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Manejando el riesgo y la volatilidad en las inversiones

Hay dos emociones que en el inversor están siempre presentes. Por un lado la ambición positiva de querer crecer en las inversiones. Por otro lado el miedo a perder.

Esta ambición y ese miedo forman una ecuación dentro de la persona a la hora de invertir que solo puede ser resuelta por ella de forma personalizada. No existen dos inversores con las mismas características casi nunca.

El riesgo en las inversiones son las situaciones que ocurren en el mercado con sus ciclos alcistas y de corrección que afectan directamente estos sentimientos humanos. La volatilidad de los mercados y su continua inestabilidad e ilógica en muchos momentos ponen a prueba el carácter del inversor, que por un lado desea ganar más y tiene que asumir riesgos que le van a hacer sufrir en muchos momentos.

Para el inversor que vive estas experiencias son días de prueba y de madurez de su espíritu como inversor.

¿Qué podemos hacer? ¿Comprar? ¿Vender? ¿Cuándo? ¿Qué hará el mercado en los próximos días? ¿Voy a perder un 10-15% en el próximo mes del valor de mi inversión? Estos miedos y su pánico pueden hacer reaccionar irracionalmente en los temas de inversión. Lo prudente es mantener la calma pero esto es más fácil en teoría que en la práctica porque somos humanos.

La mejor fórmula en momentos erráticos de la bolsa es seguir el curso establecido originalmente y no actuar en estos momentos de turbulencia. Este curso debe ser de largo plazo. Si un portafolio mantiene la composición determinada originalmente con una mezcla apropiada de activos y clases no es necesario actuar dramáticamente ignorando los movimientos de la bolsa a corto plazo.

Mencionaré unos principios fundamentales que el inversor debe tener claro en sus inversiones que pueden ayudar a mantener la calma necesaria en sus planes de inversión y que llevará a largo plazo a un éxito en las inversiones.

Mantener el balance. La mezcla de acciones, bonos y efectivo adaptada a los objetivos, horizonte, tolerancia de riesgo y la situación financiera general del inversor debe ser mantenida. La liquidez ayuda en momentos de emergencia y necesidad, los bonos dan rendimiento y amortiguan las correcciones de la renta variable y las acciones ofrecen el potencial del mayor crecimiento en las inversiones. Mantener esta fórmula con revisión periódica para mantener los porcentajes adecuados en línea con los objetivos.

Mantener la dirección. Como he indicado es humano ponerse nervioso ante la turbulencia de los mercados. Los mercados corren en ciclos irregulares y son en ocasiones ilógicos e irracionales. Es importante poner la vista en el objetivo a largo plazo y olvidarse del ruido a corto plazo.

Invertir regularmente. Si dentro de la estrategia de inversión está el de hacerlo periódicamente, que es el mejor sistema de promediar los precios de entrada en el mercado, es importante continuar con esta disciplina pase lo que pase en el mercado. Este sistema llamado "dollar cost averaging" es el ideal del inversor que ahorra periódicamente.

Ejecutar rotación (si es necesario). Es importante resistir la tentación de alterar la estrategia de tu cartera ante los cambios del mercado. El mover acciones a bonos tratando de evitar perdidas es la mayoría de las veces un error cuando se hace de forma brusca. De forma paulatina se puede efectuar esta rotación basada en la situación personal del inversor como cambio de filosofía, objetivos, etc. Serenidad en los cambios, nunca reaccionar empujado por las condiciones del mercado.

Mantener expectativas realistas. La experiencia en la bolsa en el último quinquenio  de los 90 fue espectacular. El inversor se acostumbró a recibir incrementos del 20% y más (dependiendo de los sectores). Es necesario aceptar que estos rendimientos no siempre se van a producir y es importante asumir unos más realistas que históricamente han sido del 13% aproximadamente. Asumir esta expectativa ayudará al inversor en momentos de corrección del mercado.

Una forma que puede ser válida es asumir que en un banco la inversión en Estados Unidos produce aproximadamente el 5% (money market o CD a corto plazo). Los impuestos reducen este rendimiento en un 30% aproximadamente, la inflación otro buen porcentaje (es importante analizar la inflación personal del inversor, no aceptar la que los gobiernos indican de forma oficial que puede o no adaptarse a la persona). Prácticamente la inversión de este tipo no aumenta de valor. Todo lo que gane más del 5% serán ahorros y crecimiento auténticos. Es por esto que debo estar en la bolsa de renta variable pues a largo plazo el beneficio será un hecho.

Este razonamiento puede ayudar a aceptar la volatilidad de los mercados, pues es donde tengo que estar si quiero crecer.

Estas han sido unas ideas. Es difícil dar una respuesta general pues cada persona e inversor es un mundo diferente. Lo que sí es cierto es que la ambición y el miedo están siempre presentes y es muy importante aceptar su presencia y buscar la solución individual al precio que pagamos por crecer en nuestras inversiones.

El último consejo (quizás el más difícil de seguir) es no mirar día a día los cambios de valor de mi cartera. Esto puede ser una tortura y los miedos y emociones pueden hacer mucho daño a la persona. Es importante dejar que el tiempo confirme nuestro éxito y muchas veces es importante alejarse mentalmente del día a día de ese éxito.

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  1. #1
    30/04/11 15:51

    Me da una gran alegria observar que alguien lee algo que escribiste hace 6 años.
    Siempre quise escribir ideas sin tiempo, actuales ahora y dentro de 10 años y esto
    pienso es uno de esos casos. Gracias por leerme Juan Ma