decir. Tomamos una decisión sobre los impuestos, pues esperamos recaudar 5.000 millones de euros. En caso de que no recaudemos los 5.000 millones está claro que en algo nos hemos equivocado. Y procede corregir; pero procede corregir el razonamiento del modelo en que nos encontramos, no por supuesto el número.
O dicho de otra forma, la realidad es que a veces parece que hay una discusión entre los modelos macroeconómicos, (eminentemente teóricos), y los econométricos, (eminentemente prácticos). No existe tal discusión, existen fines, usos y personas. Un tractor es más caro que un coche, o un coche es más bonito que un tractor. Pero a la pregunta de ¿Qué es mejor un coche o un tractor?, como buen gallego, preguntaría: ¿Para sachar o para ir a trabajar por la autopista?.