La semana comenzaba con una noticia de que se preparaba otra subida bastante superior al IPC para los peajes, debido a que en la mayoría de los casos, nos encontramos con que si los tráficos son inferiores a los previstos para el año, se podrán subir los precios de los peajes para compensar. Esto no deja de ser un absurdo, se mire por donde se mire; bien sea porque se esté comparando con unos datos en unos Excel confeccionados por las empresas que deberían asumir ciertos riesgos, (y por lo menos el de equivocarse en las cuentas), o bien sea por la tontería de que si los tráficos caen, quizás deberían tener en cuenta que hay que bajar los precios en lugar de subirlos más que el IPC; y por último porque tanta necesidad de contención salarial para hacer competitiva España y luego resulta que se empeora ya que el coste de las infraestructuras y energía se incrementa por unos cuantos inventos, cuando aún por encima las empresas prestadoras del servicio pagan menos salarios y menos por sus bienes.
Para más inri, se aprueba incrementar las ayudas por las caídas de tráfico, de tal forma que se amplían los plazos y además resulta que si antes podrían cobrar mediante préstamos participativos por compensaciones de caída de tráfico tanto importe como por el tráfico en sí; ahora podrán cobrar hasta cinco veces más, que el tráfico. Por no hablar de la propuesta cíclica de aumentar los límites de velocidad, (medida lógica si no fuese por el motivo y que afecta sólo a vías de pago).
Todo esto supone nada de sacrificio para constructoras y banca, (dueñas de las concesionarias), y sí en cambio muertes y pérdida de competitividad, además de sacrificios para el resto del mundo. Así de claro.
Pero ya que vamos a la banca, nos encontramos con un par de noticias tontas; por un lado se adjudica Banco de Valencia a “La Caixa”, en unas condiciones que son las de siempre; el estado se quedan los préstamos problemáticos, da por perdidos los 1.000 millones que inyectó en la entidad, inyecta otros 5.000 millones y la Caixa se queda con la parte buena , más el dinero que obtendrá por la venta al banco malo de las viviendas, y más el 72% de las pérdidas que tenga por la parte buena. O sea un suma y sigue de austeridad, en la que nos seguirán contando que esto tampoco costará dinero al estado que se endeuda para pagar todo esto, y a cambio recuperará lo que obtenga por los activos malos, porque en realidad está es la realidad: Ha comprado a precio de oro los activos tóxicos y ha vendido la parte buena por un euro, en lo que se llama un rescate de Banco Valencia, pero que beneficia ahora a La Caixa, que se une a un club ya bastante grande.
Y si seguimos con la banca, comprobamos de la misma forma que cuando hay un problema grave que importa se soluciona de la forma más rápida e imaginativa posible. Hace unos días era el dictamen sobre la ley hipotecaría, que provocó el circo del decreto de desahucios, (ya había anticipado que iba a salir un bodrio que no arreglase nada, vendido como una modificación importante), y esta semana nos encontramos con otra noticia. Dado que ha salido una sentencia declarando constitucional el impuesto a los depósitos que se había instaurado en el 2001 en Extremadura, el gobierno tarda menos de una semana en solucionarlo para que los bancos no paguen impuestos; (y repito; no vale lo de que lo repercutirían, porque esto dependerá de otras cosas). De esta forma, crea un impuesto con una cuota cero para los depósitos bancarios, para que de esta forma y dado que no se puede gravar dos veces lo mismo, (y en este argumento se comprueba que el impuesto no es para los clientes, que pagan dos o más veces en la gasolina, en la electricidad y en unos cuantos bienes más sin problema alguno), pues las comunidades autónomas ya no podrán cobrar el impuesto que ha sido declarado legal tras 10 años y ha durado una semana. Trampas, demagogia, trucos sucios para esquivar la ley, y reírse de los tribunales es lo que significa esto.
Y con todo esto, llegamos al colmo de la semana, que comienza con la publicación del avance del IPC, que confirma lo que había dicho en su día; bajada importante de los combustibles y por tanto una bajada del IPC importante. Lo dicho, todo el mundo hablando de que en noviembre se presionó a las petroleras para bajar los precios de los carburantes, pero en realidad debo recordar que la trampa es que se presionó a las petroleras para bajar los precios tan sólo los lunes. El enlace de esta noticia con las pensiones, tal y como anticipaba en este post, ha sido automático.
Pero sin embargo, la sorpresa ha llegado con el anuncio de que ni tan siquiera se van a revalorizar las pensiones en el IPC, porque parece que no hay dinero, lo cual es del todo normal tras poner impuestos al cero a la banca, impuestos sobre sociedades absurdos, regalarles dinero y aprobar todo lo que sea para que no tengan que asumir ningún tipo de coste, riesgo u obstáculo. ¿Cómo demonios va a haber dinero con semejante expolio?. Pero es que además han mandado a tomar viento otra vez otra ley, (¡y van no se cuantas!), de tal forma que nos encontramos con que cualquier ley, (constitución incluida), puede ser cambiada sin mayor problema por los grupos de poder, sin que se diga nada de la seguridad jurídica y hasta que hemos llegado a un punto en el de que aquello de “Está en la ley” no sirve absolutamente para nada.
Y lo peor de todo es que todo esto se justifica mediante la responsabilidad de sacar a España de la crisis, cuando en realidad son estas las medidas que nos hunden al retirar dinero de la sociedad, cargándose lo que pueda quedar de una clase media para hacer pillaje. Y luego también se justifica en los comentarios de los community manager de todos estos grupos de presión, con algo tan viejo como el “divide y vencerás”. ¿Por qué vamos a subir una pensión de 1.500 euros cuando los trabajadores no los cobran?, ¿Por qué van a cobrar una paga extraordinaria a los pensionistas cuando los funcionarios no la cobran?.
Pues sencillísimo, porque el problema es que los trabajadores cobren lo que cobren, el problema es que los funcionarios no cobren la extra, y el problema es que las pensiones (o mejor dicho los pensionistas), son otro de los colectivos que lleva cuatrocientos mil golpes, (como todos y cada uno de los colectivos que se nos ocurran), que los empobrecen para que se lo lleve otro, y todo ello mientras nos venden una austeridad en la que se regalan negocios y miles de millones de euros a la banca y vecinos con una facilidad pasmosa.
Lo dicho, no tiene nombre, o por lo menos no un nombre distinto a una gran estafa que nos está hundiendo a marchas forzadas.