El coronavirus está afectando de lleno a los países más importantes del mundo, es decir, el grupo de países formado por el G7 (esto hay que cogerlo con cuidado ya que países más pobres quizá estén igualmente afectados, pero sin capacidad de hacer test y valorar su situación real). Estos países (G7) representan en torno al 60% del PIB, el 65% de la producción y el 45% de las exportaciones manufactureras mundiales. Lo que significa básicamente que, si estos países sufren, el mundo en su conjunto va a sufrir.
En un post anterior explicaba con algo de optimismo como las actuales caídas de mercado no deben ser vistas con pánico y que éstas tienen que aprovecharse para hacer cambios en la cartera y reforzar convicción en posiciones que tengamos.
Sin embargo, ser positivo con respecto al mercado de valores a largo plazo no implica necesariamente ser positivo con la economía a corto o medio plazo. Por ejemplo, ante la llegada de una crisis, si los precios de tus acciones caen un 50%, puedes ser positivo con tus compañías, aunque la economía vaya a peor. Esto es así porque si consideras que tus empresas están bien posicionadas en el mercado, con una posición financiera sólida y con acceso a financiación, podrán capear el temporal, parte de la competencia acabará claudicando (quebrando), y eso fortalecerá la ventaja competitiva de tu compañía. Un ejemplo claro es el de Amazon y la burbuja puntocom, que lejos de perjudicar su modelo de negocio supuso la aniquilación de la mayor parte de su competencia.
Pero no voy a hablar de inversión, si no de la relación entre el coronavirus y la reducción del CAPEX y medidas de atesoramiento que muchas empresas están llevando a cabo. Ayer me tope con un informe de la UNCTAD en el que vi dos tablas que me llamaron la atención por sus implicaciones directas (y futuras) a la economía. Las tablas son las siguientes:
En ellas se muestran las revisiones económicas (durante esta crisis del Covid-19) de un total de 5000 empresas por "sector" y "tipo de economía/región". En las dos se muestra la revisión (23 de marzo) de la media de beneficios que van a obtenerse este trimestre (comparada con la previsión que dieron el 4 de marzo). La última columna muestra en la tabla 1 la proporción de CAPEX de la industria con respecto al total y en la tabla 2 se muestra el % de beneficios que se dedico a reinvertir en FDI (Inversión Extranjera Directa) en el año 2.018.
La pregunta es, ¿Qué relación hay entre el coronavirus y el CAPEX? Y, ¿Por qué importa?
Voy a empezar por el final, el CAPEX no es más que la inversión en bienes de capital o activo fijo que realiza una empresa. Este tipo gasto no es más que una inversión en activos que se realiza hoy para rentabilizar en el futuro próximo. Aunque podemos diferenciar entre CAPEX de mantenimiento y CAPEX de inversión, ambos están enfocados en aumentar (o al menos preservar) la generación de beneficios futuros. Siempre nos han contado que el consumo es lo que mueve la economía (incluso en la facultad de Económicas), pero no es así, realmente son el ahorro y la inversión las que promueven el desarrollo de las sociedades. Países con bajas tasas de formación bruta de capital (inversión en bienes de capital) son normalmente países con menor desarrollo y que presentan mayores dificultades económicas.
La relación que hay entre coronavirus y CAPEX os la podéis imaginar. Cuanto más avanza el virus y más incertidumbre hay, menor es la inversión en capital fijo, además, teniendo en cuenta que con los países prácticamente parados las empresas no ingresan, a nadie se le ocurre ponerse a quemar caja en inversiones cuyo fruto va a poder apreciarse a 3, 5 o 10 años vista.
Para saber cómo puede afectar esto en occidente, China (y algunos otros países asiáticos) son de momento los únicos indicadores adelantados a los que podemos mirar. Y el hecho de que en los últimos 2 meses el CAPEX haya caído un 25% a diferencia del 13% que se vio durante el peor año de la gran recesión (2.009) no es una buena noticia. Los proyectos de M&A han caído en el entorno del 50% y, la inversión extranjera directa se estima caiga en torno a un 30%-40% durante los próximos 2 años.
De cumplirse esa previsión, serían muy malas noticias para el crecimiento a largo plazo. Aun así, aún hay que esperar a los datos que vayan saliendo las próximas semanas pues serán los que realmente confirmen o desmientan si la caída del CAPEX es algo estructural (o que se puede dar los próximos meses/años) o algo coyuntural cuya recuperación sea igual de marcada que la caída cuando se levante el confinamiento. De momento, muchas empresas están cancelando o reduciendo CAPEX ante la incertidumbre, lo cual es normal, como ya he comentado nadie va a invertir en un proyecto del que no va a sacar rentabilidad.
Las medidas económicas y de financiación que se lleven a cabo los próximos meses serán las que equilibren la balanza a un lado o a otro en cuanto el virus deje de expandirse. Y esa es la primera y principal preocupación de todos, acabar con el virus.
Disclaimer: La información aquí contenida se expone a título meramente informativo y no constituye una recomendación de inversión, ni invitación, oferta, solicitud u obligación por mi parte para llevar a cabo operación o transacción alguna. Es una forma de llevar al día mi cartera, y poder contrastar opiniones y debatir con otros inversores acerca de dichas posiciones.