Durante la vida de la renta variable, el mundo de las acciones, fondos de inversión, etc., los gestores y administradores de cuentas han buscado de alguna forma el identificar y conocer los movimientos del mercado.
Nadie tiene una bola de cristal y el esquema ideal de vender a tiempo y comprar en el momento de mayor caída es un objetivo prácticamente imposible. Los inversores pueden tener suerte y adivinar bien estos movimientos pero el riesgo de entrar y salir del mercado es mayor que la posible recompensa.
Los más importantes inversores como Warren Buffett o Peter Lynch claramente indican que buscar los mejores momentos de compra y venta en el tiempo (market timing) es una estrategia siempre negativa y sin posibilidades de éxito.
No obstante, en el mercado se pueden obtener beneficios y a pesar de las lecciones de humildad que la mayoría de los inversores han vivido en los últimos años siempre se regresa al mundo de la renta variable con la esperanza de que amplios beneficios hagan olvidar años de pérdidas. Es humano y psicológico y un fenómeno que ha ocurrido durante la breve historia del mercado.
Pienso que la idea fundamental que un inversor debe plantearse es su actitud ante el riesgo que conlleva entrar en el mercado de renta variable. En tiempos de subidas el optimismo es muy alto y el riesgo asumido invisible, en tiempos de caídas la depresión puede hacer perder las esperanzas de ganancia. Es muy importante por tanto conocerse asimismo en esta aventura de la inversión y ser fiel a la actitud objetiva de la aceptación del riesgo. En líneas generales las inversiones de renta variable deben establecerse con un horizonte amplio, lejano, que depende de la edad del inversor y sus objetivos con esta inversión.
En estos días en que el mercado se anima con esperanzas de que la economía surja y salga de la depresión que vive, el inversor empieza a animarse de nuevo y esto puede llevar al peligro de entrar en el ciclo de la búsqueda del market timing.
He pensado enumerar algunas realidades que sirvan para que el inversor pueda tomar la decisión personal más acertada. La inversión no debe ser un juego de azar, debe tener un planteamiento serio basado en el conocimiento y las circunstancias personales asumiendo el riesgo adecuado a la tolerancia al mismo que cualquier inversión tiene en un grado u otro. Cuanto mayor sea el riesgo, mayores serán las posibilidades de ganar o perder en el mismo nivel.
1) El valor de la renta variable tiende a subir
Desde el año 1950 hasta el 2002 han existido 20 etapas de caídas (bear market), caídas del 20% o más en el S&P 500. La caída del mercado recientemente ha sido una de las más severas llegando al 41% desde Marzo del 2000 hasta el final del 2002.
Desde el año 1950 han existido diez etapas de subidas (bull market). Muchas de ellas han hecho ganar al mercado el 200% incluyendo la famosa etapa de Octubre de 1990 a Julio de 1998 con una subida del 302%.
Históricamente las subidas han superado siempre las caídas del mercado en largos períodos de tiempo.
2) Existe la tentación de vender en el peor momento
Es constatable el hecho de que los inversores venden en épocas de declive del mercado y es en esos momentos cuando la bolsa ha subido de valor de forma importante. Por ejemplo, en 1988, después del crash de 1987, 15 billones de dólares en acciones fueron vendidos. En ese año el mercado subió un 17%.
3) Las alternativas no son siempre las más adecuadas
Muchos inversores salen de la renta variable buscando en la renta fija un lugar más seguro. La realidad es que la renta fija puede tener también sus riesgos no tanto en pérdidas de principal (si se coloca adecuadamente) sino en pérdida de valor como en estos momentos en que la inflación e impuestos de ganancia son superiores al rendimiento que se obtiene.
4) La alternativa de comprar y mantener funciona mejor en la mayoría de las situaciones
Estudios realizados por la compañía Financial Research Corp de Boston demuestran estadísticamente que inversores que mantienen sus posiciones (bien diversificadas) superan los resultados de aquellos que pretenden controlar las subidas y bajadas del mercado con múltiples movimientos buscando sectores de éxito temporal.
5) El no estar en el mercado en días claves presenta resultados desastrosos
Un inversor que invirtió en el año 1980 10,000.00$(en el S&P 500) acumuló en el año 2002 172,436.00 si no tocó dicha inversión. Una inversión similar buscando el mejor momento de entrar y salir evitando estar en el mercado en los 10 días claves de ese período (de subidas) tendría un resultado de 103,203 , con pérdidas de 69,197.00 $ (hubiese sido preferible invertir en certificados de depósito a plazo).
6) Los gurús no pueden conocer los movimientos del mercado
Es una realidad que los inversores de mayor éxito no han podido controlar e identificar los bulls and bears markets. Pocos profesionales serios tratan de adivinar estos movimientos.
7) Hay mejores fórmulas de reducir el riesgo
Un portafolio bien estructurado basado en la diversificación puede aprovecharse de las subidas y reducir las pérdidas en épocas de declive. El invertir en espacios de largo tiempo (dollar cost averaging) en vez de hacerlo en un momento determinado puede reducir enormemente el riesgo.
Es importante establecer un horizonte de inversión lejano antes de entrar en la renta variable.
Es importante en esa perspectiva de largo plazo entender que el mercado ha perdido durante cinco años seguidos en tres ocasiones desde 1950 y nunca ha perdido en períodos de 10 años desde entonces (Según estudios de Ibbotson Associates).
Uno de los comentarios mas frecuentes en el mundo de los gestores de inversiones es que el market timing es el enemigo y el tiempo es tu amigo.
Juan Manuel Maza
Asesor de inversiones en USA
Publicado originalmente 12-08-2003